Bush propone a la URSS una dr¨¢stica reducci¨®n de las armas convencionales

Viene de la primera p¨¢gina p¨¢ginaAnunciado en una carta enviada por el presidente de EE UU a sus 15 hom¨®logos de la OTAN, el programa expuesto por Bush supone nada menos que una aut¨¦ntica revoluci¨®n de la doctrina de seguridad profesada por Occidente. La propuesta de Bush ser¨¢, probablemente, trasladada al foro de Viena, donde la Alianza y el Pacto de Varsovia discuten desde marzo del desarme convencional en Europa.

La propuesta contiene cuatro puntos, de los cuales el m¨¢s llamativo consiste en reducir en un 20% las unidades de combate norteamericanas estacionadas en Europa, y el n¨²mero total de soldados, de los que dispondr¨ªa EE UU en este lado del Atl¨¢ntico no podr¨ªa exceder los 275.000. Este techo ser¨ªa tambi¨¦n v¨¢lido para la URSS, que deber¨ªa, por tanto, rebajar en 325.000 el n¨²mero de sus hombres entre los Urales y la frontera con la OTAN. Actualmente cuenta con 600.000 soldados.

M¨¢s significativa de cara a las conversaciones en curso en Viena es, sin embargo, la concesi¨®n de Bush de aceptar incluir en la negociaci¨®n los helic¨®pteros y aviones de combate estacionados en tierra, una vieja exigencia de Mosc¨² a la que la OTAN se hab¨ªa negado, a pesar de la superioridad te¨®rica del Pacto de Varsovia. Ahora el presidente pide incluso que estas armas sean reducidas un 15% por debajo del actual nivel de la Alianza, es decir, que el Este tendr¨ªa, una vez m¨¢s, que efectuar mayores recortes que el bloque occidental.

Carros, aviones y artiller¨ªa

Tras insistir en la necesidad de concretar cantidades m¨¢ximas de carros de combate (20.000) y veh¨ªculos de transporte blindados (28.000) que cada bloque pueda poseer, el presidente hizo hincapi¨¦ en que tambi¨¦n deb¨ªa ser fijado un techo para la artiller¨ªa, cuyo n¨²mero deber¨ªa oscilar entre 16.500 y 24.000, en funci¨®n de la definici¨®n de las piezas. En ¨¦ste, como en los dem¨¢s casos, las armas retiradas deber¨¢n ser destruidas, y los soldados, desmovilizados.

La cuarta y ¨²ltima propuesta de Bush es, quiz¨¢, la m¨¢s atrevida de todas porque aboga nada menos que por una aceleraci¨®n de las conversaciones de Viena, en las que "deber¨ªa ser posible alcanzar un acuerdo de aqu¨ª a seis meses o un a?o y llevar a cabo la disminuci¨®n entre 1992 y 1993".

Los plazos de negociaci¨®n evocados por el Kremlin eran considerados hasta ahora por la OTAN como optimistas, pero, "dado el acercamiento del Pacto de Varsovia a la posici¨®n occidental, no hay motivos para que un calendario de cinco o seis a?os", como el sugerido por el secretario general Gorbachov, sea necesario", a?adi¨® Bush. La aproximaci¨®n mencionada por el presidente tuvo lugar hace seis d¨ªas, cuando la URSS dio un paso de gigante hacia la postura occidental al mostrarse dispuesta a limitar el n¨²mero de sus fuerzas armadas fuera de su territorio.

"Las reacciones a la propuesta de Bush fueron generalmente positivas", coment¨® el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, y fue probablemente la delegaci¨®n alemana la que brind¨® la acogida m¨¢s c¨¢lida a la oferta de EE UU, mientras la brit¨¢nica pidi¨® analizarla en detalle, una labor que se desarrollar¨¢ en un grupo compuesto por funcionarios de alto nivel.

De aqu¨ª a dos o tres meses el grupo deber¨¢ decidir si traslada al foro vien¨¦s la proposici¨®n estadounidense, lo que probablemente har¨¢, aunque acaso no ¨ªntegramente porque tanto Francia como el Reino Unido se mostraron reservados sobre la inclusi¨®n de los aviones en las conversaciones de desarme. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, recalc¨® que los aparatos de la fuerza nuclear estrat¨¦tiga francesa no eran negociables.

Algunos expertos occidentales se preguntan adem¨¢s c¨®mo ser¨¢ posible ponera punto en tan poco tiempo un sistema fidedigno de comprobaci¨®n de las reducciones pactadas en la rn¨¢s dif¨ªcil negociaci¨®n de desarme jam¨¢s; llevada a cabo.

Adem¨¢s de su cu¨¢druple oferta, el presidente norteamericano anunci¨®, tal y como estaba previsto, la suspensi¨®n de las sanciones contra la URSS decretadas hace 10 a?os, tras su intervenci¨®n militar en Afganist¨¢n, y que le imped¨ªan, por ejemplo, adquirir ordenadores que est¨¢n en venta libre en EE UU y en casi todos los pa¨ªses occidentales. Estas compras sovi¨¦ticas estar¨¢n, no obstante, supeditadas a la autorizaci¨®n del Coordination Coinmittee for Multilateral Export Controls (Cocom), una organizaci¨®n con sede en Par¨ªs que controla las exportaciones tecnol¨®gicas occidentales.