Desastroso inicio de Ballesteros en el Open de Espa?a
El ingl¨¦s Derrick Cooper, con 66 golpes (seis bajo par), es el l¨ªder del Open de Espa?a de golf, en El Saler (Valencia), tras el primer recorrido. Mariano Aparicio y otro ingl¨¦s, Mark Davis, llevan 69; Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal y el alem¨¢n occidental Bernhard Langer, 70, y Severiano Ballesteros, cuyo final fue tan desastroso que, malhumorado, no acudi¨® a la sala de Prensa, 75. El zimbabuense Mark MeNulty emboc¨® la bola de modo directo en el hoyo 9, un par 3 de 145 metros.Este campo es uno de los m¨¢s selectivos de Europa. Largo de por s¨ª, 6.485 metros, el viento costero le convierte a menudo en interminable para quienes, al contrario que Cooper -seis birdies-, no son grandes pegadores. Por a?adidura, sus calles est¨¢n contorneadas por una hierba muy alta que pasa factura. Se dice, en fin, que premia a los buenos y castiga a los malos. De vez en cuando, sin embargo, alg¨²n modesto le puede, como Aparicio, ayer el mejor espa?ol.
Pero al que le entusiasma, al menos de momento, es a Langer, que pregona que la vuelta de su vida, 62, la dio en ¨¦l, en 1984, precisamente cuando se impuso en el Open. Centrado en el circuito estadounidense, no hab¨ªa competido de nuevo en nuestro pa¨ªs hasta ahora que ha atendido la petici¨®n de Ballesteros -una de sus empresas es la organizadoradel torneo y, de paso, le ha hecho un favor a prop¨®sito de su reciente pol¨¦mica con el ingl¨¦s Howard Clark en Madrid.
Y es que, como ¨¦ste, Langer tambi¨¦n critic¨® al comienzo de su carrera a Ballesteros por moverse en el green cuando era otro el que pateaba. "As¨ª fue", recuerda. Pero, de inmediato, matiza: "Entonces no le conoc¨ªa. De haber sabido c¨®mo es, no habr¨ªa dicho lo que dije. ?l se transforma cuando juega un certamen, rezuma tensi¨®n, quiere ganar desesperadamente... Por eso no se est¨¢ quieto. Siempre anda ensayando su pr¨®ximo golpe. Pero no pretende molestar a nadie".
Las preocupaciones de Langer son otras. Sus temblores conelputter le obsesionan. Seg¨²n alega, la cuesti¨®n es m¨¢s f¨ªsica que ps¨ªquica. Pero, al margen de atiborrarse de lecturas sobre la influencia de la mente en este deporte, su intenci¨®n es recurrir al yoga cuando tenga tiempo. Por lo pronto, se conforma con empu?ar el palo con su mano izquierda mucho m¨¢s abajo de lo usual y aferrarse su antebrazo con la derecha. Una t¨¦cnica forzada con la que ayer logr¨® un eagle y dos birdies, pero no evit¨® dos bogeys. Peor les fue, eso s¨ª, a sus compa?eros: Ballesteros sum¨® tres birdies por un bogey, un doble bogey tras una pelota injugable y un triple bogey tras enviarla fuera de los l¨ªmites del terreno; el gal¨¦s lan Woosnam, seis bogeys.
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