Soluciones elitistas
El art¨ªculo editorial del 10 de marzo La culpa de la reventa, denunciando como espect¨¢culo lamentable las colas que se forman ante el teatro de la Zarzuela, donde .mendigos, yonquis y alcoh¨®licos maduros (sic) copan los primeros puestos durante m¨¢s de 12 horas...", no es mucho menos lamentable que el espect¨¢culo que en ¨¦l se describe. Porque la denuncia -a bombo y platillo que supone un editorial- que se hace desde ese art¨ªculo versa sobre hechos que son propios de una sociedad libre, en la que la mera posibilidad de que un solo mendigo o un solo alcoh¨®lico puedan llegar a asistir a una velada de ¨®pera en vivo, sin tener que pasar antes por una especie de registro de intenciones, da todo el sentido, grandeza y tambi¨¦n miseria que tiene toda democracia. La aspiraci¨®n a la est¨¦tica social, en este aspecto, que tienen las sociedades libres se produce cuando el sentido ¨¦tico ha calado ya pr¨¢cticamente en todo el tejido social. Hasta entonces esa preocupaci¨®n comporta o un abuso o un rid¨ªculo.Por esto, lo que es ciertamente lamentable es que se proponga un abuso para solucionar otro abuso de dudosa naturaleza. Que se recon¨²enden soluciones tan elitistas como la de hacer pasar el control por una tarjeta de cr¨¦dito (que solamente est¨¢ al alcance de quienes tienen ingresos estables y uniformes) supone la aportaci¨®n de una idea que es, en s¨ª, tan exclusivista como la que incorpora la Asociaci¨®n de Amigos de la Opera con su acaparamiento parcial de entradas; con la diferencia, a favor de ¨¦sta, de que quiz¨¢ sea ¨¦se uno de los fines oficiales de la asociaci¨®n. Que al editorialista no se le ocurra otra f¨®rmula para resolver un asunto, en el fondo pintoresco, y ello en detrimento de la libertad, del esfuerzo y hasta de los derechos humanos de dips¨®manos, yonquis y mendigos, quienes, en el peor de los casos, pueden obtener un leg¨ªtimo y bien ganado beneficio tras 12 insoportables horas de fr¨ªo, haciendo posible que otros comodones presencien el otro espect¨¢culo sin m¨¢s problema que el de pagar una plusval¨ªa o sobreprecio, porque pueden..., eso s¨ª que es lamentable.No creo que exista otro control efectivo y, sobre todo, justo, que el que no se desea establecer; vender en taquilla todo el aforo y a raz¨®n de una entrada por persona. Como en otras cosas, siempre se atacan los efectos cuando en realidad no se quieren remediar las causas-
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