Washington DC, en casa a las once
Toque de queda en la capital federal de EE UU para los j¨®venes, ante la ola de criminalidad
El toque de queda para los menores de 18 a?os decretado con poderes de emergencia por el Ayuntamiento de Washington DC, convertida en la capital del crimen de EE UU, ha sido bien recibido por los j¨®venes y por los padres en una ciudad cuya peligrosidad supera a Nueva York o Los ?ngeles. Y es que los j¨®venes est¨¢n cayendo asesinados como moscas en una oleada de criminalidad, relacionada con la droga, que s¨®lo en lo que va de a?o ha enterrado a 72 ciudadanos.
El a?o pasado hubo en Washington 372 homicidios, el 60% relacionados con estupefacientes, que, sin la presencia de las mafias colombianas o el crimen organizado -aqu¨ª todo es m¨¢s artesanal-, se trafica en 80 mercadillos callejeros. A mediod¨ªa, por ejemplo, se puede adquirir crack a la puerta de la Embajada espa?ola, zona negra al borde del barrio hispano. La presencia de j¨®venes en las ¨¦squinas durante la noche y su utilizaci¨®n como correos por los traficantes les convierte a veces en blancos inesperados de fuego cruzado entre bandas rivales y frecuentes v¨ªctimas del crimen callejero.Sobre este fondo de violencia que averg¨¹enza a una ciudad que vive del turismo y de una falsa imagen de Casa Blanca, Congreso, monumentos imperiales y museos, la propuesta de toque de queda del concejal Frank Smith, padre de una hija de 17 a?os y un hijo de 16, fue aprobada esta semana por unanimidad y a viva voz. Falta ahora que el alcalde, Marion Barry, un pol¨¦mico pol¨ªtico negro tan amante de las aventuras extramaritales como John Tower, y sobre el que pesan alegaciones de uso de droga y corrupci¨®n, firme la propuesta para que entre en vigor.
Protecci¨®n a los menores
Al parecer, Barry duda y est¨¢ sopesando la opini¨®n profesional del jefe de Polic¨ªa (4.080 agentes patrullan la ciudad), que tampoco tiene muy claro que lo mejor sea convertir las comisar¨ªas en guarder¨ªas juveniles. Pero la opini¨®n p¨²blica est¨¢ clamando por que se haga algo. Maurice Turner, jefe de la polic¨ªa, prepara un plan extraordinario contra el crimen, con un redespliegue inmediato de polic¨ªas sin darles el preaviso sindical de 28 d¨ªas.
El toque de queda, que uno asocia con las guerras, disturbios civiles o posterremotos -estos d¨ªas est¨¢ vigente en las principales ciudades venezolanas-, sorprendentemente, es un arma que utilizan var¨ªas ciudades norteamericanas para proteger a sus ciudadanos menores de edad. En Los ?ngeles, los menores de 18 a?os tienen las calles prohibidas desde las 10 de la noche hasta el amanecer, para controlar los sangrientos gangs. La polic¨ªa de Los ?ngeles dice que la medida le ayuda en la lucha contra estas violenta.s pandillas que se enfrentan a tiros.
En Eletroit, desbancada ahora por Washington DC como la capital del homicidio, tambi¨¦n los menores tienen toque de queda, lo mismo que en Filadelfia. En esta ¨²ltima ciudad, el pasado a?o, se produjeron 12.960 violaciones de la queda.
Funcionarios de polic¨ªa se manifestaron esc¨¦pticos de la eficacia de la medida, que expirar¨ªa en 90 d¨ªas si para entonces no se aprueba una ley permanente. Se?alan que las edades medias de las v¨ªctimas de los criminales en Washington est¨¢n por encima de los 18 a?os y que los agentes ya se ven actualmente desbordados de trabajo como para tener que recoger chavales por la calle. La principal organizaci¨®n de defensa de los derechos civiles, la American Civil Liberties Union (ACLU) -a la que pertenec¨ªa Dukakis, lo que dio munici¨®n a Bush para calificarle en las elecciones de peligroso liberal-, se opone al toque de queda.
La ACLU luchar¨¢ por su veto y recurrir¨¢ a los tribunales si se convierte en ley. Castiga a los inocentes, y ya hay suficientes leyes para combatir la violencia y el narcotr¨¢fico, dice la ACLU, que defiende que es anticonstitucional. Esta ha sido, en varios casos, la opini¨®n de los tribunales supremos de algunos Estados norteamericanos. Pero en otros han mantenido la legal¨ªdad de los toques de queda juveniles.
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