Las dudas del 'Cason'

Analiza y comenta el autor del texto el contenido del informe de la comisi¨®n presidida por Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, e integrada mayoritariamente por parlamentarios, al que no duda en atribuirle la potenciaci¨®n de las dudas y torpezas en la actuaci¨®n de las autoridades locales, auton¨®micas y de la Administraci¨®n central.

El informe presentado por la comisi¨®n para el esclarecimiento de los hechos ocurridos por el embarrancamiento del Cas¨®n en las costas de Galicia no s¨®lo no ha esclarecido casi nada sobre el famoso accidente, sino que ha disparado las dudas hasta l¨ªmites inimaginables. Tan laboriosa comisi¨®n, formada mayoritariamente por diputados y presidida por el ex defensor del pueblo Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez merec¨ªa mejores resultados.Porque concluir que la Administraci¨®n tuvo un comportamiento arrogante, que minti¨® a los ciudadanos y que con su incapacidad manifiesta provoc¨® el calvario que vivieron los ciudadanos de Galicia en diciembre de 1987, no es nuevo. Se?alar a los cargos responsables, uno a uno -a saber: gobernadores civiles de La Coru?a y Lugo, director general de la Marina Mercante, delegado del Gobierno y Xunta de Galicia-, lament¨¢ndose de la impunidad escandalosa con que act¨²an estos servidores del Gobierno-Estado, que ni dimiten ni son cesados, tampoco es nada original. Este peri¨®dico ya lo dijo al filo de la noticia, hace ahora m¨¢s de un a?o.

?Para qu¨¦ entonces el informe, de tan dif¨ªcil acceso que parece clandestino? En primer lugar, para seguir pinchando al Gobierno con el relato minucioso de la terrible experiencia vivida por los ediles de la zona. Lo que cuentan es de tal gravedad que si no fueran excelent¨ªsimos se?ores alcaldes no les podr¨ªa creer nadie. La descoordinaci¨®n y la falta de tacto de las autoridades centrales y auton¨®micas -su ineptitud, en suma- fue un factor decisivo del p¨¢nico colectivo que se apoder¨® de las poblaciones de la r¨ªa de Corcubi¨®n. Pero las acusaciones son excesivamente vagas y generales. No todas las autoridades actuaron con el mismo grado de negligencia, ni su responsabilidad en los hechos es siquiera comparable. Cab¨ªa esperar del informe una depuraci¨®n m¨¢s detallada de las diversas responsabilidades administrativas.

Claro alegato

En segundo lugar, el informe es un notable alegato en favor de los trabajadores de Al¨²minaAluminio y de su comit¨¦ de empresa, v¨ªctimas hipot¨¦ticas de una maniobra provocadora ordenada no se sabe muy bien por qui¨¦n.

Y aqu¨ª entramos en las inmensas sombras de duda que nos plantea este informe sobre el Cason. ?Puede serverdad que el extra?o viaje de los famosos bidones t¨®xicos a trav¨¦s de media Galicia, extendiendo el malestar en una romer¨ªa de 300 kil¨®metros que acab¨® en los muelles de Al¨²m¨ªna-Aluminio, con una paralizaci¨®n total del complejo, el despido del comit¨¦ de empresa y unos cuantos miles de millones de pesetas perdidas, fuera una maniobra premeditada por alguien -alguien de la Administraci¨®n, evidentemente- que pretend¨ªa el resultado que se consigui¨®? ?O no fue maquinaci¨®n de nadie, sino torpeza de un incompetente autorizado? ?A qui¨¦n pod¨ªa beneficiar el conflicto de Al¨²mina-Aluminio? ?Qui¨¦n pod¨ªa estar interesado en soliviantar al pueblo exhibi¨¦ndoles el horroroso espect¨¢culo de unas mercanc¨ªas tan letales cuanto desconocidas? El informe no lo aclara.

