El nieto mexicano del revolucionario ruso
Esteban Volkov: "Lo que debe ser rehabilitado no es Trotski, sino la verdad hist¨®rica"
A su abuelo Le¨®n Trotski le asesinaron cuando ten¨ªa 60 a?os. ?l tiene ahora dos a?os m¨¢s, y su rostro y la forma de su cabeza recuerdan obsesivamente la imagen del revolucionario ruso en sus a?os de exilio en M¨¦xico. Esteban Volkov, ciudadano mexicano, se encuentra en Madrid, donde participa en unas jornadas organizadas por la Alianza Hispano-Francesa de Madrid, el Instituto Franc¨¦s y la Fundaci¨®n Andreu Nin sobre la figura de Trotski. Bioqu¨ªmico, no se considera muy pol¨ªtico, aunque admira la vida de luchador revolucionario de su abuelo. "Trotski no tiene que ser rehabilitado, se tiene que restituir la verdad hist¨®rica en la URSS y que se haga justicia".
Su pelo es muy blanco y tiene unos bell¨ªsimos ojos claros levemente te?idos por un punto de amargura. No mira nunca al frente, y al hablar se restrega las manos, grandes y rudas. Su vigorosa imagen contrasta con el cadencioso acento mexicano: "Ahorita mismo bajo", susurra por tel¨¦fono desde su habitacion del hotel. La peripecia de su infancia es sobrecogedora. Incluso ese ¨²ltimo a?o que vivi¨® en M¨¦xico junto a su abuelo, tras un largo peregrinaje, estuvo lleno de sobresaltos y miedos, que culminaron con el asesinato del viejo revolucionario a manos del espa?ol Ram¨®n Mercader.Esteban Volkov es hijo de Zinaida, una de las dos hijas del primer matrimonio de Trotski. Del segundo matrimonio con Natalia Sedova tuvo otros dos hijos: Serguei y Le¨®n. Esteban Volkov naci¨® en 1926 en Yalta (Ucrania), y con cinco a?os abandona el pa¨ªs con su madre, dos a?os despu¨¦s de la salida de Trotski. All¨ª dejaron a una hermana 13 a?os mayor que ¨¦l ya que Stalin s¨®lo autoriz¨® la salida de Zinaida con el hijo m¨¢s peque?o. El pasado mes de diciembre Esteban Volkov viaj¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por primera vez desde su salida, para ver a esa hermana, gravemente enferma de c¨¢ncer, despu¨¦s de sufrir a?os de c¨¢rcel y de exilio interior.
Tras una breve estancia junto a su abuelo en la isla turca de Prinkipo, Esteban Volkov es conducido a Berl¨ªn por un secretario de Trotski, Van Heijenoort, para reunirse de nuevo con su madre, quien se encontraba en dicha ciudad alemana trat¨¢ndose de una tuberculosis. "Un buen d¨ªa", cuenta pensativo, "mi madre no vino a buscarme a la escuela. En su lugar apareci¨® mi t¨ªo Le¨®n. Me dijeron que mi madre estaba muy enferma, y un a?o despu¨¦s me contaron que ese d¨ªa mi madre se hab¨ªa suicidado". Fue en 1933, el a?o de la ascensi¨®n de Hitler al poder, y Esteban Volkov es sacado de Alemania por un matrimonio amigo de la familia y conducido a Viena, donde vivi¨® dos a?os en una especie de internado de j¨®venes que dirig¨ªan unos psicoanalistas. All¨ª coincidi¨® con las hijas de Freud de Wilhelm Reich. Los fines de semana, amigos de su abuelo le sacaban a pasear por el campo. "La verdad es que tengo buenos recuerdos de esos a?os", dice, mientras rescata de su memoria esos raros destellos de de felicidad en una infancia marcada por la tragedia.
