Borrell: ¡°Cumplir las ¨®rdenes de arresto no es a la carta: ¡®Si va contra Putin, me gusta; si va contra Netanyahu, no¡±
A escasos d¨ªas de concluir su mandato, el jefe de la diplomacia comunitaria visita L¨ªbano, ¡°un pa¨ªs que puede romperse a trozos¡±, y critica la desigual reacci¨®n entre los pa¨ªses de la UE a la decisi¨®n del Tribunal Penal Internacional
Josep Borrell (La Pobla de Segur, Lleida, 77 a?os) no pensaba estar hoy aqu¨ª. De nuevo en Oriente Pr¨®ximo, a solo siete d¨ªas de concluir sus cinco a?os de mandato como Alto Representante de Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad de la UE. En septiembre hab¨ªa finalizado ¨Dpreocupado y tambi¨¦n en L¨ªbano¨D la que en principio iba a ser su ¨²ltima gira por la regi¨®n en el cargo. Pero apenas cinco d¨ªas despu¨¦s de despegar, el Mossad, los servicios secretos en el exterior, sorprendieron con la detonaci¨®n de miles de buscas y walkie-talkies que hab¨ªa encargado Hezbol¨¢; el ej¨¦rcito israel¨ª mat¨® a m¨¢s de 550 personas en pocas horas (la mayor masacre en L¨ªbano desde el fin de la guerra civil en 1990) y comenz¨® a asesinar, uno tras otro, a los dirigentes del partido-milicia chi¨ª, incluido Hasan Nasral¨¢, transformando once meses de guerra de baja intensidad en un conflicto abierto. ¡°No contaba con volver, pero lo he cre¨ªdo imprescindible, porque he invertido mucho en el conflicto de Oriente Pr¨®ximo. Y he venido a L¨ªbano porque es un pa¨ªs que puede romperse a trozos¡±, justifica en una entrevista en Beirut con este peri¨®dico, tras reunirse entre otros con Nayib Mikati, el primer ministro liban¨¦s, y Nabih Berri, el presidente del Parlamento que negocia en nombre de Hezbol¨¢ un alto el fuego que no ve inminente.
¡°Todo el mundo est¨¢ esperando a Trump y no creo que Netanyahu le conceda a Biden un alto el fuego en ninguna parte¡±, se?ala, antes de subrayar ¨Den alusi¨®n a Ir¨¢n y a Hezbol¨¢¨D que la soberan¨ªa del pa¨ªs tiene que quedar en manos del pueblo liban¨¦s, ¡°no de un poder interno, ni de un Estado dentro del Estado, ni de nadie que secuestre la soberan¨ªa del pueblo liban¨¦s, ya sea desde dentro o desde fuera del pa¨ªs¡±. Borrell evita echar le?a el fuego sobre el equivalente a uno de esos secretos familiares que todos conocen, pero de los que nadie habla: su sucesora, la estonia Kaja Kallas, no ejercer¨¢ previsiblemente el papel de Pepito Grillo sobre Oriente Pr¨®ximo que ¨¦l ha asumido durante su mandato, para aplauso de unos e irritaci¨®n de otros.
Entre su anterior viaje y este, todo ha ido a peor en la regi¨®n. Los cascos azules a los que fue a dar ¨¢nimos en persona en septiembre han resultado heridos por el fuego cruzado (en la v¨ªspera, por Hezbol¨¢; en otros casos por Israel, algunos intencionados). Entre L¨ªbano y Gaza, los muertos superan diariamente el centenar y los desplazados llegan a tres millones. Las tropas israel¨ªes avanzan en el sur, combatiendo por dos altos estrat¨¦gicos contra los milicianos de Hezbol¨¢, cuyos misiles y drones llegan cada vez m¨¢s lejos (240 solo este domingo, incluido en la zona de Tel Aviv). El norte de Gaza vive un cerco con nuevos desplazamientos masivos y el hambre como arma de guerra, el ministro israel¨ª que m¨¢s manda en Cisjordania, Bezalel Smotrich, ha declarado 2025 el a?o de anexionarla y el que le neg¨® la entrada al pa¨ªs y acus¨® de ¡°antisemitismo y odio a Israel¡±, Israel Katz, ha pasado de Exteriores a Defensa.
?Por qu¨¦ hemos llegado hasta aqu¨ª? ¡°Porque no hemos sido capaces de poner l¨ªmite a la acci¨®n de Israel¡±, responde Borrell. ¡°Ha tenido que ser el Tribunal Penal Internacional (TPI) el que intervenga diciendo ¡®lo que est¨¢ usted haciendo, que es matar de hambre a una poblaci¨®n como arma de guerra, no es moralmente aceptable¡¯. Es exactamente lo que me explican las Naciones Unidas que est¨¢ pasando en Gaza. Nos guste o no¡±.
