Encuentro en El Cairo
HACE DOS a?os, El Cairo fue escenario de un acontecimiento hist¨®rico cuando el entonces ministro de Exteriores de Israel, Sim¨®n Peres, firm¨® un comunicado pidiendo una conferencia internacional sobre el problema palestino. Dicho gesto no tuvo continuidad porque fue enterrado por el primer ministro Shamir. Ahora, la capital egipcia acaba de ser teatro de otro hecho inesperado, cuyos efectos deben ser m¨¢s duraderos: un encuentro entre los ministros de Exteriores de la URSS e Israel, seguido, pocas horas despu¨¦s, de una entrevista entre Shevardnadze y el l¨ªder de la OLP, Yasir Arafat. El viaje del ministro sovi¨¦tico a diversas capitales de la regi¨®n era inimaginable antes del fin de la retirada de Afganist¨¢n. Una vez encajada la derrota, Mosc¨² est¨¢ aprovechando con inteligencia las condiciones creadas para recuperar la iniciativa en una regi¨®n que desde la guerra de 1973 constitu¨ªa una especie de coto de la acci¨®n exterior nortearnericaria.Para desempe?ar un papel activo en O?ente Pr¨®ximo, Mosc¨² entiende que debe dialogar con todas las partes, y de ah¨ª la importancia de la entrevista Arens-Shevardnadze. El propio ministro sovi¨¦tico ha dicho: "Sin buena voluntad de Israel, no hay soluci¨®n viable". Para Israel, el inter¨¦s de la entrevista no era menor: ya no puede limitarse a jugar la carta d.e EE UU, sobre todo una vez que Washington est¨¢ hablando con la OLP. El Gobierno israel¨ª necesita de las relaciones con un pa¨ªs como la URS S, que, adem¨¢s de ser una de las superpotencias, tiene mayores posibilidades que otros de ser escuchada por la OLP y por los pa¨ªses ¨¢rabes m¨¢s opuestos a Israel.
La visita de Shevardnadze, adem¨¢s de su significado general como afirmaci¨®n del papel de la URSS en la regi¨®n, ?puede ayudar en concreto a solucionar el conflicto de Oriente Pr¨®ximo? Tal hip¨®tesis, absurda hace un a?o, no deber¨ªa ser rechazada hoy de modo precipitado. Entre el proyecto de conferencia internacional patrocinada por la ONU y lo que ahora parece aceptar Shamir -una negociaci¨®n entre Israel y los pa¨ªses ¨¢rabes vecinos patrocinada por EE UU y la URSS-, la distancia no es abismal. Shevardnadze ha insistido cerca del ministro israel¨ª sobre la compatibilidad de ambos proyectos y ha puesto el acento en la urgencia de preparar las negociaciones para que puedan ser abordados cuanto antes los problemas decisivos. A saber, la retirada de Israel y el ejercicio por los palestinos del derecho a la autodeterminaci¨®n.
A pesar de la dificultad de una soluci¨®n inmediata, los progresos realizados desde que la OLP reconoci¨® al Estado de Israel han sido significativos. El marco en el que se plantea el problema pal¨¦stino ha cambiado y el di¨¢logo se generaliza. Estados Unidos habla con la OLP. La URSS intercambia sus puntos de vista con Israel. La excepci¨®n, en ese avance hacia el di¨¢logo de todos con todos, es la actitud de Shamir. El primer ministro de Israel s¨®lo acepta hablar con palestinos "no de la OLP"; pero se estrella con un muro" como ha dicho el antiguo ministro israel¨ª Abba Eban. Despu¨¦s de los pasos dados por la Comunidad Europea y la URSS, junto con el papel esencial que corresponde a EE UU, parece llegado el momento de cierta coordinaci¨®n en los esfuerzos para preparar la negociaci¨®n. Un intermediario designado por la ONU ser¨ªa una buena f¨®rmula.
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