Ensayo general con muertos

MIENTRAS USTED lee estas l¨ªneas, el contador de los accidentes en la carretera sigue corriendo. Va m¨¢s deprisa que el a?o pasado en estas fechas, el cual, a su vez, corr¨ªa m¨¢s que el del a?o anterior. Los muertos, heridos y destrozos en la carretera en fiestas como ¨¦stas van en aumento. Las razones han sido repetidas hasta la saciedad, pero importa recordarlas una vez m¨¢s: el r¨¢pido crecimiento del parque automovilista no se ha traducido en una mejora, sino probablemente en lo contrario, de las condiciones t¨¦cnicas y de seguridad en que muchos veh¨ªculos salen a las carreteras; el acondicionamiento de las redes viarias va considerablemente por detr¨¢s de las necesidades, sobre todo en las peque?as v¨ªas del interior; finalmente, no hay ninguna prueba de que la educaci¨®n c¨ªvica del conductor haya mejorado, de tal forma que el consumo de alcohol, las comidas copiosas, los veh¨ªculos sobrecargados, la poca costumbre de circular por carretera y la falta de una educaci¨®n general siguen siendo datos a tener en cuenta.Es cierto que las salidas de vacaciones de Semana Santa de este a?o han coincidido con huelgas de transportes -tierra, mar y aire- que pueden haber provocado un aumento significativo en el n¨²mero de personas que han utilizado sus veh¨ªculos particulares para los desplazamientos. Pero raro es el a?o en que conflictos laborales del m¨¢s diverso signo, incluido el sector de transportes, no hacen su oportuna aparici¨®n durante estas vacaciones. Y es que estos d¨ªas -huelgas o amenazas de conflicto incluidas- son como una especie de ensayo general para el verano. Algunos datos se extrapolan, y as¨ª, por ejemplo, la existencia de plazas hoteleras vac¨ªas en puntos clave hace temer por un descenso del turismo extranjero con vistas a esos meses punta. Se trata de indicios que pueden todav¨ªa movilizar a las autoridades para enderezar la situaci¨®n.

Pues bien, si esto es cierto, el ensayo general con muertos que se est¨¢ produciendo estos d¨ªas en las carreteras pone los pelos de punta si uno lo imagina como pr¨®logo del infierno en que pueden convertirse las v¨ªas espa?olas durante los meses del verano. Espa?a es el pa¨ªs con mayor densidad de v¨ªctimas mortales por kil¨®metros recorridos en todo el continente europeo, y ello no es una casualidad. Es muy poco probable que, de aqu¨ª al verano, se pueda poner remedio a las causas de fondo que provocan esos accidentes, y que la desidia de las autoridades y la impericia de los conductores prolongan en el tiempo, un a?o tras otro, sin que nadie muestre suficiente voluntad pol¨ªtica como para romper tan siniestra inercia.

Pero, si ello no es posible, algunas cosas se pueden ir haciendo entre tanto para impedir que los malos augurios que anuncian los datos de hoy se cumplan inexorablemente dentro de unos cuantos meses. Como, por ejemplo, evitar que un mal entendido control del tr¨¢fico se convierta antes en un obst¨¢culo que en un elemento dinamizador del mismo. O proceder a todas las reparaciones viarias posibles antes de que llegue el verano. O revisar con car¨¢cter urgente las normas sobre inspecci¨®n t¨¦cnica de veh¨ªculos. O promover una atractiva oferta de transportes colectivos de car¨¢cter p¨²blico y privado. Adem¨¢s, desde luego, de una eficaz campa?a de concienciaci¨®n del conductor. Todo menos esperar que las cifras de este a?o confirmen los peores presagios, como si el aumento mec¨¢nico de los accidentes fuese una fatalidad inherente a determinadas formas de progreso.