La decisi¨®n del TPI marca inexorablemente la conversaci¨®n. Por su relevancia y por c¨®mo divide a la UE. El jueves, la corte pidi¨® el arresto del primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, y de su ministro de Defensa durante casi toda la guerra, Yoav Gallant, por presuntos cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad en Gaza. Y, aunque los Veintisiete est¨¢n obligados a detenerlos si pisan su suelo, han reaccionado con tonalidades bien distintas, como casi siempre que la palabra Israel se cuela en el debate.
El primer ministro de Hungr¨ªa, Viktor Orb¨¢n, prometi¨® invitar a Netanyahu; Alemania ve ¡°muy dif¨ªcil¡± efectuar tales arrestos y otros han optado por el contorsionismo verbal. Espa?a, Irlanda, B¨¦lgica, Austria y Eslovenia han adelantado, en cambio, que lo arrestar¨ªan. ¡°Espero que los pa¨ªses europeos acepten que ser parte del TPI no es a la carta. No es decir: ¡®Si va contra Putin, me gusta, y si va contra Netanyahu, no me gusta¡¯. [¡] Quien forma parte del tribunal ha firmado un compromiso. Est¨¢ o no est¨¢. No es potestativo. Es una cuesti¨®n fundamental. Porque si Europa no apoya al TPI, si es la desbandada, con cada uno diciendo ¡®ya ver¨¦ qu¨¦ hago¡¯, el tribunal no es viable. Ni Estados Unidos ni Rusia est¨¢n, as¨ª que la supervivencia del tribunal depende de la capacidad que tenga Europa de respetar sus decisiones¡±, argumenta.
¡°Estruendoso silencio de la Comisi¨®n¡±
Lo llama el contraste entre ¡°los aplausos de algunos cuando el tribunal actu¨® contra Putin y el estruendoso silencio cuando es Netanyahu¡±. ¡°Un estruendoso silencio de la Comisi¨®n Europea. Y otros pa¨ªses, ambiguos. ?C¨®mo puede decir un pa¨ªs que no sabe si va a respetar el derecho internacional? ?Qu¨¦ tendr¨¢ que ver su deuda hist¨®rica por el Holocausto con el respeto de la ley internacional de hoy en d¨ªa?¡±, critica.
A punto de dejar el cargo, Borrell no oculta sus diferencias sobre el tema de Oriente Pr¨®ximo con la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen. Han estado en ¡°claro desacuerdo¡± y hablado con voz ¡°muy distinta¡±, aunque ¨Drecuerda¨D los tratados dejan la pol¨ªtica exterior en manos del Consejo Europeo y de ¨¦l, el Alto Representante.
Tampoco esconde sus frustraciones. La mayor: ¡°No haber conseguido evitar la tragedia humanitaria de Gaza¡±. ¡°Hay que condenar los ataques terroristas de Ham¨¢s, por supuesto, pero un horror no justifica a otro. Y entiendo que los europeos, algunos, han estado muy prisioneros de sus fantasmas del pasado¡±, se?ala.
Tambi¨¦n parece dolido por la acusaci¨®n de antisemitismo que le han dedicado dirigentes israel¨ªes. ¡°Cada vez que alguien critica una decisi¨®n del Gobierno de Israel es un antisemita. El secretario general de Naciones Unidas, Pedro S¨¢nchez, yo¡ Lo que hay es un Gobierno que hace cosas criticables. La palabra antisemita no se puede usar en vano, porque est¨¢ ligada a los hechos m¨¢s horribles de nuestra historia¡±.
Pone como ejemplo los enfrentamientos este mes en ?msterdam antes del encuentro de la Liga Europa de f¨²tbol entre hinchas del Maccabi Tel Aviv y del Ajax, donde triunf¨® la narrativa inicial de que se trataba de un ¡°pogromo¡± motivado por el antisemitismo. Critica la ¡°presi¨®n¡± sobre la alcaldesa de la ciudad, Femke Halsema, para que empleara esa palabra, algo por lo que acab¨® pidiendo disculpas. Y recuerda que ¡°los hinchas del equipo israel¨ª no respetaron el minuto de silencio por las v¨ªctimas de Valencia [por la dana], gritando e insultando a Espa?a¡±. ¡°Utilicemos las palabras para reflejar la gravedad de los hechos. No banalicemos. Fue una pelea entre hinchas¡±, concluye.
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