El PCI, dispuesto a unirse con los socialistas para desplazar a la Democracia Cristiana a la oposici¨®n
Achille Occhetto, secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), hizo un llamamiento ayer a las fuerzas de la izquierda europea y a todos los movimientos de progreso para alcanzar una acci¨®n pol¨ªtica com¨²n. Occhetto invit¨® tambi¨¦n a los socialistas italianos a formar una alternativa de Gobierno que acabe con m¨¢s de 40 a?os de dominio democristiano. Occhetto fue coronado al final de su discurso de ayer en la sesi¨®n del XVIII Congreso del PCI como. l¨ªder, no s¨®lo del mayor partido comunista de Occidente, sino tambi¨¦n como una pieza clave en la construcci¨®n de la nueva izquierda europea, ya que las 120 delegaciones extranjeras presentes le aplaudieron con fuerza en pie durante casi 20 minutos.
Occhetto, visiblemente emocionado, hab¨ªa dicho: "El nuestro ha sido un congreso bello porque a trav¨¦s de un debate vivo hemos conseguido demostrar que los comunistas italianos son protagonistas de un esfuerzo extraordinario hacia la novedad". Y a?adi¨®: "Ha nacido as¨ª un partido nuevo, moderno y capaz al mismo tiempo de enfrentarse con la modernidad en forma cr¨ªtica y problem¨¢tica, pero que debe crear ahora las bases para una presencia mas fuerte en la sociedad italiana".Los aplausos no le dejaban muchas veces acabar la frase, como cuando dijo: "La nuestra no es la seguridad de quien se siente autosuficiente. No. Nosotros hemos buscado la unidad sobre un proyecto y el PCI sale de este congreso con una pol¨ªtica, con un proyecto para el pa¨ªs".
Pero la inteligencia de Occhetto consisti¨®, sobre todo, en que siempre tuvo ante los ojos no solo Italia, sino Europa y los graves problemas que acucian hoy a toda la humanidad. Las primeras ocho p¨¢ginas de su discurso de ayer fueron dedicadas totalmente a lo que ¨¦l llam¨® ,un nuevo pensamiento pol¨ªtico", el cu¨¢l, dijo, "es necesario hoy en todos los pa¨ªses y en la realidad mundial para garantizar una fase ulterior de progreso de la humanidad". Lo importante, para todos, a?adi¨® "es empezar a pensar de un modo nuevo".
Estalinismo
Pero el secretario comunista no dej¨® de hacer la autocr¨ªtica: "Tenemos a nuestras espaldas", dijo, "la experiencia dram¨¢tica del estalinismo. Dicha experiencia ensuci¨® y deform¨® los ideales del socialismo. Y precisamente por ello hoy nosotros decimos que queremos el socialismo verdadero, no el real, lo que significa ir m¨¢s all¨¢ del individualismo capitalista y del estatalismo burocr¨¢tico".
Occhetto fue respondiendo una a una a todas las objeciones que le hab¨ªan hecho dentro y fuera del congreso, m¨¢s fuera que dentro, en realidad. Refiri¨¦ndose a los socialistas, que han sido el eje central del debate congresual, el l¨ªder comunista dijo que con ellos quer¨ªa dialogar "con mente fr¨ªa". A Craxi que le hab¨ªa dicho que su discurso era. "viejo" le respondi¨®: "Os dar¨¦is cuenta pronto de que nuestra reflexi¨®n coincide con la de todos los sectores m¨¢s avanzados de la cultura y de la pol¨ªtica socialista del este y del oeste". Y a?adi¨® que es curioso que mientras los socialistas italianos hab¨ªan abandonado el congreso, todos los l¨ªderes de la izquierda europea y mundial, presentes en ¨¦l, hab¨ªan apreciado seriamente el nuevo curso comunista italiano.
Y a la objeci¨®n de que se hab¨ªa limitado a enunciar problemas sin ofrecer soluciones concretas, Occhetto respondi¨®: "Hemos afrontado la cuesti¨®n Norte-Sur, a partir de la deuda exterior; consideramos posible una iniciativa europea para una pol¨ªtica ecol¨®gica com¨²n; creemos esecial un nuevo papel de la ONU; hacemos referencia expresa a las fuerzas de la izquierda europea y a todos los movimientos del progreso para una acci¨®n pol¨ªtica com¨²n; indicamos la necesidad de reforzar los poderes del Parlamento Europeo y de la definici¨®n de un nuevo poder ejecutivo europeo; luchamos para que vaya adelante la pol¨ªtica del desarme; colocamos la no-violencia en el centro de la idea de una seguridad mundial; hemos llevado a cabo un cambio profundo en el modo de concebir la lucha de clases y las relaciones entre los sistemas a escala interplanetaria, y hemos apostado por un modo nuevo de hacer pol¨ªtica".
