S¨®lo 600 entradas han escapado al control de los reventas para ver 'Rigoletto'
La direcci¨®n del teatro de la Zarzuela asegura que cumple escrupulosamente la ley
Alrededor de 2.600 entradas -de un aforo total de 6.200- han sido vendidas en las taquillas del teatro l¨ªrico nacional de la Zarzuela para las cinco representaciones de la ¨®pera Rigoletto, que se estrena el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en Madrid. Este porcentaje de entradas de venta directa, que supera ligeramente el 40% del total, ha sido acaparado casi en su totalidad por los revendedores. Otro 30% del aforo ha sido destinado, como es habitual, a la Asociaci¨®n de Amigos de la ¨®pera, que dispone de este privilegio a perpetuidad. El 30% restante ha sido administrado por la direcci¨®n del teatro. El aficionado que se ha negado a entrar en el circuito de la reventa ha dispuesto apenas de 600 entradas, a pesar de haber guardado colas que en ocasiones han superado las 30 horas.
A partir de cada enero, cuando comienza la temporada de ¨®pera, y hasta junio, las calles adyacentes al madrile?o teatro de la Zarzuela son escenario durante varios d¨ªas al mes de una curiosa mezcla de mendigos, alcoh¨®licos, gente bien, estudiantes, yonquis, reventas y parados: son las personas que pugnan por conseguir entradas de venta directa por taquilla, el 41,9 del aforo en el caso de Rigoletto. El 50% o m¨¢s, en otras ocasiones.Durante las largas horas de espera, los aficionados concentran sus energ¨ªas en dos direcciones: impedir que se cuelen los reventas y criticar ferozmente a quienes creen culpables de su situaci¨®n -la direcci¨®n del teatro, el Ministerio de Cultura, el Gobierno en general y, muy especialmente, Sim¨®n Alonso Corral, el mexicano due?o de Kamerton, la principal agencia de reventa de entradas, cuya orden de expulsi¨®n de Espa?a acaba de ser firmada por la Delegaci¨®n del Gobierno en Madrid-.
Las iras del p¨²blico contra las autoridades responden a su convencimiento de que la direcci¨®n del teatro de la Zarzuela y los altos cargos del Ministerio de Cultura se reservan numerosas entradas para repartir entre amigos y cargos socialistas a los que jam¨¢s se hab¨ªa visto por este tipo de aforos y que ¨²ltimamente parecen no perderse un estreno. El malestar contra los reventas en general, y contra Kamerton, el m¨¢s poderoso de todos ellos, en particular, obedece a razones l¨®gicas: no s¨®lo les dejan sin entradas -o les obligan a pagar por ellas precios desorbitados-, sino que tienen que aguantar las secuelas que ¨¦stos dejan tras varios d¨ªas y noches de permanencia en la calle: botellas rotas, restos de comida, vomitonas, meadas, jeringruillas..., cuando no insultos o amenazas.
Pilar Santos Galloso, una de las aficionadas que guardaban cola para ver Rigoletto, decidi¨® organizar una fila paralela a la de los reventas que se hab¨ªan colado por en¨¦sima vez, y atribuy¨® un n¨²mero a cada persona. A los pocos minutos, Pilar Santos tuvo que escuchar: "A esa v¨ªbora hay que engancharla", y muchos le aconsejaron que lo dejara estar que se callara como todos. La pasividad de la polic¨ªa, cuyos agentes se limitan a poner orden en el mismo momento de apertura de las taquillas, contribuye a que los aficionados apenas recurran a ellos en demanda de ayuda. Aguantan pacientemente hasta que alguien corre la voz de que las entradas se han agotado.
Entonces, la tensi¨®n se desborda y se oyen gritos de indignaci¨®n: "Mafia, mafia". Los reventas responden: "Paro, paro". Lo habitual es que algunas personas traten de ver al director del teatro; otras recogen firmas para avalar cartas contra el ministro de Cultura y la delegada del Gobierno. Algunos optan por escribir a los peri¨®dicos, y una minor¨ªa, los m¨¢s nuevos, se encamina a la comisar¨ªa m¨¢s pr¨®xima con ¨¢nimo denunciante. Los veteranos, esc¨¦pticos porque saben que la misma situaci¨®n se va a repetir al a?o siguiente, son los primeros en regresar a casa.
Paga acordada
En cuesti¨®n de minutos, los contratados por Kamerton reciben la paga acordada: 400 pesetas la hora m¨¢s el precio de la localidad. Decenas de miles de pesetas pasan de mano en mano delante de la polic¨ªa. Instantes despu¨¦s, los reventas que act¨²an por su cuenta se acercan a los aficionados; si les dan el doble de su valor, las entradas son suyas. La polic¨ªa ya ha abandonado el lugar. Un cuarto de hora despu¨¦s no queda nadie. S¨®lo basura en las aceras, alg¨²n coche abollado. Hasta la pr¨®xima.
El. director del teatro de la Zarzuela, Jos¨¦ Antonio Campos, reconoce estar "obsesionado" con esta situaci¨®n y muestra su impotencia porque no le ve m¨¢s salida que esperar a 1992, en que est¨¢ prevista la inauguraci¨®n del nuevo Teatro Real. Mientras tanto, recuerda que "la demanda cuadruplica la oferta", y que, en esas circunstancias, el teatro ha elaborado sus propias normas de distribuci¨®n de entradas: el 50% se vende directamente al p¨²blico a trav¨¦s de taquilla (la ley obliga a que ese porcentaje sea vendido directamentee al p¨²blico). En el caso de Rigoletto se ha sustra¨ªdo una parte de este porcentaje para atender la demanda "escandalosa" de provincias y extranjeros. Habitualmente se destina a este cap¨ªtulo el 4%. En esta ocasi¨®n se han sumado 240 entradas de las que deber¨ªan haber salido a la venta directa. El 40% se destina a los abonos: el 30% para la Asociaci¨®n de Amigos de la ¨®pera -con car¨¢cter vitalicio y hereditario-, mientras el 10% restante es para abonos renovables anualmente. El 6% restante se destina a invitaciones: 3% para Prensa y artistas (en Rigoletto, este cap¨ªtulo se ha incrementado en 146 localidades) y el 3% que falta va a corte oficial. "?sta es", asegura Campos, "la mejor soluci¨®n de las posibles, aunque nos tienen sumidos en la frustraci¨®n permanente, porque la gente,sigue qued¨¢ndose en la calle".
"Lo que s¨ª puedo garantizar", a?ade, "es que cumplimos la ley de manera escrupulosa, y en m¨¢s de una ocasi¨®n he tenido que ceder mi propio palco a terceros porque las presiones son intens¨ªsimas, y ver yo el estreno de la obra a trav¨¦s del v¨ªdeo". El teatro de la Zarzuela ha anunciado ya el n¨²mero exacto de entradas que pondr¨¢ a la venta en taquilla para el siguiente t¨ªtulo oper¨ªstico, Fedora. Ser¨¢n 2.516.
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