La lucha de cuadrigas de Telemadrid
El canal auton¨®mico comienza sus emisiones en pruebas entre graves enfrentamientos internos
Ben-Hur y Messala mantienen una terrible lucha en sus cuadrigas. La carrera se plantea con nobleza, pero despu¨¦s surgen malas artes, chocan y chirr¨ªan las ruedas, y comienza el intercambio de alg¨²n que otro latigazo. Los responsables del canal auton¨®mico de Madrid no pod¨ªan haber elegido una pel¨ªcula que ilustrara mejor la situaci¨®n vivida los ¨²ltimos meses. Ben-Hur inaugurar¨¢ ma?ana las emisiones en pruebas de una televisi¨®n con una plantilla exigua que no tiene siquiera sede definitiva.
Lo malo del canal auton¨®mico de Madrid es que, a estas alturas, no se sabe qui¨¦n hace de Ben-Hur y qui¨¦n de Messala. Despu¨¦s de cuatro a?os de indeterminaciones -"a¨²n no esta maduro el proyecto", "hay otras prioridades", "falta presupuesto"-, los responsables pol¨ªticos decidieron fijar una fecha y echar el resto. Y la fecha no pod¨ªa ser otra que el 2 de mayo, d¨ªa de la Comunidad de Madrid.Cerca de un a?o se tard¨® en encontrar un profesional independiente que fuera aceptado por todos los miembros del Consejo de Administraci¨®n de RTVM para el cargo de director general. En el camino quedaron Enrique de las Casas, Clara Isabel Francia, Miguel Angel Aguilar y otros nombres m¨¢s o menos vinculados al mundo de las 625 l¨ªneas.
Finalmente fue elegido Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez, que cambi¨® un puesto de gran responsabilidad en Visa Espa?a para sumergirse en un mundo que le era pr¨¢cticamente desconocido. Votaron a favor de Garc¨ªa Fern¨¢ndez los tres miembros del Consejo de Administraci¨®n del PSOE, los tres del PP y el de Izquierda Unida; el CDS se opuso.
En noviembre de 1988, y tras varios intentos fallidos, Garc¨ªa Fern¨¢ndez propuso el nombre del director de la televisi¨®n, Pedro Erquicia, que fue aceptado por unanimidad.
Definir lo indefinible
Comenz¨® entonces la tarea m¨¢s ardua: definir un proyecto de televisi¨®n auton¨®mica en una autonom¨ªa dif¨ªcil de definir. Aqu¨ª no cabe la defensa y la promoci¨®n de una lengua o de unos valores culturales espec¨ªficos. Erquicia piensa que la esencia del canal regional debe ser "el cosmopolitismo de la Comunidad de Madrid".Todas las sombras imaginables, sin embargo, se fueron cerniendo sobre el proyecto: la lentitud en la concesi¨®n de las excedencias de TVE, la falta de cobertura para la antenizaci¨®n de la Comunidad, la sorpresa al leer las verdaderas condiciones del contrato de cesi¨®n de los terrenos de Legazpi para la ubicaci¨®n de la sede definitiva... Comenz¨® la ceremonia de la confusi¨®n.
Y por si no hab¨ªa ya pocos problemas, a primeros de a?o se fragu¨® la lucha de las cuadrigas: Erquicia y Garc¨ªa Fern¨¢ndez disent¨ªan sobre las competencias de cada uno. ?Qui¨¦n estaba por encima de qui¨¦n?
Pedro Erquicia quer¨ªa controlar los resortes necesarios para poner en marcha el proyecto; Garc¨ªa Fern¨¢ndez aduc¨ªa que hab¨ªa una ley que fijaba los l¨ªmites y pensaba que era absurdo desdoblar hasta la asesor¨ªa jur¨ªdica.
Los primeros roces, cuando los carros comenzaban ya a chirriar, apenas salieron de las paredes del Consejo de Administraci¨®n. Los consejeros lograron restablecer un equilibrio ya inestable. Lleg¨® a manejarse incluso un primer esquema con cuatro horas de emisi¨®n los d¨ªas laborables y seis los s¨¢bados y domingos.
Pero durante estas ¨²ltimas se manas, las declaraciones y comunicados han sido pr¨¢ctica mente diarios. Acusaciones de deslealtad, amiguismo, incompetencia e ineficacia se han cruzado entre las distintas cuadrigas.
Se habl¨® incluso de que Pedro Erquicia y despu¨¦s Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez arrojaban la toalla. De momento han decidido asistir como espectadores a lucha a muerte de Ben-Hur y Messala. La carrera de Tele Madrid no ha hecho m¨¢s que empezar.
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