Una empresa de mensajer¨ªa era utilizada para distribuir droga
El paname?o Alberto Alvarado Ortega, de 47 a?os de edad, ha sido detenido como presunto autor de un delito de tr¨¢fico de drogas, cuando fuerzas de la Guardia Civil de Madrid descubrieron en su poder un ladrillo de 376 gramos de coca¨ªna de extraordinaria pureza, seg¨²n fuentes policiales. Alvarado es propietario de una empresa de mensajeros y presuntamente utilizaba a sus motoristas para repartir los encargos de estupefacientes que le hac¨ªan por tel¨¦fono, seg¨²n los indicios reunidos por el servicio de informaci¨®n de la 112 Comandancia de la Guardia Civil (Madrid exterior).Las investigaciones se iniciaron hace un mes, cuando se tuvo noticia sobre las actividades de un traficante de coca¨ªna que era due?o de la empresa Vanesa International Corporation, SA (VICSA), sita en el n¨²mero 138 de la calle de Fuencarral.
La Guardia Civil realiz¨® una labor de control y vigilancia sobre los movimientos del sospechoso, que hace unos d¨ªas fue finalmente identificado como Alberto Alvarado Ortega, casado con una espa?ola y padre de tres hijos, de origen paname?o. Los agentes supieron tambi¨¦n que dicho extranjero se hallaba actualmente en libertad condicional, tras salir, en agosto pasado, de la prisi¨®n de Segovia.
Alvarado fue detenido en enero de 1984 por inspectores de la comisar¨ªa de polic¨ªa de Getafe (Madrid), acusado de ser el supuesto autor de un aborto clandestino practicado en la persona de una joven de: 14 a?os, quien muri¨® despu¨¦s, posiblemente a consecuencia de la operaci¨®n.
Los guardias civiles que han hecho ahora la investigaci¨®n comprobaron que el paname?o se dirig¨ªa habitualmente desde su domicilio de la calle de la Virgen de la Capilla hasta su oficina, en la calle de Fuencarral. Una vez en este despacho, apenas sal¨ªa y cuando lo hac¨ªa era tan s¨®lo para efectuar alguna breve gesti¨®n en las proximidades. Sin embargo, quienes s¨ª se desplazaban constantemente de un lado a otro de Madrid eran los dos o tres mensajeros que ten¨ªa a su servicio.
Aunque la Guardia Civil ha comprobado que VICSA realizaba repartos y trabajos de mensajer¨ªa, los investigadores sospechan que esta empresa pudiera servir tambi¨¦n de tapadera para otras actividades menos legales. Los encargados del caso tienen la fundada creencia de que Alvarado presuntamente enviaba los encargos de coca¨ªna a trav¨¦s de los motoristas, en peque?os paquetes cerrados, cuyo contenido desconoc¨ªa el repartidor.
El supuesto traficante fue detenido cuando sal¨ªa de su oficina y seguidamente se ofreci¨® de forma voluntaria a que la Guardia Civil registrase el piso, seg¨²n las fuentes informantes. Nada m¨¢s hacerlo los agentes encontraron encima de una mesa una bolsa de unos grandes almacenes en cuyo interior hab¨ªa un bloque de coca¨ªna prensada, que se supone que el sospechoso hab¨ªa recibido recientemente. Los an¨¢lisis han confirmado que dicha sustancia era de gran pureza y que no estaba aduterada con ning¨²n otro producto t¨®xico.
En VICSA no fue hallado ning¨²n libro de contabilidad ni registro de las operaciones comerciales realizadas durante los meses que estuvo en funcionamiento. La 112 Comandancia prosigue la investigaci¨®n ante la sospecha de que Alvarado es s¨®lo una s¨®lo una pieza de una organizaci¨®n de narcotraficantes de mayor envergadura. Parece que el detenido se vio envuelto en este asunto debido a que necesitaba dinero, pese a que durante su estancia en la c¨¢rcel le tocaron varios millones en un sorteo de la ONCE.
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