Las revueltas del pan
EL REY Hussein ha definido las revueltas que la semana pasada causaron ocho muertos en Jordania como "una forma poco constructiva" de disensi¨®n. Se refer¨ªa, sin duda, a la molestia que le ha producido una protesta que contribuye poco a ensalzar su figura de monarca prudente, conciliador y clave para el futuro del Oriente Pr¨®ximo.Desde que, en la d¨¦cada anterior, Hussein hizo frente sin miramientos a las dificultades que le planteaba la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), los problemas de Jordania pasaron a un segundo plano, subsumidos en los m¨¢s generales de la intratable cuesti¨®n de Israel. Ahora, repentinamente, salen a la luz sus problemas econ¨®micos internos. No son nuevos en el mundo ¨¢rabe septentrional. Las revueltas del pan llevan a?os estallando por sorpresa en el norte de Marruecos, en T¨²nez, en Argelia. En todos esos pa¨ªses fueron el resultado de la indignaci¨®n popular provocada por una inopinada subida de los precios de los alimentos y art¨ªculos de primera necesidad. En todos, la represi¨®n ha sido dura. Jordania no ha sido excepci¨®n a la regla.
En todos, tambi¨¦n, han producido reformas pol¨ªticas de impredecibles consecuencias. Es pronto para aventurar lo que ocurrir¨¢ en Amman. Ha ca¨ªdo el Gobierno, el rey ha decidido que se convoquen elecciones -las primeras despu¨¦s de 22 a?os-, y se formulan proyectos nuevos de reforma econ¨®mica. Pero en el fondo todav¨ªa queda por resolver un problema de identidad nacional pendiente desde la creaci¨®n del viejo reino de Transjordania. Desde entonces, Jordania nunca ha sido en realidad lo que pretend¨ªa ser: al principio, por el decisivo peso de la poblaci¨®n palestina originaria dentro de sus fronteras; despu¨¦s, por la p¨¦rdida ante Israel de la parte m¨¢s rica de su territorio. Abandonadas ahora las pretensiones de soberan¨ªa sobre esas regiones, Jordania encara un futuro mucho m¨¢s modesto de lo que, gracias sobre todo a la personalidad de su monarca, ha sido su papel en la regi¨®n durante todos estos a?os.
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