Anna Mar¨ªa Dal¨ª, hermana de Salvador Dal¨ª

Anna Mar¨ªa Dal¨ª, hermana de Salvador Dal¨ª, falleci¨® ayer en Figueres (Gerona), su ciudad natal. Nacida el 6 de enero de 1908, era el tercer hijo y la primera ni?a del matrimonio Felipa Domenech y Salvador Dal¨ª, notario de Figueres. Para su hermano Salvador, cuatro a?os mayor, fue el mejor regalo de Reyes. Y ser¨ªa la inseparable compa?era de infancia y juventud. Su escolaridad consisti¨® en unos cursos en el colegio de las monjas de la Presentaci¨®n, llamadas en Figueres las francesas. Su cultura general la completaron profesores particulares.En Barcelona pas¨® una temporada en la Residencia de Se?oritas, con sede en el palacio de Pedralbes, y estudi¨® ingl¨¦s en Cambridge. Pero en su formaci¨®n intelectual contribuy¨® decisivamente la relaci¨®n de sus padres con la familia Pitxot, gente creativa que buceaba en todas las partes. Anna Mar¨ªa comparti¨® desde la infancia el universo de su hermano. Entend¨ªa sus gestos y excentricidades, e interpretaba su fantas¨ªa y tomaba parte en las bromas y juegos, a veces impenetrables, de Salvador. Fue compa?ero ideal, por su inteligencia aguda y penetrante, y su car¨¢cter alegre y divertido. Cuando la conoci¨® Federico Garc¨ªa Lorca, en la primavera de 1925, aquella camarader¨ªa fue una realidad ins¨®lita. En tiempos en que la mujer permanec¨ªa, social y culturalmente, marginada del mundo de los hombres, Anna Mar¨ªa formaba parte del grupo de amigos y compa?eros de suhermano. Fue atent¨ªsima testigo de la obra de Salvador y su m¨¢s asidua modelo de la etapa pl¨¢stica esencial del pintor de los a?os diez.

Cuando se acabaron las primeras vacaciones de Lorca en Cadaqu¨¦s se inici¨® entre Anna Maria y el poeta una correspondencia intimista: "Querida Ana Mar¨ªa: llevo varios d¨ªas en Granada y a cada momento tengo necesidad de hacer un retrato tuyo a mis hermanas". Son cartas de singular belleza literaria, de sorprendentes im¨¢genes, donde campea el fino lirismo del poeta y su delicad¨ªsimo humor: "( ... ) Dichosa t¨², Ana Mar¨ªa, sirena y pastora al mismo tiempo, morena de aceitunas y blanca de espuma fr¨ªa. ?Hijita de los olivos y sobrina del mar!". Anna Maria cultiv¨® la m¨ªstica del recuerdo lorquiano retenido en su casa de Es Llan¨¦. Ella aseguraba que o¨ªa la fulgurante risa de Federico; el eco de sus bromas, de "incre¨ªble y sorprendente ingenuidad", y su voz "bellas y totalmente inolvidables".