El Grupo de los Siete, satisfecho por el nivel del d¨®lar
FRANCISCO G. BASTERRA, Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los siete mayores pa¨ªses industrializados (el Grupo de los Siete) terminaron ayer sus reuniones en Washington sin publicar un comunicado final. Seg¨²n declar¨® el ministro canadiense, Michael Wilson, los miembros del G-7 confirmaron "su compromiso para continuar la cooperaci¨®n" en el mantenimiento de las paridades de las divisas. Wilson se?al¨® que se hab¨ªan estudiado "varias opciones" respecto al problema de la deuda del Tercer Mundo, aunque no se ha tomado "ninguna decisi¨®n". Fuentes japonesas se?alaron que el G-7 mostr¨® su satisfacci¨®n por el nivel alcanzado por el d¨®lar, as¨ª como por el de los tipos de inter¨¦s y la marcha de la inflaci¨®n.
Los siete pa¨ªses m¨¢s industrializados intentaron buscar nuevas f¨®rimulas, que no impliquen condonaci¨®n de los cr¨¦ditos ni traspaso de los mismos al contribuyente, para aliviar la deuda del Tercer Mundo. Este acuciante problema y los ya tradicionales desequilibrios del sisterna monetario internacional por los d¨¦ficit norteamericanos y los super¨¢vit comerciales de Jap¨®n y la Rep¨²blica Federal de Alemania fueron discutidos ayer en Washington, sin publicidad alguna, por los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Siete (G-7).El secretario del Tesoro norteamericano, Nicholas Brady, anfitri¨®n de sus hom¨®logos en la primera reuni¨®n del exclusivo club tras la llegada de Bush a la Casa Blanca, prometi¨® que EE UU reducir¨¢ su d¨¦ficit presupuestario y que ¨¦sta ser¨¢ la primera prioridad de la nueva presidencia. Estas intenciones fueron bien recibidas por los dem¨¢s miembros del G-7, seg¨²n expresaron fuentes japonesas tras la reuni¨®n. Pero el problema de la deuda y la posibilidad de rectificar el Plan Baker, considerado insuficiente por los siete, domin¨® la reuni¨®n.
Los responsables financieros de Jap¨®n, la RFA, el Reino Unido, Italia, Francia y Canad¨¢, que, junto con EE UU, integran el Grupo de los Siete, celebraron una cena de trabajo el jueves -salm¨®n al champa?a y mousse de naranja- y discutieron los problemas ya t¨®picos de la econom¨ªa mundial ayer en la sede del Tesoro norteamericano. Se trat¨® de un primer contacto con las todav¨ªa poco claras actitudes de la Administraci¨®n de Bush sobre la econom¨ªa internacional y de preparaci¨®n de la reuni¨®n bianual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, del 31 de marzo al 4 de abril.
La actuaci¨®n de Nicholas Brady, un ex banquero millonario de Wall Street amigo de Bush, que recientemente dijo que a ¨¦l no le preocupaba mucho la ca¨ªda del d¨®lar -"los mercados suben y bajan"-, provoca dudas sobre su capacidad pol¨ªtica en los mercados financieros y entre los aliados, acostumbrados a la solidez de James Baker, que ahora es el nuevo secretario de Estado.
Los mercados esperan
Los siete constataron en Washington que el Plan Baker, lanzado en 1985 para resolver la deuda del Tercer Mundo (1,3 billones de d¨®lares), no ha dado los resultados buscados. Se han secado los cr¨¦ditos, y los deudores, especialmente en Latinoam¨¦rica, pagan mucho m¨¢s de lo que reciben, y sus democracias corren peligro.
Manteniendo los principios de que no puede haber condonaci¨®n de deudas ni que las haciendas p¨²blicas carguen con los impagos, EE UU, presionado por Jap¨®n y los europeos, est¨¢ dispuesto a estudiar cambios importantes en el Plan Baker. Los siete podr¨ªan, tras la reuni¨®n de ayer, acordar ayudas fiscales y de otro tipo a la banca privada para que ¨¦sta preste m¨¢s a los pa¨ªses en desarrollo, invirtiendo la tendencia negativa actual del flujo de capitales procedentes del Tercer Mundo.
Es posible esperar alguna soluci¨®n en este sentido, que se negociar¨ªa en el seno del G-7, creando un grupo especial, y se presentar¨ªa a las reuniones del FMI y el Banco Mundial de abril, dijeron ayer fuentes norteamericanas citadas por The New York Times. Brady y el Tesoro de EE UU barajan planes que incluyen el reconocimiento de que hay que descontar el valor de la deuda, aumentar los plazos de los cr¨¦ditos y limitar los intereses.
El primer ministro japon¨¦s, Noburu Takeshita, ha visitado esta semana Washington, y los otros aliados han estado presionando a Estados Unidos para que se tome en serio el problema del d¨¦ficit.
Washington responde solicitando el crecimiento de la demanda interna en Jap¨®n y la RFA y la disminuci¨®n de sus super¨¢vit en el comercio con este pa¨ªs. La depreciaci¨®n del d¨®lar parece que ha dado ya de s¨ª todo lo posible, y el d¨¦ficit comercial de EE UU se resiste a descender. Aunque la Administraci¨®n admite que es un problema "absolutamente vital", los seis socios de Washington en el G-7 son esc¨¦pticos a¨²n sobre la resoluci¨®n del nuevo presidente. El d¨ªa 9, Bush presentar¨¢ al Congreso sus planes para reducir un d¨¦ficit fiscal (150.00) millones de dolares) que, en opini¨®n de algunos miembros le su presidencia, no es tan grave. Pero el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, declar¨® el pasado jueves que ¨¦sta es una noci¨®n equivocada.
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