El duende hace se?ales
"Sentir que nos aproximamos a algo realmente grande, y que no puede ni debe ser nuestro m¨¢s all¨¢ de unos instantes". As¨ª define Fernando Qui?ones el duende flamenco, y esos momentos fugaces abundaron en el concierto de Ketama y Pata Negra. Aparecieron cuando Rafael Amador arranc¨® un ?ol¨¦! del p¨²blico que llenaba la sala tras rematar unas buler¨ªas con una copla antigua: "Cuando t¨² me eches de menos, vas a venir a buscarme como el caballo sin frenos". O cuando Ketama interpret¨® Vente pa Madrid, una mezcla de rumba y salsa incluida en su ¨²ltimo disco, Shongai, que despierta m¨¢s inter¨¦s en Europa que en Espa?a.La actuaci¨®n de Ketama y Pata Negra en Madrid ha llegado en un momento particularmente interesante, que coincide con el inter¨¦s en todo el mundo hacia la m¨²sica con ra¨ªces. Grupos franceses venden cientos de miles de discos cantando rumbas en castellano, y mientras en el extranjero se rentabiliza el sonido espa?ol, los grupos andaluces como Ketama y Pata Negra se alimentan s¨®lo de ese duende que les hace siempre imprevisibles.
Ketama y Pata Negra
Ketama: Jos¨¦ Soto, Sorderita (voz, guitarra); Juan Carmona, Habichuela (guitarra); Antonio Carmona Habichuela (voz, percusi¨®n); Jos¨¦ Miguel Carmona, Habichuela (guitarra, percusi¨®n); Marcelo Fuentes (bajo). Pata Negra: Rafael Amador (voz, guitarra), Raimundo Amador (guitarra, bajo), Antonio Rodr¨ªguez (bater¨ªa), Juanjo Pizarro (guitarra). Sala J¨¢cara. Madrid, 9 de febrero.
En un concierto de Ketama y Pata Negra puede pasar, y pasa de todo. Minutos de espera entre canci¨®n y canci¨®n, espant¨¢s y temas magn¨ªficamente apuntados pero mal rematados. En otros momentos, un "no se puede aguantar" de satisfacci¨®n queda suspendido en el aire. Entonces, la sensaci¨®n de absoluta libertad que desprenden los artistas mantiene prendida la atenci¨®n del p¨²blico, expectante ante el regreso del instante feliz que en una m¨²sica tan creativa como el flamenco aparece inesperadamente.
Posibilidad de sorpresa
En esta permanente posibilidad de sorpresa est¨¢ el atractivo principal de Ketama y Pata Negra. En la irregularidad, su obst¨¢culo para acceder a mayores audiencias, acostumbradas al espect¨¢culo perfecto, milim¨¦tricamente planificado. Esta imperfecci¨®n genial adopta en Ketama formas flamencas ortodoxas para transformarlas mediante unos arreglos muy cuidados en canciones asequibles para los no expertos. Los hermanos Carmona y Jos¨¦ Soto han mejorado su directo en los ¨²ltimos meses y son m¨¢s contundentes sin perder el preciosismo de su m¨²sica. Finalizaron la actuaci¨®n con una fiesta por buler¨ªas en la que particip¨® toda la familia, y convirtieron la discoteca en un tablao.
Pata Negra, como Curro Romero, suele ofrecer cal y arena. Asombraron en su faceta el¨¦ctrica, con un magn¨ªfico trabajo como guitarristas de blues aflamencado, y s¨®lo cumplieron en su l¨ªnea ac¨²stica, con Rafael Amador llevando el peso de la actuaci¨®n. Su m¨²sica ha logrado fusionar estilos vitales como el flamenco y el rock, que encajan con asombrosa naturalidad.
Los dos grupos presentaron defectos en el desarrollo del concierto, que padeci¨® algunos baches a consecuencia de una planificaci¨®n que necesita mayor agilidad para mantener continuamente el inter¨¦s de grandes audiencias. A pesar de esta falta de ritmo esc¨¦nico, el p¨²blico se prend¨® de su naturalidad ingenua, original y creadora, consciente de que el duende, como el or¨¢culo, ni afirma ni niega; s¨®lo hace se?ales.
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