Lo que ellos no esperan: "?Yyyya! ?Yyyya!"
120 mujeres aprenden en Zaragoza t¨¦cnicas de autodefensa contra agresiones masculinas
"Imaginaos que ten¨¦is detr¨¢s alguien que trata de atacaros y ten¨¦is que derribarlo", dice la monitora, y las alumnas ejecutan el ejercicio al grito de "?Yyyya! ?Yyyya!", que inunda el amplio gimnasio del Instituto Mixto 4 de Zaragoza. Por iniciativa del Frente Feminista de Zaragoza, y desde el pasado mes de diciembre, todos los lunes, martes, jueves y viernes, de nueve a diez de la noche, un grupo de 120 mujeres, desde estudiantes a amas de casa, aprenden t¨¢cticas de autodefensa.
Al curso asisten estudiantes de bachillerato y de COU, profesoras, oficinistas, dependientas y amas de casa. Cada una tiene una motivaci¨®n concreta para acudir al gimnasio. "Aprendemos a utilizar la fuerza y a conocer estrategias para salir airosas de situaciones de peligro. Descubres que eres capaz de hacer cosas que nunca imaginaste. Piensas, por la educaci¨®n que recibes, que eres una debilucha, y luego te das cuenta de que puedes dar un pu?etazo, una patada y tumbar a alguien", comenta un grupo de estudiantes de bachillerato."Llevamos 10 a?os pegando carteles y denunciando las violaciones, agresiones y malos tratos, pero nos hemos dado cuenta que esto, con ser necesario, no es suficiente. Hemos pasado a la acci¨®n y preparamos a las mujeres para que puedan responder ante las agresiones". Quien as¨ª habla es Concha Arnal, siete a?os de yudo, instructora y organizadora del curso de autodefensa para mujeres.
Concha asisti¨® el pasado verano en Amsterdam, junto con 50 feministas de todo el mundo, cinco de ellas espa?olas, a un cursillo intensivo en t¨¦cnicas de autodefensa, y de all¨ª trajo la idea. "En Holanda llevan 12 a?os con este asunto, y reciben subvenciones del Estado. Aqu¨ª nadie nos ayuda: las instituciones de Zaragoza deber¨ªan darse cuenta que atendemos a m¨¢s de 120 mujeres, que son las que se han apuntado ya al curso". S¨®lo cuentan con la generosidad del instituto, que les cede el gimnasio, y la aportaci¨®n simb¨®lica de 50 pesetas que paga cada cursillista.
Se han celebrado jornadas de divulgaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, Navarra, Tarragona y C¨®rdoba.
Feministas en expansi¨®n
S¨®lo en Zaragoza se dieron las condiciones para impartir un curso continuo ante la gran demanda. La fama de las feministas zaragozanas ha traspasado las fronteras de esta ciudad y han realizado demostraciones en otras provincias, donde las reclaman para que vayan a montar cursillos similares. Para el 8 de marzo, D¨ªa de la Mujer Trabajadora, preparan una exhibici¨®n, un debate y una fiesta. Las clases no tienen una duraci¨®n definida: "Ellas eligen el d¨ªa y vierten cuando pueden. Si se sienten seguras y se consideran ya preparadas dejan de asistir", asegura la monitora.
Aerobic, gimnasia, k¨¢rate y psicodrama forman parte de los ejercicios, que "en modo alguno pretenden crear mujeres atletas y prepararlas para atacar a los hombres.
Se trata de que tengan confianza en s¨ª mismas y puedan defenderse ante las agresiones".
Concha Amal asegura que los resultados que obtienen son . positivos: conseguimos la relajaci¨®n, se fomenta el contacto con otras personas -no todas las inscritas pertenecen al Frente Feminista-, y lo que es m¨¢s importante, reporta beneficios psicol¨®gicos y se saca el miedo de dentro. Las mujeres estamos educadas para no pegar, y tenemos que aprender a defendemos".
El grupo, de unas 25 mujeres, de todas las edades, condiciones y profesiones, realiza primero un precalentamiento a base de carreras, saltos y flexiones. Despu¨¦s se pasa a la pr¨¢ctica de la autodefensa: la monitora simula la escena de un hombre que sigue y lanza improperios agresivos a una alumna. ?sta procura andar erguida, con decisi¨®n, y de repente se gira y mira fijamente al supuesto agresor y le dice: "?Qu¨¦ pasa, d¨¦jame en paz!". "Si una mujer muestra sensaci¨®n de seguridad, el agresor desiste de atacar porque, entre otras razones, no se lo espera", asegura Concha.
La clase contin¨²a. La instructora ense?a a las alumnas c¨®mo quitarse de encima a un supuesto violador: profesora y alumna ruedan por el suelo al escenificar el ejercicio. Tres son las posibilidades de defenderse, a cual m¨¢s expeditiva, y la ¨²ltima consiste en "agarrarle la cabeza y dar un giro en¨¦rgico: ?Yyyya!".
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