Joseph Roth, testigo del derrumbamiento
El escritor austroh¨²ngaro muri¨® hace 50 a?os
Joseph Roth retrat¨® en sus ¨²ltimas novelas el derrumbamiento de una era de estabilidad representada por los ¨²ltimos a?os anteriores a la I Guerra Mundial, en el imperio austroh¨²ngaro. Junto a autores como Thomas Mann, Robert Musil, Rilke, Kafka o Herman Broch, Roth pertenece a todo un siglo de oro de las letras en lengua alemana. El autor de novelas como Leyenda del santo bebedor y La rebeli¨®n muri¨® el 27 de mayo de 1939, en Par¨ªs. Despu¨¦s de una ¨¦poca en la que fueron parcialmente olvidadas, las obras de Roth est¨¢n experimentando ahora un redescubrimiento por parte de lectores y editores.
"No quiero tu misericordia. M¨¢ndame al infierno", dice, por boca del protagonista de su novela La rebeli¨®n, el autor, y no cabe la menor duda de que Joseph Roth sab¨ªa lo que dec¨ªa. Nacido en la peque?a ciudad de Schwabendorf, en la regi¨®n de la Galitzia polaca, en 1894, su vida no fue precisamente una marcha triunfal. No lleg¨® a conocer a su padre y esta carencia dio lugar a todo un c¨²mulo de fantas¨ªas sobre su persona. Unas veces dec¨ªa que hab¨ªa sido un obrero del ferrocarril, y otras, que era un noble de la m¨¢s alta aristocracia polaca. La familia jud¨ªa de su madre se hizo cargo de su educaci¨®n y pronto dar¨ªa muestras de dos de sus aficiones m¨¢s constantes a lo largo de su vida: la literatura y el alcohol.Roth pertenece a ese extra?o y portentoso grupo de escritores en lengua alemana que, criados bajo el imperio de los Habsburgo, asistir¨ªan hist¨®ricamente a su derrumbamiento. Autores como Rilke, Kafka, Hofmannsthal, Krak Kraus, George Trkl, Robert Musil o Herman Broch; es decir, todo un siglo de oro de la literatura alemana al que debe unirse el nombre de Thomas Mann. Casi todos eran jud¨ªos y pertenec¨ªan socialmente a grandes familias. Roth, como ya hemos visto, era de familia humilde. Quiz¨¢ por eso todav¨ªa se tienda a consider¨¢rsele como el primero de los segundos y no, como deber¨ªa ser a la vista de su obra, uno m¨¢s entre los grandes. En los ¨²ltimos a?os estamos asistiendo a su redescubrimiento entre nosotros, y digo redescubrimiento porque en los a?os treinta fue traducido y muy apreciado. A diestra y siniestra, novela de la que existe edici¨®n en Anagrama, fue publicada en 1930 por la combativa editorial Cenit, y su traductor, L¨®p¨¦z-Ballesteros, el m¨ªtico introductor de Freud a nuestra lengua, lo presentaba como uno de los representantes del cambio de gusto literario en Alemania, como uno de los primeros en abandonar el expresionismo -tendencia en la que se encuadraban sus primeras novelas, Hotel Savoy (editorial C¨¢tedra, 1987), La rebeli¨®n (Seix Barral, 1984) o Fuga sin fin (Icaria, 1979)- para inaugurar lo que habr¨ªa de llamarse la nueva objetividad de la novela alemana, un estilo o una actitud narrativa que alguien defini¨® como la mezcla del m¨¢ximo fervor y de la m¨¢xima lucidez. Tambi¨¦n en 1930 la militante editorial Ediciones Hoy daba a conocer la ¨²ltima novela que ese mismo a?o el autor diera a la imprenta: Job (Novela de un hombre sencillo), reeditada por Bruguera en 1981 y considerada por muchos como su mejor novela. Aquella moda respond¨ªa a unos planteamientos literarios te?idos por los afanes revolucionarios de la ¨¦poca. Roth "contribuye desde la barricada literaria a la gran revoluci¨®n que se verifica en el mundo".
Nueva lectura
La nueva lectura de Joseph Roth, o al menos gran parte del inter¨¦s que su obra est¨¢ despertando, se debe al conocido autor de El Danubio, pues fue Claudio Magris quien en un famoso trabajo sobre el mito Habsburgo en la literatura austriaca contempor¨¢nea apadrin¨® su redes cubrimiento. El Roth que leemos hoy es el cronista de un imperio que se desmorona, el testigo privilegiado del dolor hist¨®rico que acompa?a a la ca¨ªda de la monarqu¨ªa austroh¨²ngara. Y no es una lectura vana porque "Austria es la nostalgia"; es un sentimiento que cruza todas sus obras.El lector espa?ol tiene lo mejor y m¨¢s significativo al alcance de su mano. Adem¨¢s de los t¨ªtulos citados est¨¢n en el mercado obras tan representativas como La noche 1.002 (Anagrama, 1983), La leyenda del santo bebedor (Anagrama, 1985), Tarab¨¢s (Seix Barral, 1983) o El profeta mudo (Montesinos, 1982). Material suficiente para adentrarse en una de las novel¨ªsticas m¨¢s importantes de nuestro siglo. Cuando en 1939 muere en Par¨ªs, a donde hab¨ªa llegado huyendo del nazismo, Joseph Roth sin duda no pensaba que su obra gozar¨ªa de tan prolongada estima. No es Musil, pero est¨¢ cerca.
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