Pablo Castellano: "El mayor n¨²mero de estalinistas conversos est¨¢ en el PSOE"
El ex dirigente socialista reaparece como miembro de la presidencia de IU
Quince meses despu¨¦s de su expulsi¨®n del PSOE, el mono de la pol¨ªtica puede tanto a Pablo Castellano que se dispone a reaparecer en p¨²blico el pr¨®ximo domingo como miembro de la presidencia de Izquierda Unida (IU). Castellano est¨¢ dispuesto, "si los compa?eros lo piden", a fajarse en la campa?a para las pr¨®ximas elecciones legislativas; llama a participar a los socialistas en desacuerdo con Felipe Gonz¨¢lez, y critica el anticomunismo del PSOE, "el partido con mayor n¨²mero de estalinistas conversos".
Pregunta. Despu¨¦s de tantas vicisitudes, ?c¨®mo se define usted en estos momentos?Respuesta. Yo soy un socialdem¨®crata de toda la vida. Cuando ingres¨¦ en el partido de Pablo Iglesias, lo que m¨¢s me atrajo es que el socialismo se ten¨ªa que construir por v¨ªa democr¨¢tica y por convicci¨®n. La idea de la vanguardia que entrega la revoluci¨®n al pueblo es un esquema que yo no he tenido nunca.
P. ?Y qu¨¦ hace un socialdem¨®crata como usted en Izquierda Unida, un proyecto del PCE?
R. Un socialdem¨®crata como yo, que no se va del PSOE, sino que le echan, y que no est¨¢ dispuesto a renunciar al compromiso con sus ideas no puede sustraerse a colaborar con un proyecto como el de Izquierda Unida que me han ofrecido. Despu¨¦s de haber luchado para conquistar el derecho a la libertad y a la participaci¨®n pol¨ªtica, no hacer uso de esos derechos tiene algo de delictivo.
P. ?A qu¨¦ tipo de electores busca este proyecto socialista?
R. Se tiene que dirigir a la clase trabajadora, entendida ¨¦sta como la de todos aqu¨¦llos que viven de su trabajo y no de las rentas del capital; lo que entendi¨® toda la vida el partido de Pablo Iglesias: la uni¨®n del trabajo manual y las fuerzas de la cultura; vamos, lo que representaba aquel extraordinario binomio de ver a un estuquista como Largo Caballero en el mismo partido de Juli¨¢n Besteiro o Fernando de los R¨ªos. Muchos trabajadores piensan, equivocados o no, que el partido de don Felipe Gonz¨¢lez ya no orienta ah¨ª su acci¨®n pol¨ªtica, so pretexto de la representaci¨®n de los intereses generales, y est¨¢ poniendo el acento en unas capas de poblaci¨®n que no son las que m¨¢s sufren desde el punto de vista econ¨®mico.
P. ?Este proyecto puede ser la traducci¨®n pol¨ªtica de las posiciones actuales de UGT?
R. Evidentemente, tienen un cierto correlato. Pero hay que dejar muy claras dos cosas: primero, el respeto a UGT, que ha dejado muy claro que quiere autonom¨ªa sindical y no convertirse en un partido bis; malo ser¨ªa que las equivocaciones de otros, que han querido convertir a UGT en correa de transmisi¨®n o en ap¨¦ndice del Gobierno, las repiti¨¦ramos los dem¨¢s. Y tambi¨¦n ser¨ªa malo que surgiera esta referencia con un sentido de negatividad hacia el PSIDE. No se debe construir una casa por derribo de las ajenas ni convertir un partido en el refugio de rencores de otra. Yo tengo mis heridas; rencores no quiero tener ninguno.
La ¨®rbita comunista
P. ?Y qu¨¦ va a decirles usted a los miembros de Izquierda Unida, que en su mayor¨ªa proceden de la ¨®rbita comunista?R. Cierto: el proyecto pol¨ªtico que conocemos como Izquierda Unida nace de la estrategia del partido comunista. Tanto a ellos como a un sector socialista se les puede decir que no estamos haciendo nada distinto de lo que hemos hecho durante mucho tiempo. Yo no habr¨¦ militado en el mismo partido que Cristina Almeida, pero si pasara cuenta de las horas pasadas en com¨²n y de las vicisitudes sufridas en com¨²n, me resulta m¨¢s cercana que algunos n¨²cleos del actual partido del se?or Gonz¨¢lez.
P. Usted ha compartido el PSOE, incluso en la clandestinidad, con personas que han seguido trayectorias muy diferentes: Miguel Boyer, por ejemplo.
R. Miguel Boyer ya estaba en el PSOE cuando yo llegu¨¦ a este partido. Miguel ha discutido sus posiciones con agresividad incluso, pero yo nunca le he visto levantar la voz para decir que echaran a un compa?ero porque pensara de otra manera. Cuando Miguel Boyer se march¨® del PSOE, en una ocasi¨®n, y quiso volver a entrar hubo quien intent¨® hacerle una especie de examen de dignidad y yo le apoy¨¦ para que ingresara, porque yo creo en un partido plural.
P. ?Se va a presentar usted a las elecciones legislativas?
R. Mi estado an¨ªmico hoy es trabajar por mis ideas en la plataforma de Izquierda Unida, y alimento la nostalgia de volver a ser, como abogado, un servidor de la sociedad. Ahora, si en un momento determinado, en defensa de un proyecto pol¨ªtico en el que se cree, alguien cree democr¨¢ticamente conveniente que hay que hacerlo, por qu¨¦ no. Tendr¨¦ que volver a los mismos pueblos que he ido siempre, a decir lo mismo que he dicho siempre. Yo no he ido nunca a un pueblo a decir "OTAN, no", para volver meses m¨¢s tarde a decir "OTAN, s¨ª". Y no he ido a decir que quer¨ªamos un Parlamento que controlara al Gobierno, en la etapa de UCD, para ir ahora a decir que los que tratan de utilizar el control parlamentario del Gobierno intentan desestabilizar. Y cuando defend¨ªamos el derecho a la cr¨ªtica, no he vuelto despu¨¦s para decir que los que critican son aves carro?eras.
Y tiene gracia tambi¨¦n -bueno, tiene muy poca- ese anticomunismo que emana del partido del se?or Gonz¨¢lez, que es el que tiene hoy el mayor n¨²mero de estalinistas conversos, dicho sea sin se?alar.
P. Cuando llegue la campa?a electoral, ?va a se?alar usted a todo el mundo?
R. Si me toca hacer campa?a y los compa?eros lo deciden har¨¦ con mucho gusto lo que he hecho toda mi vida: llamarle al pan, pan, y al vino, vino. Ahora me llegan cr¨ªticas del partido al que yo pertenec¨ªa, como una especie de resentimiento porque he tomado la opci¨®n de seguir trabajando pol¨ªticamente; pero ustedes ?qu¨¦ quer¨ªan? Un alto jefe del PSOE ha llegado a decir que est¨¢ muy bien que Pablo Castellano se vaya a Izquierda Unida, porque como siempre hace da?o donde est¨¢, all¨ª har¨¢ da?o tambi¨¦n. Pod¨ªa haber pensado si eso era verdad cuando ayud¨¦ a reorganizar este partido en la clandestinidad, a que lo reconociera la Internacional Socialista, a construir la federaci¨®n de Madrid y otras, e incluso a defender ciertas leyes, como la antiterrorista, trag¨¢ndome algunas de mis convicciones.
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