Juan Antonio Reina
El homosexual que reclama una indemnizaci¨®n por la muerte de su compa?ero
"Ni todo el dinero del mundo me puede compensar la p¨¦rdida de Francisco", afirma con convicci¨®n Juan Antonio Reina, un homosexual de 30 a?os que sigue luchando por lo que considera sus derechos, despu¨¦s de que el titular de la Magistratura de Trabajo n¨²mero 21 de Barcelona decidiera el pasado martes desestimar su demanda reclamando al Ayuntamiento de Barcelona y al Patronato Municipal de Guarder¨ªas una indemnizaci¨®n por la muerte de su compa?ero, educador en una guarder¨ªa municipal, el mismo d¨ªa en que se cumpl¨ªa un a?o de su fallecimiento.
Reina, que rechaza el calificativo de "viudo" que algunos medios de comunicaci¨®n le han asignado, asegura que seguir¨¢ hasta el final, "no por el dinero, aunque me encuentro sin trabajo, sino en recuerdo de Francisco y de la relaci¨®n tan bonita que nos uni¨®".Ten¨ªa 21 a?os cuando lleg¨® a Barcelona desde su Sevilla natal, donde trabajaba como tallador de muebles de madera. "Volv¨ªa, de la mili, estaba bastante descentrado y no conoc¨ªa a nadie en esta ciudad", recuerda. Pero encontr¨® a Francisco, "que entonces ten¨ªa casi 30 a?os", e inici¨® con ¨¦l una convivencia que s¨®lo se vio truncada hace exactamente un a?o por la muerte de ¨¦ste como consecuencia de una tuberculosis declarada dentro de un proceso terminal del SIDA.
"A Francisco le gustaba mucho pintar, y sol¨ªamos hacer juntos en casa esculturas de cart¨®n que despu¨¦s vend¨ªamos a algunas papeler¨ªas, no por necesidad, sino porque nos hac¨ªa ilusi¨®n", cuenta Reina mientras muestra. algunas de las obras que todav¨ªa conserva en el piso que comparti¨® con su pareja durante siete a?os.
El entusiasmo que alcanzaron por la artesan¨ªa de cart¨®n, unido al hecho de que Reina no consegu¨ªa adaptarse a los trabajos que le sal¨ªan, "de camarero o de dependiente de comercio textil", les llevaron a abrir un negocio de papeler¨ªa en el barrio barcelon¨¦s "Fue Sants. "Fue la ilusi¨®n m¨¢s grande de toda mi vida", comenta. "Lo malo es que el pasado mes de noviembre tuve que traspasar el local porque necesitaba el dinero".
Recuerda con voz queda los dos ¨²ltimos meses de la vida de su compa?ero, que comparti¨® con ¨¦l en la habitaci¨®n de un hospital. "A¨²n tengo grabada sumirada en mi pensamiento; y aquel silencio de las largas noches en vela. Es muy duro; un trance que no se lo deseo ni a mi peor enemigo". Despu¨¦s del fallecimiento de Francisco, la madre de ¨¦ste le autoriz¨® para que se quedara con las pertenencias personales de quien hab¨ªa sido su compa?ero durante esos a?os. "Aunque ahora", lamenta, "se niega a comparecer ante el juez, porque no quiere remover la historia de su hijo".
Juan Antonio Reina, que hace unos d¨ªas recurri¨® la decisi¨®n del magistrado, asegura que s¨ª finalmente se le concede la indemnizaci¨®n de 1.300.000 pesetas, la invertir¨¢ en preparar el examen de acceso a la universidad para mayores de 25 a?os, y despu¨¦s cursar¨¢ los estudios de Bellas Artes. "Pero si no es as¨ª", se lamenta, "me ir¨¦ a Amsterdam, donde, seg¨²n me han dicho, es m¨¢s f¨¢cil la vida para los homosexuales".
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