Siria, el guerrero indispensable
La diplomacia de Damasco prepara sus bater¨ªas ante la 'cumbre' ¨¢rabe de Casablanca
El dios del petr¨®leo ha dejado caer sobre Siria el man¨¢ de la autosuficiencia energ¨¦tica. Dos nuevos yacimientos han devuelto la sonrisa a los contables de la Rep¨²blica ?rabe Siria, desbordados por los gastos de defensa. Un drenaje que fuentes occidentales cifran en torno al 60% del presupuesto y que en su mayor parte va a alimentar la presencia de 40.000 soldados en el vecino L¨ªbano. No existen cifras oficiales. Ni siquiera el ministro de Informaci¨®n, Mohamed Salman, las conoce. "Son un secreto de Estado, como en todos los pa¨ªses", asegura sin inmutarse.
Y es que en Siria, como reconoce inadvertidamente un funcionario, "s¨®lo dos personas pueden hablar con total libertad": el presidente Hafez el Asad y el vicepresidente Abd al Halim Jadam. Ambos tienen 59 a?os, si bien Jadam aparenta 10 menos. Forman una s¨®lida pareja de fr¨ªos estrategas, en la que el vicepresidente empu?a con firmeza la batuta de una pol¨ªtica exterior coherente y desconcertante a la vez. Una pol¨ªtica exterior cuyas puertas no est¨¢n nunca ni totalmente abiertas ni totalmente cerradas.La sutileza de la diplomacia de Damasco le permite a Siria estar al mismo tiempo enemistada con el Reino Unido e Irak, aliada con Ir¨¢n, mimada al un¨ªsono por Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, temida por Israel, cortejada por la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), amada por Libia, entregada a Egipto, respetada por la mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes y desesperadamente necesitada en L¨ªbano.
La 'prima donna'
La prueba del protagonismo que Siria ejerce en el foro ¨¢rabe la aporta el orden del d¨ªa de la cumbre que la Liga ?rabe celebrar¨¢ los d¨ªas 23 y 24 en la ciudad marroqu¨ª de Casablanca. Siria representa el papel deprima donna en los cuatro principales temas a tratar por los 22 pa¨ªses asistentes. Y como dijo en cierta ocasi¨®n Henry Kissinger, no hay paz en Oriente Pr¨®ximo que valga sin contar con Siria.1. Asad rompi¨® relaciones con Egipto a ra¨ªz de los acuerdos de paz de Camp David y ahora votar¨¢ sin tapujos a favor de su reingreso en la Liga ?rabe. El amor-odio que caracteriza los v¨ªnculos entre Siria y Egipto registra momentos de gran acercamiento, como la fugaz fusi¨®n bajo el nombre de Rep¨²blica ?rabe Unida (1958-1961) o la colaboraci¨®n militar contra Israel en 1973.
2. Su enemigo durante la guerra del Golfo fue el contrincante ¨¢rabe, es decir, el denostado presidente Sadam Hussein, de Irak. Y a fin de que nadie se llame a enga?o, el presidente sirio ha enviado un claro mensaje a la comunidad ¨¢rabe en v¨ªsperas de la cumbre de Casablanca al anunciar que acaba de aceptar una invitaci¨®n del r¨¦gimen del ayatoll¨¢ Jomeini para visitar Teher¨¢n en breve.
3. Su presencia militar en Libano es bendecida en general por la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos. La capital siria dista 25 kil¨®metros de la frontera libanesa, y hasta all¨ª llegaron las tropas israel¨ªes durante la invasi¨®n de L¨ªbano en junio de 1982. Siria y L¨ªbano integraban hasta 1918, junto con los entonces inexistentes Estados de Jordania y de Israel y el a¨²n non nato de Palestina, la denominada Gran Siria.
La unidad territorial y la estabilidad pol¨ªtica de L¨ªbano son de primordial importancia para Damasco, que por todos los mediosevitar¨¢ que este pa¨ªs pueda ser utilizado por Israel como cabeza de puente contra Siria. Damasco jam¨¢s escatimar¨¢ recursos para evitar la partici¨®n de este peque?o y ensangrentado pa¨ªs, en permanente guerra civil desde abril de 1975, como lo prueba el hecho de haberse colocado siempre de parte de aquellos que luchaban por la integridad territorial, no importa fueran cristianos (como en 1976) o musulmanes (como es el caso actualmente).
Ning¨²n pa¨ªs elige a sus vecinos, como suelen comentar los fimcionarios tunecinos, poco entusiastas con el r¨¦gimen de Muaminar el Gaddafi. Y la fundaci¨®n de Israel en territorio palestino coloc¨® a Siria en un continuo estado de guerra latente. Desde las simb¨®licas y escalofriantes ruinas de la ciudad de Kunetra, sobre las que los ni?os juegan y las familias van de picnic, se divisan los 1.200 kil¨®metros cuadrados del Gol¨¢n anexionados por Israel durante la guerra de 1967. "Esta carretera va a Palestina", explican ante uno de los puestos de las Naciones Unidas, concretamente el n¨²mero 28, que se interponen entre los controles sirio e israel¨ª desde la firma del alto el fuego el 1 de mayo de 1974.
