Nastassja Kinski alcanza con 'Aguas de primavera' un lugar entre los 'grandes' del cine
ENVIADO ESPECIAL, "Hasta ahora se conoc¨ªa a Nastassja por ser la hija de su padre; desde ahora, a Klaus Kinski se le recordar¨¢ por ser padre de su hija". Esta sentencia volaba ayer de boca en boca en las explanadas de La Croisette despu¨¦s de la proyecci¨®n del filme Aguas de primavera, del polaco Jerzy Skolimovski. La pel¨ªcula es poca cosa, pero la actriz "logra en ella escenas dignas de Greta Garbo", a?ad¨ªa el rumor.
Basada en uno de los m¨¢s bellos relatos rom¨¢nticos de Iv¨¢n Turguenev, Aguas de primavera es una consecuencia del ¨¦xito mundial de otra adaptaci¨®n de un cl¨¢sico de la literatura rusa: el Ant¨®n Chejov de Ojos negros. Tiene incluso escenas calcadas de la pel¨ªcula de Nikita Milialkov, pero a Skolimovski le falta la agilidad de ¨¦ste para crear mutaciones del humor al patetismo. Es un director muy solvente, pero m¨¢s monocorde que el ruso.La pel¨ªcula, de aceptable tono medio, se dispara hacia arriba, hacia la inspi raci¨®n, cuando Nastassja Kinski entra en la pantalla. Esta popular actriz, de beBeza rara y car¨¢cter imprevisible, tiene detr¨¢s una carrera precoz y muy irregular, en la que se le ven a ratos rasgos de buena actriz intuitiva, pero siempre en forma de destellos, nunca de composiciones sostenidas.
Orden
Su intensidad era siempre fugaz, a veces casi arbitraria; le faltaba dosificaci¨®n, sentido de la construcci¨®n y del acabamiento del personaje. Pero en Aguas de primavera Nastassja Kinski ha puesto orden en su talento, lo que le permite componer arm¨®nicamente un personaje ambiguo y dif¨ªcil, a mitad de camino entre la malicia y el candor, entre lo diab¨®lico y lo ang¨¦lico. Y transmite pasi¨®n.Act¨²a la actriz con recursos de tipo hipn¨®tico, apoyada en su manera inquietante de mirar. Su caza con t¨¦cnicas de cobra al pobre Thimoty Hutton, un buen actor que se apaga cuando ella se enciende, es cre¨ªble y recuerda la tradici¨®n rom¨¢ntica del cine primitivo, aquella sensaci¨®n de magnetismo que desprenden algunos primeros planos de las actrices de la leyenda muda del cine como Greta Garbo y Gloria Swanson, y que hoy conservan muy pocas, tal vez s¨®lo Glenn Close y esta reci¨¦n nacida Nastassja Kinski, dos mujeres capaces de hacer gravitar una pel¨ªcula sobre sus ojos. Como en la c¨¦lebre pel¨ªcula de George Cukor Ha nacido una estrella.
La otra pel¨ªcula de la jornada se titula Quimera, ha sido dirigida (es un decir) por la francesa Claire Devers y escrita (tambi¨¦n es un decir) por ella misma y su colega Arlette Langmann. ?Qu¨¦ ocurre en el cine franc¨¦s que su escaparate de lujo se ve obligado a programar esta negaci¨®n del cine disfrazada de pel¨ªcula? ?Por qu¨¦ los cr¨ªticos franceses se agarran como n¨¢ufragos a una tabla salvadora a la ya exhibida Demasiado bella para ti e intentan convencernos para que veamos en la palabrer¨ªa seudointelectual de su director y guionista, Bertrand Blier, una obra maestra cuando ni siquiera es una obra? ?D¨®nde est¨¢ la herencia de Renoir, Resnais, Bresson, Godard, Truffaut y tantos otros cineastas de estepa¨ªs que son una parte indispensable de la gloria del cine? Pero esto es asunto, y asunto grave, de otra cr¨®nica.
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