V¨ªctimas
Los vecinos de un pueblecito de Huelva han hecho causa com¨²n con el concejal del Partido Popular y ex guardia civil Juan Antonio Rosell¨®, denunciado por violaci¨®n por sus dos hijas. Digo yo que se tratar¨¢ de aquellos vecinos que dominan el territorio exterior, que entran y que salen, que jugaban al domin¨® con el procesado en las tabernas. Esto es, supongo que se tratar¨¢, mayormente, de los hombres del pueblo. De los due?os de la calle.Porque el mundo se divide en dos esferas, lo p¨²blico y lo dom¨¦stico, el aparato social y la menudencia de lo ¨ªntimo. Desde las simas sin brillo y sin influencias de su encierro hogare?o, dos adolescentes y su madre han denunciado a su padre y marido. A un hombre que no s¨®lo pose¨ªa el poder patriarcal dentro de casa, sino tambi¨¦n el control sobre el espacio colectivo: los contactos, las amistades, el compadreo. ?Qui¨¦n va a sacar la cara por la esposa y las ni?as, qui¨¦n las conoce? ?La vecina con la que se cruzan cuando van a la compra, la frutera?
Por eso las paredes de ese pueblo de Huelva se han llenado de pintadas contra las muchachas. No es una situaci¨®n extraordinaria: muchas v¨ªctimas de violaciones son apaleadas verbal y moralmente por sus convecinos. La jerarqu¨ªa es la jerarqu¨ªa, y los valores sociales son viriles: no est¨¢ bien visto que los animalitos dom¨¦sticos se rebelen. La veracidad de la denuncia contra Rosell¨® la tendr¨¢n que dirimir los jueces, pero a m¨ª no me cabe en la cabeza que dos ni?as de 14 y 17 a?os se atrevan a dar un paso tan dram¨¢tico sin poseer razones contundentes. Aunque, por desgracia, la historia muestra una enigm¨¢tica tendencia a dejarse escribir por quienes detentan el poder. Como en el caso de Rosario Forcadell, juzgada por un delito de lesiones a su marido, que se rompi¨® un dedo mientras la golpeaba. As¨ª es que Rosario puso aviesamente la nariz o el ojo en el camino de la mano de su pobre esposo, y las violadas son seres mal¨¦volos que s¨®lo buscan la condenaci¨®n del violador probo y decente. Tremenda perversi¨®n la de las v¨ªctimas.
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