Y Occhetto a?adi¨®, ir¨®nico: "Quiz¨¢s parezca poco, si se confronta con nuestra politiquilla dom¨¦stica, que anima pasiones fingidas en torno a una disputa siempre igual a s¨ª misma".
La defensa de la razones comunistas, quiso puntualizar el secretario del PCI, no deben ser interpretadas como algo "antisocialista". Y, respondiendo m¨¢s directamente al enfado del l¨ªder socialista Bettino Craxi a su primer discurso de apertura, dijo: "Si Craxi nos responde negativamente [a la llamada a construir juntos la alternativa] es quiz¨¢s porque ¨¦l mismo est¨¢ inseguro y advierte que una etapa pol¨ªtica, que ha dado sin duda frutos al PSI, se est¨¢ agotando".
A?adi¨® despu¨¦s: "De cualquier modo, nosotros no desistiremos de nuestra estrategia unitaria y no pensamos en una reforma del sistema pol¨ªtico como una pol¨ªtica enderezada contra los socialistas. Queremos s¨®lo repetir al PSI lo que a todos nosotros nos ha dicho en este congreso el socialdem¨®crata alem¨¢n Voigts: "Aprender de los otros partidos no significa traicionar las propias ideas".
L¨¢grimas sin banderas rojas
Las l¨¢grimas de Achille Occhetto, la ausencia de banderas y pa?uelos rojos y la desaparici¨®n del brazo en alto con el pu?o cerrado fueron una primera prueba del visible cambio que ha dado el Partido Comunista Italiano (PCI) en este XVIII Congreso, equiparable a aquel d¨ªa de la primavera de 1977 cuando Santiago Carrillo sorprendi¨® a todos los presentes en la sede del Comit¨¦ Central del PCE al instalar la bandera espa?ola (roja y gualda) presidiendo la reuni¨®n junto a la del partido y lo que aquello significaba para los comunistas en la transici¨®n pol¨ªtica de Espa?a. Por si acaso fuese poco, en la simbolog¨ªa externa del PCI tambi¨¦n desaparecieron de la escenografila congresual la hoz y el martillo, que quedaron reducidos alam¨ªnima expresi¨®n de un peque?o medall¨®n, casi irrisorio, debajo del micr¨®fono de los oradores.Occhetto ha sido sin duda el primer secretario general comunista italiano que, rompiendo todos los esquemas de la austera liturgia del PCI, no supo retener la emoci¨®n y derram¨® l¨¢grimas cuando, al acabar su discurso de ayer, fue recompensado con una ovaci¨®n intermiriable e in crescendo, como se dice aqu¨ª, con los 20.000 asistentes en pie.
La gran pantalla electr¨®nica del congreso lo expuso a la emoci¨®n p¨²blica present¨¢ndole en un primer plano con las l¨¢grimas que le corr¨ªan por las mejillas, mientras se mord¨ªa los labios para intentar sofocarlas, lo que a su vez provocaba un temblor en la barbilla que hac¨ªa in¨²til escamotear el gimoteo. El congreso abri¨® sus sesiones con una canci¨®n de Sting como s¨ªmbolo de la novedad; pero ayer, mientras Occhetto lloraba, y para romper la tensi¨®n emotiva, restallaron las notas de Bandiera rossa.
En las ocasiones anteriores, los comunistas la cantaban con el pu?o en alto. Esta vez, acabado el viejo rito marxista y no sabiendo qu¨¦ hacer con las manos, terminaron por acompasar el c¨¦lebre himno con aplausos, a la manera de los j¨®venes en los conciertos de rock and roll.
Occhetto, l¨ªder de la nueva izquierda reformista que se pretende crear en Italia -y algo m¨¢s all¨¢, si ello es posible-, se present¨® ayer con una corbata azul con reflejos celestes. El rojo, s¨ªmbolo del partido comunista, hab¨ªa quedado s¨®lo para el escenario del congreso; pero se trataba de un rojo diluido, que terminaba por verse rosa. Hubo una sorpresa final: Occhetto, en momento tan importante, hizo menci¨®n, aplaudi¨¦ndola, de la dif¨ªcil iniciativa que lleva a cabo en Palermo (Sicilia) el alcalde democristiano y cat¨®lico progresista Leoluca Orlando, present¨¢ndola como una anticipaci¨®n de la "nueva pol¨ªtica de reformismo fuerte" que ¨¦l ha preconizado a lo largo de este hist¨®rico congreso.
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