Trabas parroquiales
Siempre he o¨ªdo que Dios es generoso, pero he descubierto que no con todos. Es decir, que para Dios existen clases, o mejor dicho, diferencia de clases. Imag¨ªnese mi sorpresa cuando los representantes terrenales del Creador ponen trabas para que una pareja pueda casarse. Y es que tambi¨¦n las cosas del esp¨ªritu precisan de una burocracia tan compleja que te indican hasta en qu¨¦ casa del Se?or puede una casarse o no. Y es que no todos tenemos la suficiente importancia como para poder escoger.Y no es que una desee hacerlo en una catedral, sino en una peque?a iglesia de los alrededores de Barcelona, pr¨®xima a su domicilio.
Primera sorpresa: si no vives dentro del ¨¢rea de influencia de la parroquia no pueden casarte. ?Y es que Dios tiene ¨¢reas de influencia? Segunda sorpresa: tras consulta al Obispado ni Dios ni la Iglesia han creado una ley como ¨¦sa. Vuelta a la carga y a la parroquia. E insisten. Dios es para todos, pero sus sacerdotes reparten su palabra como los m¨¦dicos de la Seguridad Social: asignados y casi por sorteo. Total, que all¨ª siguen sin querer casarnos.
Y nosotros, inocentes e ilusionados, vuelta al Obispado para hacerles notar que uno de sus ac¨®litos precisa de un curso de reciclaje sobre leyes. Y ah¨ª nace la sorpresa: ?que las parroquias en esos temas tienen plena autonom¨ªa para decidir!
S¨¦ que estas l¨ªneas pueden parecer irrespetuosas, pero imagine nuestra indignaci¨®n cuando algo tan f¨¢cil como unir nuestras vidas en sagrado matrimonio se convierte en un calvario de pasillos y burocracia paternal en el que Dios se alquila en las parroquias para unos s¨ª y otros no.
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