La ONU tiene desplegados en la zona 1.362 soldados en estado de alerta permanente. Australianos y finlandeses en tierra de nadie, canadienses (es decir, de un pa¨ªs de la OTAN) en Israel y polacos (Pacto de Varsovia) en Siria. Siria no dar¨¢ su brazo a torcer hasta que recupere el Gol¨¢n, que le fue arrebatado hace 15 a?os.
4. Yasir Arafat, flamante presidente del recien creado Estado de Palestina, no es santo de la devoci¨®n de Asad, que lo demuestra sin tapujos albergando en Damasco a las facciones m¨¢s duras de la OLP. A coro, todos ellos acusan a Arafat de haber vendido la causa palestina pos un plato de lentejas al ceder a las presiones de Estados Unidos y reconocer expl¨ªcitamente la existencia del Estado de Israel.
La cumbre de Casablanca respaldar¨¢ presumiblemente los acuerdos adoptados por la OLP el pasado noviembre en Argel. El presidente del Consejo Nacional Palestino (Parlamento de la OLP, integrado por 400 miembros) califica abiertamente estos acuerdos de "soluci¨®n de compromiso".
El tablero ¨¢rabe
Este anciano l¨ªder religioso sun¨ª, Abdul Hamid al Saleh, nacido en la ahora ocupada Nablus hace 82 a?os, expresa en su despacho de la capital jordana su fe en que Siria acabar¨¢ convenci¨¦ndose de que Arafat est¨¢ en lo cierto, de que "no se volver¨¢ a presentar un momento tan propicio como el actual" para que Israel y la OLP hagan las paces. "Arafat reconoce que si su padre viviera pondr¨ªa el grito en el cielo", relata el presidente del Parlamento palestino al comentar las disidencias en el seno del movimiento palestino.El juego de Siria en el tablero ¨¢rabe tiene cierta similitud con el que despliega la primera ministrabrit¨¢nica, Margaret Thatcher, en el europeo. Siria se adentra por su cuenta en el laberinto de Oriente Pr¨®ximo, espera al ¨²ltimo momento para solidarizarse con sus aliados (como ha ocurri do con la readmisi¨®n de Egipto en la Liga ?rabe), se las arregla para no perder casi nunca la cara, mantiene una relaci¨®n pri vilegiada con una superpotencia (en este caso la URS S) y, en simetr¨ªa con el idilio entre la dama de hierro y Mijail Gorbachov, respeta y busca el reconocimiento de la Administraci¨®n de Georges Bush.
Ambos pol¨ªticos, que actual mente tienen rotas por completo sus relaciones a iniciativa brit¨¢ nica, iniciaron su carrera hacia la cumbre cuando ya Israel se hab¨ªa instalado en el coraz¨®n de la naci¨®n ¨¢rabe. Thatcher ten¨ªa 22 a?os y Asad 18 cuando se fund¨® en 1948, el Estado de Israel, dos a?os despu¨¦s de que Siria se independizara de Francia.
El nuevo embajador de Estados Unidos en Damasco, Edward P. Djerejian, trajo consigo a su llegada, en septiembre de 1988, estrictas instrucciones para engrasar los contactos con el r¨¦gimen de Asad, una vez que Washington lleg¨® oficialmente al convencimiento de que no existen pruebas para demostrar la existencia de v¨ªnculos formales entre las acciones terroristas y el r¨¦gimen de Asad.
El mandato es muy claro: "Hay que garantizar que Siria no se desv¨ªa de la senda. del di¨¢logo", explican fuentes norteamericanas. La Casa Blanca est¨¢ tanconvencida como Siria de que L¨ªbano s¨®lo podr¨¢ salir adelante si se pone en marcha una transici¨®n institucional que acabe con el sectarismo y el desproporcionado ejercicio del poder por la minor¨ªa cristiana, en cuyo seno abundan los elementos separatistas.
Hasta Israel tendr¨¢ que acabar convenci¨¦ndose de que la paz ha de transitar por el camino hacia Damasco. No hay acuerdo duradero en Oriente Pr¨®ximo si no cuenta con la aquiescencia de Siria.
Y Siria se deja mimar, en la seguridad de que el tiempo juega a favor de sus ambiciones hegem¨®nicas sobre la zona..., siempre y cuando Egipto e Irak se lo toleren. Las autoridades jordanas parecen convencidas, seg¨²n expuso a este diaric el viceprimer ministro y titular de la cartera de Exteriores, Marwan al Qasem, de que Siria, bien por sus problemas econ¨®micos, bien por su pragmatismo, est¨¢ cayendo r¨¢pidamente en la red de la interdependencia que caracteriza de forma creciente las relaciones entre los Estados. Y una prueba es su reconciliaci¨®n con Egipto.
"Uno de los principales objetivos estrat¨¦gicos de Tel Aviv era mantener a Egipto en el ostracismo", agrega el responsable de la cauta diplomacia que caracteriza al reino jordano, art¨ªfice en gran medida de la vuelta del hijo pr¨®digo a la casa com¨²n ¨¢rabe y uno de los pa¨ªses m¨¢s interesados en evitar que el fiel de la balanza ¨¢rabe se incline excesivamente hacia su vecino del Norte.
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