La destrucci¨®n rumana
LA SITUACI?N en Ruman¨ªa se ha hecho absoluta mente intolerable. Mientras el dictador se hace cons truir monumentos c¨ªcl¨®peos a su mayor gloria -des trozando de paso el patrimonio arquitect¨®nico de Bucarest-, los rumanos viven cada vez peor. La penuria de la poblaci¨®n es terrible a causa de la decisi¨®n de Ceaucescu de exportar alimentos para pagar su deuda, y la mortandad infantil es la m¨¢s alta de Europa. Dominado por su ambici¨®n y su orgullo, Ceaucescu ejerce un poder absoluto y brutal. Se trata de un caso de despotismo que recuerda ¨¦pocas pret¨¦ritas, en el que la esposa y numerosos parientes del jefe supremo ocupan los altos cargos. El dictador ha perdido contacto con la realidad e impone pol¨ªticas demenciales. Su ¨²ltima ocurrencia, la sistematizaci¨®n, del campo, es un plan de destrucci¨®n de las aldeas para concentrar,.a la poblaci¨®n rural que puede causar da?os humanos y culturales irreparables.Ese r¨¦gimen neoestalinista, apoyado en un sistema represivo omnipresente e implacable, no hab¨ªa tenido hasta ahora una disidencia interna. Por ello, la carta abierta a Ceaucescu hecha p¨²blica en Occidente por seis antigu¨®s dirigentes de primera fila del partido comunista rumano constituye un hecho hist¨®rico. En el citado documento se denuncian los males que sufre el pueblo y se piden medidas para aliviar la penuria, el cese de la represi¨®n, el respeto de la Constituci¨®n y la suspensi¨®n del plan de sistematizaci¨®n agraria. Los firmantes dicen en su carta que son conscientes del riesgo que corren, y, efectivamente, el hijo de uno de ellos, Raceanu, fundador del partido comunista, ha sido detenido por esp¨ªa, acusaci¨®n que ha levantado protestas en Ruman¨ªa y en el extranjero.
En el caso rumano, contrariamente a otros, la denuncia de la violaci¨®n de los derechos humanos no ha sido motivo de enfrentamiento entre el Este y el Oeste. En primer lugar, a causa de la posici¨®n de Hungr¨ªa. Este pa¨ªs est¨¢ recibiendo en su territorio desde hace a?os una marea de refugiados, en alta proporci¨®n h¨²ngaros de Transilvania que huyen de los horrores de la Ruman¨ªa de Ceaucescu. El pueblo h¨²ngaro siente como propios los padecimientos de sus hermanos de esa regi¨®n, y ello ha llevado al Gobierno h¨²ngaro a tomar una actitud cada vez m¨¢s neta de condena de la pol¨ªtica rumana. Pero hoy ya no se trata s¨®lo de la posici¨®n h¨²ngara. El aislamiento de Ceaucescu es cada vez mayor en relaci¨®n con todos los pa¨ªses social¨ªstas. Ello se reflej¨® en la sesi¨®n del 9 de marzo de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. Quiz¨¢ por primera vez en la historia, la URSS y otros miembros del Pacto de Varsovia dejaron solo al delegado rumano en el momento de votarse una resoluci¨®n occidental con duras condenas al Gobierno de Ceaucescu. Al no participar en la votaci¨®n, dichos pa¨ªses facilitaron que el texto fuese aprobado. Entre ellos estaban incluso Bulgaria y la RDA, pa¨ªses que no simpatizan particularmente con la reforma de Gorbachov. Pero el desprestigio y los abusos de Ceaucescu borran todos los matices.
La situaci¨®n rumana empeora cada d¨ªa, y ello requiere que la comunidad internacional adopte medidas m¨¢s eficaces. Todo lo que se haga en el plano internacional es una ayuda decisiva para un pueblo que no puede hablar y para unos opositores amenazados de duras medidas represivas. La Comunidad Europea ha tomado una decisi¨®n importante suspendiendo la negociaci¨®n de un acuerdo comercial "mientras prosiga la sistem¨¢tica violaci¨®n de los derechos humanos". 181 Parlamento de Estrasburgo ha aprobado una resoluci¨®n llamando a los Gobiernos de los doce a adoptar una pol¨ªtica de firmeza en relaci¨®n con el dictador rumano. El Gobierno espa?ol y los otros miembros de- la CE deben responder con pasos concretos a esa llamada. Hay que hacer sentir a Ceaucescu que Europa, toda ella, no tolera sus desmanes.
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