Otro secretario de Trotski le recoge en Viena y le conduce a Par¨ªs, donde vive con su t¨ªo Le¨®n y la compa?era de ¨¦ste, Jeanne Mart¨ªn. Su t¨ªo Le¨®n muri¨® poco tiempo despu¨¦s, envenenado por un m¨¦dico ruso, agente del GPU, la polic¨ªa secreta stalinista, en el curso de su estancia en una cl¨ªnica privada en la que hab¨ªa sido internado para someterse a una operaci¨®n sin importancia. "Era il¨®gico que Stalin hubiera desaprovechado esa oportunidad", dice resignado Esteban Volkov, mientras recuerda que su otro t¨ªo, Serguei, "mucho menos activista que su hermano", hab¨ªa sido fusilado meses antes en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Patria potestad
Esteban se qued¨® en Par¨ªs viviendo con la compa?era de su t¨ªo Le¨®n, hasta que su abuelo ya instalado en M¨¦xico, le reclam¨® a su lado. "Jeanne no quiso acceder a los ruegos de m¨ª abuelo, por lo que se vio en la necesidad de iniciar recursos legales para hacerse con la patria potestad sobre m¨ª".Fue en agosto de 1939 cuando un matrimonio amigo, Margarita y Alfred Rosmer, llevan a Esteban con su abuelo a M¨¦xico, en una casa ajardinada en Coyoac¨¢n. "Fue un cambio radical. Pas¨¦ de vivir con Jeanne, una mujer triste y golpeada, a una ¨¦poca llena de vida. Mi abuelo y Natalia viv¨ªan con un grupo heterog¨¦neo de amigos y colaboradores. Era como una gran familia, y mi abuelo, el padre improvisado". Pero esto dur¨® muy poco. "La frecuencia y la virulencia de los ataques contra Trotski aumentaron de tal manera que vimos en ellos los signos precursores del aviso de su atentado". Fue en mayo de 1940 cuando se produce el primer atentado contra Trotski, organizado por el pintor Siqueiros. Esteban Volkov ten¨ªa entonces 14 a?os, y recuerda con una aplastante serenidad toda la secuencia de los hechos. Fue a las cuatro de la madrugada y el dorm¨ªa en la rec¨¢mara contigua a la habitaci¨®n de su abuelo. R¨¢fagas de ametralladoras, disparos, bombas incendiarias, llamaradas. Trotski sali¨® ileso y su nieto result¨® herido en un pie. "Stalin no se qued¨® cruzado de brazos" y s¨®lo tres meses m¨¢s tarde Ram¨®n Mercader le parti¨® el cr¨¢neo con un piolet. Esteban Volkov estaba en la habitaci¨®n contigua.
La 'perestroika'
Esteban Volkov se qued¨® a vivir en M¨¦xico, obtuvo la nacionalidad mexicana, estudi¨® Qu¨ªmicas, se especializ¨® en la rama farmac¨¦utica, se cas¨® con una madrile?a y tuvo cuatro hijas: una es escritora; otra, psiquiatra; otra, m¨¦dica, y la cuarta, economista. Reconoce que no es una persona muy pol¨ªtica, aun admitiendo que no se puede estar al margen. Sin embargo, dice que "el marxismo es la ¨²nica ideolog¨ªa cient¨ªfica para buscar un modelo social m¨¢s justo" y que "el trotskismo es la avanzada del pensamiento marxista". "Yo admiro la vida de luchador revolucionario de mi abuelo. He captado y palpado que mi abuelo ha vivido de acuerdo con sus ideas. El trotskismo se ha enfrentado y expliado el fen¨®meno del stalinismo. C¨®mo una revoluci¨®n tan llena de ideales y esperanza se pudo convertir en la tiran¨ªa quiz¨¢ m¨¢s sangrienta de la historia universal. Los an¨¢lisis de Trotski explican la din¨¢mica de ese fen¨®meno".Sobre la figura de su abuelo en la actual situaci¨®n sovi¨¦tica, Volkov dice que es imposible que los gobernantes de la URSS sigan manteniendo la farsa de mentiras de la ¨¦poca de Stalin. "A Trotski, uno de los dos forjadores de la revoluci¨®n rusa, se le tiene que conocer por s¨ª mismo, por sus obras. A Trotski no le tienen que rehabilitar. Tienen que restituir la verdad hist¨®rica y que se le haga justicia".
Esteban Volkov viaj¨® en diciembre a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, despu¨¦s de 57 a?os. Cuando se le pregunta por la perestroika, contesta: "Yo no s¨¦ hasta d¨®nde llegar¨¢. Pero quiz¨¢ es un ejemplo el que a m¨ª me concedieran el visado para viajar all¨¢ en dos d¨ªas". Fue el reencuentro con su hermana Alexandra. "Siempre asoci¨¦ mi vuelta a vivencias dolorosas y traum¨¢ticas. Ahorita, el deseo de ver a mi hermana se sobrepuso a todo lo dem¨¢s".
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