"La censura crea un clima contrario a los valores cristianos"
Alrededor de 200 te¨®logos de Alemania Occidental, Austria Holanda y Suiza han hecho p¨²blica una declaraci¨®n que consideramos oportuna en su intenci¨®n y acertada en su diagn¨®stico. Los firmantes queremos expresar nuestro acuerdo con las siguientes denuncias de dicha declaraci¨®n:
1. La pol¨ªtica vaticana unilateralmente conservadora en los nombramientos de obispos, sin tener en cuenta a los candidatos de las iglesias locales y orillando los derechos y usos vigentes.
2. La negativa de la autorizaci¨®n eclesi¨¢stica en facultades de teolog¨ªa a te¨®logas y te¨®logos de talante aperturista, degradando la concesi¨®n a un instrumento disciplinar.
3. El modo excesivo en que el Papa actual ejerce su magisterio y jurisdicci¨®n en cuestiones disputadas, especialmente en el ¨¢mbito sexual.
Como te¨®logos espa?oles participamos de la inquietud que refleja el documento, cuyas causas no corresponden s¨®lo a los problemas locales sino que denotan una situaci¨®n generalizada en la Iglesia cat¨®lica.
El Evangelio es fuente de libertad radical y estimula a expresar libremente la propia fe y las convicciones personales. La Iglesia, coherentemente, tendr¨ªa que ser un espacio ¨®ptimo de libertad, donde se alentara la libre investigaci¨®n y se propiciara el debate entre las distintas opiniones y las discrepancias existentes. Sin embargo, el fortalecimiento del car¨¢cter coactivo de las instituciones eclesi¨¢sticas y los procedimientos cuasijudiciales (por otra parte, sin garant¨ªas procesales de m¨ªnima efectividad) contra quienes sustentan interpretaciones teol¨®gicas no consideradas doctrina oficial, impiden que la Iglesia cat¨®lica sea hoy el ejemplo de libertad y tolerancia que est¨¢ obligada a ser.
Entre nosotros, las medidas disciplinares de censura, de desposesi¨®n de c¨¢tedras, de intimidaci¨®n a revistas, de prohibici¨®n de la actividad teol¨®gica, atentan contra el ejercicio leg¨ªtimo de la investigaci¨®n. Como consecuencia, estas pr¨¢cticas crean un clima de temor, recelos, sospechas y simulaciones contrario a los valores cristianos fundamentales. Constatamos el ejercicio de la autocensura, por lo que muchos te¨®logos s¨®lo se atreven a expresar a medias las propias opiniones.
Asistimos a una dr¨¢stica diferenciaci¨®n entre el discurso privado de los te¨®logos realizado en c¨ªrculos de confianza y las manifestaciones y escritos p¨²blicos, pensados para no alarmar a los censores.
Los criterios doctrinal e ideol¨®gicamente parciales con los que se est¨¢ realizando en general el nombramiento de nuevos obispos, adem¨¢s del desprecio que supone a la pluralidad de la Iglesia, contiene una orientaci¨®n muy poco respetuosa para con amplios sectores cat¨®licos.
La consolidaci¨®n de una visi¨®n involutiva del catolicismo es el efecto buscado por este plan sistem¨¢tico de nombramientos que en nuestro pa¨ªs ya est¨¢ empezando a traducirse en un apoyo cuando menos impl¨ªcito, y en algunos casos expl¨ªcito, a formaciones pol¨ªticas conservadoras, ambiguamente confesionales.
Tendencias neoconservadoras
El desarraigo de los candidatos al sacerdocio de su entorno social y eclesial y la acentuaci¨®n de los aspectos disciplinares y dogm¨¢ticos en su formaci¨®n contribuyen a forjar un modelo de sacerdote espiritualista y descomprometido.
Las presiones de la Curia romana y de la jerarqu¨ªa local sobre algunas congregaciones religiosas obstaculizan el testimonio evang¨¦lico vivido en toda su radicalidad y la creatividad teol¨®gica y pastoral de muchos religiosos y religiosas.
La potenciaci¨®n, por un importante sector de la jerarqu¨ªa, de los llamados nuevos movimientos eclesiales, de tendencia neoconservadora, junto con las repetidas descalificaciones de las comunidades de base, de tendencia progresista, son s¨ªntomas claros de regresi¨®n.
Las actuaciones del Vaticano, excluyentes, discriminatorias y autoritarias, significan un grave riesgo para la tarea de hacer veros¨ªmil el mensaje de fraternidad y libertad, sustantivo del Evangelio. La b¨²squeda de este objetivo nos obliga, con pesar pero con esperanza y disponibilidad al di¨¢logo, a manifestar nuestra alarma por la situaci¨®n creada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.