Fang Lizhi: "Hay que echar por la borda el leninismo
El 'Sajarov chino' considera que el cambio en el partido comunista es posible, aunque muy dif¨ªcil
En 1985, Fang, considerado una especie de Sajarov chino, denunci¨® la participaci¨®n de dirigentes del partido comunista chino (PCCh), sin ning¨²n t¨ªtulo universitario, en un coloquio cient¨ªfico internacional que se celebraba en EE UU. A principios de 1987, fue excluido del PCCH, acusado de defender la occidentalizaci¨®n de China, y despojado de su cargo de vicerrector.Desde entonces, y con una larga estancia en Europa occidental en el intervalo, trabaja en el observatorio de Pek¨ªn y, en sus declaraciones p¨²blicas, sigue criticando el funcionamiento del r¨¦gimen. "Los extranjeros, que son los que menos comprenden a China, son los m¨¢s optimistas", dec¨ªa recientemente a una revista de Hong Kong. "Los m¨¢s pesimistas son los que frecuentan a los dirigentes, su personal de servicio, su secretario. Ellos afirman que no se puede confiar en nada de lo que dicen".
Pregunta. Profesor Fang, ?qu¨¦ piensa de la consigna oficial de crear un "socialismo con caracter¨ªsticas chinas"?
Respuesta. Pienso que es un error. Decir que el objetivo de China es la modernizaci¨®n me parece claro. Decir "socialismo con caracter¨ªsticas chinas" me parece algo poco claro.
P. ?A qui¨¦n situar¨ªa en el origen de los problemas actuales, a Mao Zedong, a Stalin, a Lenin, a Marx, a las tradiciones pol¨ªticas del pa¨ªs?
R. En la pr¨¢ctica los problemas comienzan con Mao, en 1949, y a¨²n algo antes. En la teor¨ªa, con Lenin. ?l fue el primero en llevar a cabo una dictadura del proletario y aunque en realidad las grandes matanzas se realizaron bajo Stalin, ya se iniciaron en tiempos de Len¨ªn en menor escala. Pero en esencia son lo mismo. Por su parte, Mao ten¨ªa muchas cosas de sabor chino, pero su dictadura del proletariado es igual a la de Stalin.
P. ?Para democratizar el pa¨ªs habr¨ªa entonces que echar por la borda el socialismo?
R. Al menos hay que echar por la borda el leninismo. Socialismos hay muchos. Suecia tambi¨¦n es socialista, pero no es lo mismo, ?verdad?
Marx, anticuado
P. Sin embargo, usted tambi¨¦n ha criticado a Marx.R. Si, porque est¨¢ anticuado. De su comunismo cada uno toma lo que necesita. Las teor¨ªas cient¨ªficas de Engels, adem¨¢s, son indefendibles.
P. ?Hay esperanzas de cambio en el Partido Comunista Chino?
R. Me parece que s¨ª, aunque sea muy dif¨ªcil.
P. ?Esos cambios se deber¨ªan a presiones internas?
R. Eso no alcanza, aunque tambi¨¦n haya gente del partido que aboga por la reforma. Ahora, lentamente, tanto los intelectuales como los obreros y los campesinos tienen mayor independencia, y pueden contribuir a la modificaci¨®n del partido.
P. ?Y el multipartidismo?
R. Primero habr¨ªa que resolver otros problemas, sobre todo mejorar los niveles de la educaci¨®n y la informaci¨®n.
P. Hasta hace a?o y medio, la lucha por el poder parec¨ªa limita da a los sectores reformistas y conservadores del PCCh. Hoy, la discusi¨®n ya no parece girar en torno de problemas de doctrina aunque nadie sabe muy bien de qu¨¦ se discute.
R. La fuerza econ¨®mica del partido comunista reposa en el sistema de propiedad estatal, y y proseguir la reforma atentar¨ªa contra los intereses del partido, pues implicar¨ªa continuar ampliando el sector privado. Pero es muy dif¨ªcil cambiar el control de la econom¨ªa. Te¨®ricamente, ellos quieren la reforma; pr¨¢cticamente, les es dif¨ªcil llevarla a cabo. En lo pol¨ªtico ocurre lo mismo: se admite la necesidad de libertad de expresi¨®n y de una Prensa independiente, pero no podr¨ªan aceptar que los diarios comenzasen a criticar al partido, a Mao o a alg¨²n dirigente.
P. Usted fue acusado de alentar las manifestaciones estudiantiles de fines de 1986 y principios de 1987. ?Reconoce que fue as¨ª?
