Prohibido arrancar azucenas
Un decreto auton¨®mico protege 19 especies vegetales propias de la comunidad madrile?a
Los excursionistas que pasan el fin de semana en el campo, principal peligro para la conservaci¨®n de las 19 especies vegetales que la Comunidad de Madrid considera protegidas desde el pasado d¨ªa 9, deber¨¢n tener m¨¢s cuidado desde este momento cuando visiten las zonas donde crecen estos ¨¢rboles, arbustos y flores. Arrancar alg¨²n ejemplar, cortar ramas le?osas o realizar cualquier acci¨®n que contribuya a deteriorar estas plantas, cuya rareza, singularidad o situaci¨®n en claro peligro de extinci¨®n han motivado esta medida, puede costarle al infractor una suma entre 50.000 y 100.000 pesetas.
Se acab¨® aquello de ir a a la sierra de Guadarrama a cortar unas ramitas de genciana para abrir el apetito o alejar la fiebre y la debilidad, o la preparaci¨®n de melisanas a base de esquilmar las plantas un domingo con sol, y mucho menos lo de llevarse para casa unas azucenas con bulbo y todo, para ver qu¨¦ tal se nos da la jardiner¨ªa. A partir de ahora, una serie de plantas que crecen en el territorio de la Comunidad de Madrid cuentan con la protecci¨®n de los organismos oficiales, exactamente igual que el acebo desde 1983 y 12 especies arb¨®reas desde 1985.Con base en los estudios de especies realizados por la Agencia de Medio Ambiente (AMA) en esta comunidad, y teniendo en cuenta el rendimiento positivo que tiene cualquier pol¨ªtica de protecci¨®n de la naturaleza respaldada por los organismos oficiales, en enero de este a?o se puso en marcha un decreto para ampliar la protecci¨®n a un total de 19 especies vegetales.
Medidas de protecci¨®n
"Tanto aqu¨ª como en otras regiones", afirma Jos¨¦ Vicente Olmo, director general del Medio Natural de la AMA, "se ha comprobado la eficacia de las medidas de protecci¨®n. El acebo, por ejemplo, est¨¢ regener¨¢ndose espont¨¢neamente en zonas donde hace unos a?os se lo ve¨ªa desaparecer sin remedio".
El criterio para incluir estas especies tuvo en cuenta tanto el hecho de que algunas se hallan en peligro no s¨®lo en esta zona, sino en otras partes del pa¨ªs y del mundo, como que se hab¨ªa observado una progresiva disminuci¨®n de la poblaci¨®n natural en lugares donde crec¨ªan habitual mente. Respecto al primer punto, se han seguido las recomendaciones de la Uni¨®n Internacional de Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN), que ya hab¨ªa prevenido sobre el peligro de extinci¨®n en que se hallaban el geranio del Paular, planta que vive en fisuras de las rocas y es end¨¦mica de zonas muy concretas del valle del Lozoya, la n¨¦beda (o nevada) de Beltr¨¢n, especie anual de olor y sabor parecido a la menta, que ya ha desaparecido de Rivas-Vaciamadrid, aunque a¨²n es posible encontrarla en Alcal¨¢ de Henares, o el jaramago de Cavanilles, que en medicina natural antigua se empleaba como expectorante y en general para enfermedades respiratorias. De esta ¨²ltima especie existe en Villarrobledo (Albacete) una reserva natural en un peque?o terreno bajo el cuidado popular. Es posible que esta medida "provoque la revalorizaci¨®n de estas especies", como teme Olmo, lo cual aumentar¨ªa el peligro de su desaparici¨®n en estas zonas. Sin embargo, "hay que ser optimistas" y esperar que las campa?as de propaganda, con anuncios en prensa, en vallas y en carteles informativos en los lugares donde crecen estas plantas contribuyan a concienciar al p¨²blico respecto al futuro del medio natural, que en esta regi¨®n soporta una inmensa presi¨®n demogr¨¢fica. "Son 800.000 hect¨¢reas para m¨¢s de cinco millones de personas que tienen todo el derecho del mundo de disfrutar de los lugares recreativos que existen en el campo y los montes, cerca de donde viven, pero cuid¨¢ndolos para que el a?o que viene y los siguientes puedan encontr¨¢rselos como la primera vez que fueron. Tocamos a poco, pero por lo menos que sea poco y bueno", concluye el director del Medio Natural.
Poco y bueno
Respecto a las multas y otras medidas sancionadoras, que en ocasiones pueden llegar a los tribunales si la infracci¨®n es considerada delito ecol¨®gico, Jos¨¦ V. Olmo conf¨ªa plenamente en la labor de los guardias forestales que trabajan en estas zonas, cuya extensi¨®n no es muy grande, y por ello permite un mayor control. La vigilancia se extiende en ocasiones a la ciudad: "Tenemos buenos mecanismos de informaci¨®n. Hace poco recibirnos el aviso de que un cami¨®n estaba descargando ramas de acebo en una florister¨ªa, requisamos el cami¨®n y sancionamos al transportista y al establecimiento que le compraba la carga". Al parecer, los multados pagan lo que deben, dinero que va a parar a la Tesorer¨ªa de la Comunidad.
As¨ª, es posible que dentro de unos a?os haya aumentado el n¨²mero de guillomos y ar¨¢ndanos en los riscos y lugares sombr¨ªos de Siete Picos (Cercedilla), o los abedules de corteza plateada en la Dehesa Bonita de Somosierra, donde tambi¨¦n se encuentran los ejemplares salvajes de avellano, cuyos frutos sirven de alimento a la fauna silvestre. Otras zonas donde pueden encontrarse estas especies, para admirarlas en vez de acabar con ellas, como ocurr¨ªa hasta ahora, son el hayedo de Montejo, cerca de Buitrago, donde crece la azucena silvestre y el ma¨ªllo o maguillo, manzano de frutos peque?os muy apreciados por los animales. Tambi¨¦n hay azucenas en el valle de la Fuenfr¨ªa y en el casta?ar de las Rozas de Puerto Real, donde comparten h¨¢bitat con la melisa.
El jaguarzo
El jaguarzo amarillo se extiende por zonas del oeste madrile?o, la jara rizada crece en el barranco del Boquer¨®n en Cadarso de los Vidrios, la sapina en la zona h¨²meda de Villamejor (Aranjuez), donde est¨¢ previsto establecer un espacio protegido. Finalmente, la rosa vellosa est¨¢ escasamente representada en las zonas altas de la sierra de Guadarrama; la mata del tamujo, que se emplea para hacer escobas, aparece en Arganda y en San Mart¨ªn de la Vega y en el espacio acotado de El Pardo, y la del p¨ªtano lo hace en la finca de Sotomayor, en Aranjuez.
Con estas medidas, tambi¨¦n el peque?o peral conocido como piru¨¦tano, de valiosa madera, salvar¨¢ su exigua existencia en los bosques de la Comunidad.
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