Mosc¨² y Rushdie
LA ESCALA en Teher¨¢n le ha planteado al ministro de Asuntos Exteriores sovi¨¦tico, Edvard Shevardnadze, dificultades mayores que las encontradas en otras capitales de su larga gira por Oriente Pr¨®ximo. No porque la acogida fuese fr¨ªa: al contrario, fue recibido por los principales dirigentes del pa¨ªs, incluido el ayatol¨¢ Jomeini, lo que es excepcional. Pero esa especie de frente antioccidental preconizado por el ayatol¨¢ en su conversaci¨®n con el ministro sovi¨¦tico y el aparente silencio de ¨¦ste colocaron a Mosc¨², al menos durante unas horas, en una ambigua situaci¨®n.El viaje de Shevardnadze ten¨ªa como objetivo esencial demostrar que la URS S est¨¢ en condiciones de desempe?ar un papel de primer plano en la soluci¨®n de los conflictos de esa regi¨®n. Su estancia en ElCairo, durante la cual se entrevist¨® con el ministro de Exteriores de Israel y con el jefe de la OLP, fue el momento culminante. Pero existe entre los distintos conflictos de Oriente Pr¨®ximo una interrelaci¨®n no siempre visible, pero que no cabe ignorar. Esforzarse en la b¨²squeda de v¨ªas de soluci¨®n al problema palestino exige preocuparse a la vez de consolidar la paz, cogida con alfileres, que la ONU ha logrado establecer entre Ir¨¢n e Irak. Por ello, las etapas de Bagdad y Teher¨¢n eran puntos obligados del viaje.
Hab¨ªa otra raz¨®n muy especial para la escala de Shevardnadze en Teher¨¢n. Una vez terminada la evacuaci¨®n militar de Afganist¨¢n, la URSS quiere evitar, por medios diplom¨¢ticos, que se instale en Kabul un Gobierno formado por las fracciones m¨¢s antisovi¨¦ticas de la resistencia. Teher¨¢n tiene una influencia determinante sobre los sectores shi¨ªes de dicha resistencia, sectores que han adoptado posiciones moderadas, frente a los fundamentalistas radicales sun¨ªes que tienen su base en Pakist¨¢n. Por ello, Mosc¨² est¨¢ interesado en que los shi¨ªes refuercen su papel en las negociaciones que siguen desarroll¨¢ndose en torno al futuro de Afganist¨¢n, y desea mejorar sus relaciones con ellos ante la eventualidad de que se produzca una libanizaci¨®n del pa¨ªs. Son los shi¨ªes quienes tienen mayor influencia en el norte de Afganist¨¢n, es decir, en las zonas fronterizas con la URSS. En los comentarios sobre la estancia de Shevardnadze en Teher¨¢n nada se ha dicho sobre el problema afgano. Pero no es infrecuente que los temas de mayor importancia pol¨ªtica sean los que permanezcan m¨¢s en la sombra.
En cambio, los medios de comunicaci¨®n iran¨ªes han dado gran relieve al mensaje enviado por el ayatol¨¢ Jomeini a Gorbachov y a la respuesta transmitida por Shevardnadze. En ese mensaje aparece la cara grotesca de la cruzada medieval que Jomeini ha lanzado para propagar su fanatismo. El ayatol¨¢ le aconseja a Gorbachov que renuncie al ate¨ªsmo, env¨ªe el comunismo a los museos y busque inspiraci¨®n para su pol¨ªtica en el islamismo. El l¨ªder sovi¨¦tico responde diciendo que su deseo es que mejoren las relaciones entre los dos pa¨ªses, a despecho de las diferencias ideol¨®gicas. Con estos gestos, la URS S busca el doble objetivo de evitar que la ola de fanatismo isl¨¢mico pueda afectar a su propia poblaci¨®n musulmana y de conservar una relaci¨®n con Ir¨¢n que le permita reforzar su papel mediador en los conflictos de la zona.
La ambig¨¹edad sobre el caso Rushdie mostrada durante el viaje por Shevardnadze pod¨ªa explicarse por ese especial equilibrio que Mosc¨² quiere mantener, pero hubiera sido injustificable frente a la comunidad internacional en un momento en que la URSS se esfuerza por hacer progresos en el tema de los derechos humanos. La ambig¨¹edad ha sido rota ahora por una declaraci¨®n del portavoz oficial sovi¨¦tico, seg¨²n el cual el asunto fue evocado en las conversaciones del ministro sovi¨¦tico en Teher¨¢n. Al mismo tiempo, el Gobierno de Mosc¨² muestra su disposici¨®n a mediar para, solucionar el problema; 24 horas antes, una manifestaci¨®n de protesta de grupos opositores en Mosc¨² hab¨ªa recordado que tambi¨¦n en la URSS las posiciones oficiales determinadas por la raz¨®n de Estado comienzan a ser contestadas desde sectores conscientes de la sociedad.
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