Como tampoco aclara nada sobre el origen de tanto da?o, a saber: el accidente mar¨ªtimo en s¨ª mismo, que, entre otras cosas caus¨® 23 muertes irreparables. Veamos. ?Qui¨¦n dej¨® embarrancar al Cason frente a la punta de O Castelo, cerca de la playa de O Rostro? ?Por qu¨¦ no se le alej¨® de la costa -el barco estaba ya sin tripulaci¨®n- y se le mantuvo alejado hasta que unos expertos pudieran examinar el incendio de la bodega 1 y proponer una soluci¨®n? ?El Remolcanosa V larg¨® la estacha de remolque antes o despu¨¦s de que el Cason encallara?

El informe recoge la sospecha de que el buque fue dejado a la deriva por falta de inter¨¦s en evitarlo, de suerte que la recompensa por el salvamento ser¨ªa 10 veces mayor si el barco embarrancaba. O sea, que lo embarrancaron voluntariamente.

Chalaneo

?Puede ser verdad? ?Qui¨¦n o qu¨¦ es responsable de tanta infamia? El siniestro del Cason produjo mucho dolor en Galicia, se llev¨® la vida de 23 marineros, el capit¨¢n entre ellos, y nos cost¨® un buen pu?ado de miles de millones de pesetas -tal vez no 17.000 como pretend¨ªa la empresa, pero much¨ªsimos millones en cualquier caso-. ?Todo eso por un chalaneo puramente econ¨®mico de rid¨ªcula cuant¨ªa en comparaci¨®n con el coste total del siniestro?

No es veros¨ªmil que el conflicto de Al¨²mina-Aluminio fuera una maniobra calculada: nuestras autoridades son incapaces de urdir semejantes filigranas. Y tampoco es posible creer, con los datos disponibles, que el remo?cador embarrancara al Cason intencionadamente.

L¨¢stima de informe. Ten¨ªan en sus manos la posibilidad de explicarnos la complejidad de un accidente mar¨ªtimo y la nulidad absoluta de1a Administraci¨®n para hacerle frente. En Espa?a no existe administraci¨®n mar¨ªt¨ªma civil, y de esa grav¨ªsima carencia es responsable el Gobierno. La Armada se inhibi¨® del asunto y hubiera sido necesario que el informe nos dijera por qu¨¦. Que nos descubriera el santo y se?a del millonario contrato suscrito entre el Ministerio de Transportes y la empresa holandesa Smit-Tak. Que hubieran investigado la raz¨®n del triste papel del gobernador civil de La Coru?a y las razones -o sinrazones- de la actuaci¨®n del entonces director general de la Marina Mercante y de su nutrido s¨¦quito. El informe, en fin, podr¨ªa haber averiguado de d¨®nde parti¨® la orden, qui¨¦n y por qu¨¦, de embarcar los bidones en San C?pri¨¢n, y a qu¨¦ se debi¨® la postura pasiva y lamentable de la Xunta.

Pod¨ªan haberse inspirado en el libro sobre el accidente del Urquiola -un cl¨¢sico del g¨¦nero-, o en el m¨¢s reciente informe sobre la tr¨¢gica muerte de 10 marineros en el hundimiento del pesquero Calpe Quintans en vez de lanzarse alegremente a un mar de peregrinas especulaciones. Ya digo: una pena.

Sin embargo, hay un punto en este informe sobre el Cason que queda meridianamente claro: los c¨¦lebres bidones de ortocresoles y formaldeh¨ªdo son peligrosos relativamente. Cada d¨ªa pasan por nuestro lado peligros mucho mayores, convivimos con ellos y no se produce ninguna estampida como la de Finisterre. Es verdad que toda alarma tiene un fondo de pesadilla.

Y un par de datos para rematar la historia: la comisi¨®n, con todos sus parlamentarios, que son nuestros representantes democr¨¢ticos, desconoce hoy d¨ªa la carga exacta del Cason y duda que la Administraci¨®n sepa m¨¢s que ellos. El buque, transcurrido m¨¢s de un a?o de la cat¨¢strofe, permanece varado en el mismo sitio, sordo y callado ante la desgracia de los hombres.

es capit¨¢n de la Marina Mercante y periodista.