Belarmo, redactor jefe de 'Marca'
Belarmino Calvo, Belarmo, redactor jefe del diario Marca, falleci¨® a las 11.30 horas de ayer, en el hospital Doce de Octubre de Madrid, a causa de un infarto de miocardio. La necrol¨®gica puede ser as¨ª de fr¨ªa, as¨ª de simple, como otra muesca en la larga lista de muertes causada por el implacable coraz¨®n. Pero en el caso de Belarmo es casi imposible sumarla s¨®lo como un n¨²mero m¨¢s, aunque lo sea finalmente, fatalmente. Su p¨¦rdida, para los que le conoc¨ªamos, ha sido demasiado anunciada, excesivamente esperada, porque Belarmo arriesgaba el coraz¨®n cada segundo, en la vida y en la profesi¨®n.Por eso muri¨® con las botas puestas. Belarmo presenci¨® el s¨¢bado un, derby m¨¢s, Atl¨¦tico-Real Madrid, y firm¨® su ¨²ltima cr¨®nica futbol¨ªstica, su ¨²ltima gota hacia el deporte que llen¨® su vida y le acompa?¨® hasta el final. "Paradojas del destino", fueron sus ¨²ltimas palabras escritas para valorar el exceso de confianza rojiblanco, que pudo ganar y apenas empat¨®. Belarmo quer¨ªa retirarse ya a sus cuarteles de invierno, pero no le ha dado tiempo. Raras veces da. Precisamente le dijo en el palco a un compa?ero que le iba a tocar relevarle en muchos partidos pr¨®ximos porque se encontraba muy cansado. El, que hab¨ªa resistido ya un infarto hace unos a?os y trataba de cuidarse, no pod¨ªa cambiar a sus 62 a?os su desbordante car¨¢cter. No sab¨ªa tomarse las cosas con m¨¢s tranquilidad, porque era demasiado serio, demasiado profesional.
Mi primer viaje al extranjero como periodista fue con ¨¦l, a Bucarest. El d¨ªa que entr¨¦ como redactor de Marca ¨¦l era nombrado jefe de secci¨®n. De esto hace ya 15 a?os. Trabajamos juntos durante cinco y siempre fue un compa?ero ejemplar y entra?able. Pocos lo deben dudar desde sus inicios en Meta (1955) y El Pueblo Gallego (1955-1965), en su Vigo natal, que ha perdido un hijo predilecto y hacia donde saldr¨¢ hoy, a las 14.00 horas desde los Servicios Funerarios Municipales (calle de Salvador de Madariaga). Menos a¨²n lo dudar¨¢n en Marca, donde ha pasado sus ¨²ltimos 24 a?os y lo ha dado todo, hasta su vida. Incluso lo saben quienes a veces abusaron inmerecidamente de su generosidad y de su ingenuidad. Todos los que le quer¨ªamos y le entend¨ªamos estamos de luto por dentro, pero tambi¨¦n contentos por el eterno descanso de un hombre profundamente bueno.
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