La tautolog¨ªa televisiva
En las ¨²ltimas semanas, Chicho Ib¨¢?ez Serrador se ha hartado de decir que no deseaba que se incidiera en exceso en su vuelta a TVE. Sin embargo, su retorno a los plat¨®s, tras un a?o de ausencia, no pod¨ªa pasar inadvertido para sus numerosos seguidores. Ib¨¢?ez Serrador, sin duda, deb¨ªa tener miedo de que se creara una elevada expectaci¨®n que pudiera verse defraudada ante la sencillez del planteamiento propuesto por Waku-waku.Con Un, dos, tres..., Chicho Ib¨¢?ez Serrador hab¨ªa demostrado su capacidad para moverse entre grandes decorados, montajes no menos espectaculares e infinidad de recursos apoyados en el principio de tautolog¨ªa televisiva de ofrecer a una audiencia tan amplia como heterog¨¦nea la viciosa repetici¨®n de unos mismos elementos, de forma siempre distinta y novedosa. Algo que sus predecesores de El precio justo s¨®lo heredaron en la primera parte; es decir, en el inagotable empe?o de reincidir vulgarmente en un esquema demasiado est¨®lido.
Waku-waku, en el fondo, tampoco es tan diferente al Un, dos, tres..., pese a la evidente distancia entre las ambiciones de uno y otro. Ambos buscan simplemente entretener. Se apoyan para ello en una presentaci¨®n, para bien y para mal, en el que la locutora pone el recurso de la sonrisa y poco m¨¢s Los invitados son testigos del espect¨¢culo m¨¢s que part¨ªcipes del mismo -su selecci¨®n deber¨ªa cuidarse con m¨¢s esmero en pr¨®ximos programas-. La realizaci¨®n, que en este caso Ib¨¢?ez Serrador ha cedido a su viejo amigo Fontanals, mantiene, pese a ello, su toque personal: sobriedad, rapidez y eficacia. Y como centro de todo, la sorpresa. Los documentales japoneses sobre peculiares y desconocidos animales resultan incre¨ªbles, y su hallazgo entre la selva electr¨®nica de la televisi¨®n mundial es todo un acierto.
De todas formas, Waku-waku no pasar¨¢ a la historia de los grandes programas. Su reto tampoco era ¨¦se. Sin embargo, su ¨¦xito est¨¢ garantizado. La tarde dominical con Juego de ni?os, Alf y ahora Waku-waku queda fresca y original (lo que nadie sabe muy bien es qu¨¦ pinta en medio La piovra).
Ib¨¢?ez Serrador ha puesto en marcha as¨ª su particular factor¨ªa televisiva. No se ha atrevido a asumir un proyecto demasiado arriesgado. La presi¨®n en la espalda del Un, dos, tres... ha debido pesar en ello. Waku-waku es un agradable sonido, pero Chicho deber¨ªa atreverse a componer una gran canci¨®n.
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