Individuos y causas
Concluye el autor sus reflexiones sobre los virus dudando de que el m¨¦todo correcto para buscar remedio a la enfermedad sea el de analizar, cada vez con m¨¢s potentes microscopios, puntos cada vez m¨¢s peque?os y centrar en virus individuados la causa de nuestros males, en lugar de retomar la idea de que se trata de un flujo del que hubiera que limpiarse con chorros de agua o remedios sencillos.
En su ¨²ltimo progreso, los virus han tenido que hacerse esencialmente t¨¦cnicos inform¨¢ticos: as¨ª, en la vulgarizaci¨®n B les explicar¨¢n c¨®mo es que el virus, una vez que logra que la c¨¦lula lo acoja en su interior, se entromete en su ADN de tal modo que, cuando ese centro emita las oportunas instrucciones de reproducci¨®n de la c¨¦lula, ellas incluyan los datos introducidos de contrabando, que son los del propio virus; as¨ª que, cuando la c¨¦lula se reproduce, ya sus copias sucesivas llevan en s¨ª la reproducci¨®n del virus; que ¨¦l de por s¨ª no sabe reproducirse a la manera tradicional, porque los cient¨ªficos ni siquiera acaban de decidir si se trata o no propiamente de un ser vivo; pero ni aun eso atenta a su realidad. Y con esas habilidades inform¨¢ticas de los virus, ya no les extra?a a ustedes lo que les contaban en la noticia C de c¨®mo al joven que hab¨ªa introducido informaci¨®n subrepticia en la red inform¨¢tica del Pent¨¢gono se le identific¨® enseguida como virus; ni las fascinantes teor¨ªas, de que la vulgarizaci¨®n B les informa, de que, adem¨¢s de para causar enfermedades, los virus pueden servir para organizar la vida toda del Planeta y que "todas las bacterias est¨¢n interconectadas por organismos semejantes a los virus en una sola asociaci¨®n gen¨¦tica de escala mundial".
Condici¨®n inform¨¢tica
Pero esa l¨®gica condici¨®n inform¨¢tica de los virus, que los tiempos les imponen (contra los cuales tiempos estamos aqu¨ª tratando de hacer un poco de contrainformaci¨®n), no quita para que se les vea (¨¦sa es la ¨²nica prueba definitiva de realidad), aunque haya de ser por el electr¨®nico. Pues bien, ?,qu¨¦ vemos? Vemos extensiones ole substancia, m¨¢s o menos accidentadas o fluctuantes, en las que se destacan unos puntitos, coloreados en rub¨ª o en esmeralda, seg¨²n la onda que al electr¨®nico le pongamos. Muy bien. Pero lo que no podemos ver es que esos puntitos sean los causantes, y no, por ejemplo, deformaciones concomitantes que a los tejidos les aparecen cuando sufren la alteraci¨®n que sea, as¨ª como a la leche, cuando se corta, le salen unos puntitos amarillos, sin que a nadie se le ocurra que ah¨ª est¨¢n los culpables del accidente. Eso no puede verse con microscopio de Dios que valga: porque la diferencia entre 'causa' y 'circunstancia concomitante' no se ve, sino que se decide en virtud de otros intereses superiores.Los cuales necesitan que los culpables sean individuos, y mejor cuanto m¨¢s individuales.
De ah¨ª que el progreso de la noci¨®n de 'causa' o de 'culpable' haya sido a lo largo de toda la Historia en el sentido de la individuaci¨®n, as¨ª en el campo de la Justicia como en el de la Medicina.
Para ello puede ser ilustrativa la historia de la palabra misma. Porque ?se han fijado ustedes lo dif¨ªcil que es poner en Plural esa palabra, para as¨ª poderle deducir un verdadero Singular?: el ingl¨¦s ha tenido que inventar viruses, y aqu¨ª, si no acudimos a los Art¨ªculos, no sabremos si hablamos de los virus o de un virus o simplemente de lo virus. Y es que esa vieja palabra indoeuropea, lat¨ªn vi:rus, griego (w)i:¨®s, indio vi:s¨¢s, nunca tuvo propiamente Plural ni Singular, ya que lo ¨²nico que significaba eran cosas como 'flujo espeso', 'viscosidad', 'fl¨²ido ponzo?oso' (los romanos lo usan a veces para hablar del licor seminal, que entonces, naturalmente, no conten¨ªa a¨²n espermatozoides causantes de nada) y sustancias por el estilo, generalmente con una nota de 'capacidad de insinuaci¨®n o penetraci¨®n por los tejidos'. Quiere decirse que esa situaci¨®n del virus corresponde a un mundo en que la culpa es algo como un gas o flujo pestilente, un miasma, que le entra a la ciudad o cae sobre los campos, y en cuanto a la causa la noci¨®n de 'causa' f¨ªsica se inventa, como suele suceder, a partir de la jur¨ªdica de 'culpa'), no se hab¨ªa inventado todav¨ªa.
El buen m¨¦todo
Pero ya desde el comienzo de nuestros recuerdos hist¨®ricos ha sido preciso que esa culpa indistinta y fl¨²ida se concentrara para buen orden, en un chivo expiatorio, un pharmak¨®s humano entre los griegos (?donde estaban las ra¨ªces de nuestra Farmacia!) al que ejecutar o expulsar de los muros para librar a la ciudad del mal. Y as¨ª, tirando la Medicina y la Ciencia por la v¨ªa que el Derecho y la Pol¨ªtica les indicaba, han tenido que hacer que aquello, lo virus, adquiriendo el estatuto de microbio, y por ende el de bicho y por ende el de persona, venga a ser v¨ªruses, y cada uno de los v¨ªruses un virus, que, individual como usted y como yo, se cuele por las paredes de las c¨¦lulas, organice en sus centros un l¨ªo inform¨¢tico, o funcione de telefonista entre las bacterias del Universo, y venga cada vez m¨¢s a ser responsable personal de lo que pasa.
No s¨¦ si con esto, para efectos de medicina y de remedio, queda lo bastante claro que no es nada seguro que el buen m¨¦todo sea el de buscar con cada vez m¨¢s potentes microscopios puntitos cada vez m¨¢s diminutos y centrar en virus individuados la causa de nuestros males, o si no ser¨ªa m¨¢s eficaz que volvi¨¦ramos a concebirlos como un miasma o flujo indistinto del que hubiera que intentar limpiarse con chorros de las aguas m¨¢s frescas o contrainf¨®rm¨¢ticas que se pudiera. Pero, lo que es en cuanto a pol¨ªtica y desgobierno, pienso que tal vez se va entendiendo un poco mejor ahora c¨®mo es que, al paso que el Se?or, Estado y Capital, necesita cada vez m¨¢s imperiosamente convertir las poblaciones en Masas, espesas y solidarias, al mismo tiempo necesita que esas Masas est¨¦n cada vez m¨¢s estrictamente compuestas de Individuos, cada vez m¨¢s individuales y personales, cada vez m¨¢s responsables y causantes, cada uno y en conjunto, hasta el d¨ªa del Ideal, en que, en una votaci¨®n perfecta y sin abstenciones, la suma de las voluntades y causas individuales venga a ser lo mismo que el Poder Constituido que gobierne las Masas de Individuos.
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