El 'jogging' y las salidas

La alerta intelectual que quiere implantar el nuevo presidente norteamericano se acompa?a con el c¨®rpore sano. Bush decidi¨® el rnartes hacer jogging durante 23 minutos -su ejercicio favorito junto con el tenis-, convencido de que dar vueltas al per¨ªmetro ajardinado de la Casa Blanca no era suficiente y se vender¨ªa peor. Con una caravana de 15 coches, que -otro gesto que no pas¨® inadvertido- se pararon en los sem¨¢foros, acudi¨® al cercano cuartel McNair, junto al r¨ªo Potomac, y corri¨® durante 23 minutos. Regres¨® a la Casa Blanca, se duch¨® y vuelta al trabajo. Todo en 48 minutos. Resultado, primera p¨¢gina al d¨ªa siguiente e im¨¢genes del deportivo presidente en todas las televisiones. Tambi¨¦n ha prometido salir de la mansi¨®n presidencial a comprar personalmente helados, visitar el supermercado o escaparse a su restaurante chino preferido, en la vecina Virginia.Y lo har¨¢ sin avisar al hasta ahora preceptivo pool de periodistas, sin el que ning¨²n presidente se aventura al exterior. "?Por qu¨¦ no va a poder un presidente acercarse al supermercado y preguntar cu¨¢nto cuesta una barra de pan?", ha preguntado su jefe de prensa, Marlin Fitzwater, a unos periodistas irritados por el cambio de costumbres, pero que ya han abrazado con un entusiasmo probablemente excesivo a un presidente al que hasta hace tres meses denigraban.