Versiones originales

Resulta sorprendente que en una de las ¨²ltimas reuniones del Consejo de Administraci¨®n de Radiotelevisi¨®n Espa?ola se haya pretendido acabar con una de las medidas m¨¢s inteligentes e innovadoras de los ¨²ltimos a?os, como es la emisi¨®n de pel¨ªculas en su versi¨®n orginal.El hecho de que una pel¨ªcula se emita doblada es una falta de respeto tanto para el autor como para el espectador. Para el autor, porque se mutila la obra de arte original y se le a?ade algo que de arte tiene bien poco. Para el espectador, porque se le niega el placer de escuchar las voces en el idioma original de los actores. Se me podr¨¢ objetar que el espectador medio, tras largos decenios de oscurantismo cultural, no est¨¢ preparado para apreciar la notable diferencia que supone ver una pel¨ªcula doblada y en su versi¨®n original, pero si tenemos en cuenta que Televisi¨®n Espa?ola sigue siendo la ¨²nica para todo el Estado; que, democr¨¢ticamente hablando, no pueden ignorarse las minor¨ªas (en este caso los que gustan de ver las pel¨ªculas en su versi¨®n original); y por ¨²ltimo, teniendo en cuenta que de los aproximadamente 19 largometrajes que se emiten semanalmente en Televisi¨®n tan s¨®lo cinco lo son subtitulados, no comprendemos qu¨¦ absurdo criterio haya hecho plantearse la posibilidad de tan injustificada supresi¨®n.

Don Luis Solana, si rectificar es de sabios, demuestre que lo es. La cultura no hiere la sensibilidad de nadie.-

y dos firmas m¨¢s.