La autodeterminaci¨®n seg¨²n Savater

Leo asiduamente EL PAIS, y, en particular, suelen gustarme los art¨ªculos de Fernando Savater, al que considero un hombre comprometido con una ¨¦tica social que comparto plenamente.Sin embargo, me ha defraudado su an¨¢lisis de la autodeterminaci¨®n publicado en el dominical del 7 de mayo, porque considero que ofrece una visi¨®n parcial del problema.

La base de su argumentaci¨®n para descalificar esta aspiraci¨®n en el Pa¨ªs Vasco es la presunta mala intenci¨®n. o los intereses ocultos de algunos de sus defensores. Seguramente es cierto que los paladines de la independencia albergan deseos de poder -no son los ¨²nicos-, pero en todo caso la aspiraci¨®n popular sigue siendo leg¨ªtima. La referencia que hace a "la ingenuidad pol¨ªtica de su clientela" tiene cierto sabor a paternalismo absolutista que en una democracia, que implica la libertad de equivocarse, no debiera tener cabida.

El problema vasco perdura porque se desconoce la magnitudnum¨¦rica de los partidarios de la independencia en esa regi¨®n. Si el 95% de los habitantes del Pa¨ªs Vasco quisiera la independencia, lo razonable ser¨ªa establecerla, mientras que si ¨²nicamente el 5% la apoyaran, seguramente no hablar¨ªamos tanto de esto. Lamentablemente, la situaci¨®n no es tan n¨ªtida, pero la mayor¨ªa sigue siendo sagrada, aunque no se exprese con tanta contundencia. Por eso es necesario poner en claro este dato mediante refer¨¦ndum y atenerse con toda responsabilidad al resultado.

Aun en el caso de que fuera equilibrado, se habr¨ªa partido de una iniciativa de buena voluntad beneficiosa para una organizaci¨®n que, por otra parte, podr¨ªa desarrollarse bas¨¢ndose en datos objetivos.

Por eso echo de menos en Savater el reconocimiento de que la unidad de Espa?a est¨¢ todav¨ªa sustentada por cierto doginatismo hist¨®rico. La Constituci¨®n la avala, pero en el Pa¨ªs Vasco no prosper¨®, y la unidad precisa del consenso de todas y cada una de las partes.-