R. No. Yo estaba de acuerdo con muchas de las exigencias de los estudiantes, como las de mayor democracia y libertad, pero les aconsej¨¦ que no saliesen a manifestarse.
P. ?Las manifestaciones fueron espont¨¢neas?
R. S¨ª.
P. ?Qu¨¦ balance hace de esos hechos?
R. Un buen balance, pues desde entonces cada vez m¨¢s gente se interesa en cuestiones pol¨ªticas. Anteriormente, casi nadie hablaba de democracia.
P. ?Por qu¨¦ se produce una fuga de cerebros al extranjero?
R. Tal vez por falta de confianza en el Gobierno y porque sienten que el pa¨ªs no les ofrece un futuro, sobre todo los j¨®venes. No se les dan medios para realizar sus investigaciones, y sus salarios son bajos, 100 yuanes al mes (28 d¨®lares), y en comida se gastan entre 60 y 70 yuanes.
Olvidados de la reforma
P. ?Por qu¨¦ esa impresi¨®n de olvidados de la reforma de los intelectuales chinos? ?No se dice que los campesinos, m¨¢s numerosos, ya se han enriquecido?R. ?Qu¨¦ va! Son muy pocos los que han hecho fortuna. El conjunto de China sigue siendo muy pobre.
P. En tales condiciones, ?ser¨ªa comprensible la preferencia que da el Gobierno a los proyectos de ciencias aplicadas a la producci¨®n en detrimento de las ciencias fundamentales?
R. Puede comprenderse, pues la situaci¨®n econ¨®mica es muy mala. Pero si se grita que uno quiere tener un gran pa¨ªs, no puede dejarse de lado la investigaci¨®n en ciencias fundamentales. Los descubrimientos en matem¨¢ticas, f¨ªsica o astronom¨ªa no est¨¢n destinados a una aplicaci¨®n inmediata, pero inciden directamente en el nivel educacional y cultural de un pueblo.
P. Este mes usted le escribi¨® una carta a Deng pidiendo la liberaci¨®n de presos pol¨ªticos. ?Cu¨¢ntos hay?
R. Es dif¨ªcil decirlo, pues el Gobierno no lo revela. Est¨¢, pues supuesto, Wei Jingsheng (uno de los animadores del muro de la democracia, condenado en 1979 a 15 a?os de prisi¨®n), y otros famososos, pero no s¨¦ nada de los que no son conocidos.
Carta sin respuesta
P. ?Deng contest¨® a su carta?R. No.
P. ?Sufri¨® presiones o se sinti¨® en peligro desde su expulsi¨®n del partido?
R. Mi vida es normal, pero en el trabajo hubo consecuencias con respecto a los intercambios internacionales de car¨¢cter cient¨ªfico. Peligros, no puedo decir que no haya, pero estoy un poco m¨¢s tranquilo que otros que tienen el coraje de hablar.
P. ?Por qu¨¦? Aparte de su reputaci¨®n internacional, ?hay gente que simpatiza con sus posiciones en su medio o en el partido?
R.Tengo muchos amigos cient¨ªficos; y hay mucha gente que comparte mis opiniones; incluso algunos del partido.
P. Muchos chinos identifican Occidente con el para¨ªso. Sin embargo, en Occidente tambi¨¦n se encuentra una parte del Tercer Mundo. ?Aconsejar¨ªa a esos pa¨ªses que hicieran la revoluci¨®n?
R. Un partido de tipo leninista es muy peligroso y no puede resolver los problemas. Hay muchas formas de interpretar el socialismo. Una es la nuestra, de tipo estalinista. Otra, en Am¨¦rica Latina, la de Fidel Castro. Pero Castro tambi¨¦n fracas¨® en la econom¨ªa. Lo mejor es no repetir las historias del socialismo.
P. ?Eso no se debe al tama?o y a la superpoblaci¨®n del pa¨ªs?
R. Si China no se desarroll¨® en 40 a?os es porque perdi¨® 30 en la lucha de clases.
[En una carta remitida ayer a este peri¨®dico por la secci¨®n espa?ola de Amnist¨ªa Internacional se afirma: "Llevamos ocho a?os trabajando por la liberaci¨®n del preso de conciencia de la Rep¨²blica Popular de China He Qiu, trabajador en un astillero de Guangzhot¨ª y ex director del peri¨®dico no oficial El camino del pueblo, sin haber obtenido respuesta de las autoridades y embajada chinas].
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