La biogen¨¦tica, el SIDA y la telem¨¢tica requieren respuestas mundiales
BONIFACIO DE LA CUADRA, ENVIADO ESPECIAL, Robert Badinter, presidente del Tribunal Constitucional franc¨¦s, elogi¨® ayer en Estrasburgo los esfuerzos realizados durante tres d¨ªas por un centenar de pensadores, juristas, pol¨ªticos y otros expertos de 40 pa¨ªses, convocados por el Consejo de Europa, para buscar v¨ªas de universalizaci¨®n de los derechos humanos en un mundo plural y dividido.
Los participantes en el coloquio eludieron otros problemas m¨¢s espinosos y alcanzaron el consenso sobre el desaf¨ªo que significa para la humanidad lograr con urgencia un c¨®digo ¨¦tico universal para afrontar la moderna ingenier¨ªa gen¨¦tica, la lucha contra el SIDA y el desarrollo de la inform¨¢tica, telem¨¢tica y de la comunicaci¨®n en general. El dato esencial que favorece este intento es que, tales problemas no ofrecen connotaciones ideol¨®gicas ni afectan al nivel de desarrollo.Seg¨²n se puso de manifiesto en el coloquio, la diferente situaci¨®n geopol¨ªtica de los pa¨ªses ha condicionado diversas y contrapuestas concepciones de los derechos humanos. Mientras que los derechos de libertad predominan en el mundo occidental, los derechos de igualdad est¨¢n m¨¢s desarrollados en el mundo socialista, as¨ª como se respetan escasamente unos y otros en el Tercer Mundo.
El coloquio de Estrasburgo expres¨® la necesidad de avanzar en la universalizaci¨®n de los derechos humanos tradicionales sin olvidar que el respeto a las diferentes culturas es uno de los principios esenciales. Los participantes en el coloquio saludaron el inter¨¦s manifestado por los representantes de Asia y ?frica, as¨ª como de Hungr¨ªa, Yugoslavia, Polonia y otros pa¨ªses socialistas a la llamada del Consejo de Europa. En todo caso coincidieron en que un modo pr¨¢ctico y urgente para trabajar por esa universalizaci¨®n es encontrar respuestas respetuosas con la dignidad humana al reto que significan los descubrimientos cient¨ªficos en materia de manipulaci¨®n gen¨¦tica, la repercusi¨®n de la lucha contra el SIDA sobre la libertad individual y el creciente poder de la comunicaci¨®n, la publicidad, la inform¨¢tica y telem¨¢tica, sin un control democr¨¢tico seguro.
La conciliaci¨®n entre los bloques de derechos humanos centrados en las libertades civiles y pol¨ªticas, por un lado, y en la igualdad econ¨®mica y social, por otro, sigue ofreciendo dificultades, constatadas en el coloquio. Como puso de manifiesto Jeanne Hersch, profesora de Filosof¨ªa de la universidad de Ginebra, el desarrollo cient¨ªfico y t¨¦cnico que ha permitido un nivel m¨¢s elevado de respeto a los derechos humanos ha favorecido tambi¨¦n la fabricaci¨®n de armas qu¨ªmicas y nucleares que amenazan la convivencia mundial.
Transparencia y tensi¨®n
El presidente del Tribunal Supremo de Polonia, Adam Lopatka, resalt¨® los avances realizados por el mundo socialista para asumir una concepci¨®n universal de los derechos humanos. En concreto, se refiri¨® a la perestroika impulsada por Gorbachov y a la transparencia creciente de la vida p¨²blica socialista, mediante la legalizaci¨®n de la oposici¨®n, el pluralismo pol¨ªtico y sindical y el respeto al individuo. A diferencia de otras reuniones de este car¨¢cter, apenas se produjeron acusaciones mutuas entre los dos bloques pol¨ªticos, acaso por el predominio de fil¨®sofos y moralistas.
Uno de los escasos instantes tensos del debate estuvo protagonizado por espa?oles. El catal¨¢n Lluis Sala-Molins, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Pol¨ªtica de La Sorbona, critic¨® al coloquio, que considera "in¨²til y vac¨ªo", y en especial la exagerada presencia de las religiones, cat¨®lica, budista e isl¨¢mica. En ese contexto, aludi¨® al pasado franquista del profesor Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, quien reconoci¨® que fue ministro en el anterior r¨¦gimen y record¨® su lucha en favor de los derechos humanos.
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