Un diputado sovi¨¦tico pide que el nuevo Congreso de la URSS controle al KGB

Por primera vez en la historia, un diputado sovi¨¦tico pidi¨® ayer que el Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB), su presupuesto y el n¨²mero de sus funcionarios sean sometidos al control del Congreso ante una sesi¨®n parlamentaria retransmitida en directo a millones de ciudadanos. El diputado Yuri Vlasov, antiguo campe¨®n ol¨ªmpico de halterofilia, se gan¨® los aplausos estruendosos de una parte de la sala del Palacio de Congresos del Kremlin.

Vlasov hizo un largo alegato de denuncia contra la polic¨ªa pol¨ªtica sovi¨¦tica y formul¨® la propuesta de echarla de su famosa sede de la plaza Dzherzhinski de Mosc¨² (m¨¢s conocida por la Lubianka) y darle un local m¨¢s discreto en las afueras de la capital.El KGB supone, seg¨²n Vlasov, una amenaza para la democracia, ya que est¨¢ subordinado s¨®lo al Aparato y es la organizaci¨®n m¨¢s poderosa tanto por su "eficacia como por su impunidad".

Tras referirse al dudoso car¨¢cter de las actividades del KGB Vlasov se?al¨® que esta organizaci¨®n lo sabe todo de nosotros y nosotros no sabemos nada de ella". "Este imperio clandestino revela sus secretos", manifest¨® el diputado, que propuso la creaci¨®n de un comit¨¦ parlamentario destinado a controlar el KGB y otras fuerzas del orden p¨²blico.

La sexta jornada del Congreso no concluy¨® ayer con el quinto punto de? orden del d¨ªa, la discusi¨®n del informe de Gorbachov, en cuyo marco Boris Eltsin, el ex jefe del partido en Mosc¨², y los representantes del B¨¢ltico criticaron el ritmo de la reforma econ¨®mica e hicieron propuestas mucho m¨¢s radicales.

La descentralizaci¨®n del poder y de la econom¨ªa, la entrega de la tierra a los campesinos, la estabilizaci¨®n del rublo con un recorte de las inversiones estatales de un 30% (Gorbachov hab¨ªa abogado por un 10%) y la reducci¨®n de los ministerios son parte del programa econ¨®mico expuesto por Eltsin, que, en l¨ªneas generales, coincide con el del grupo de diputados dem¨®cratas de Mosc¨², seg¨²n dijo el economista Gavril Popov.

Eltsin se pronunci¨® tambi¨¦n por un programa de excepci¨®n para sacar al pa¨ªs de la crisis, la abolici¨®n de todos los privilegios de la nomenklatura, incluida la red sanitaria del Kremlin, y una ley del Partido que determine las competencias y derechos de esta organizaci¨®n. El pol¨ªtico abog¨® por la celebraci¨®n de un congreso extraordinario con la elecci¨®n de un nuevo Comit¨¦ Central del PCUS y un refer¨¦ndum anual que mida la confianza en el Jefe del Estado.

Tendencia a la dictadura

Sobre el fondo de una profunda crisis, argument¨® Eitsin, puede existir la tentaci¨®n de utilizar m¨¦todos violentos y una tendencia a la dictadura contra la cual deben establecerse garant¨ªas.

Eltsin apoy¨® sin entrar en detalles la posici¨®n de Anatoli Gorbunov, el presidente del Soviet Supremo de Letonia, quien pidi¨® al Congreso que enmiende la Constituci¨®n para garantizar la soberan¨ªa de la Rep¨²blica. En una exposici¨®n tranquila y muy trabajada, Gorbunov se pronunci¨® por una Uni¨®n Sovi¨¦tica concebida como un Estado multinacional formado por la uni¨®n voluntaria mediante un contrato o tratado de rep¨²blicas independientes y soberanas. El jefe del Partido Comunista en Lituania, Brazauskas, critic¨® la constituci¨®n, pidi¨® una valoraci¨®n oficial del Pacto Germano-Sovi¨¦tico y, como Gorbunov, apoy¨® la idea de una rep¨²blica fuerte como base de la fortaleza de la Uni¨®n.

El primer ministro de Estonia, Indrek Toome, defendi¨® la entrada en vigor del modelo de autogesti¨®n econ¨®mica de su rep¨²blica desde 1990, pidi¨® control parlamentario sobre el presupuesto, incluidos los gastos de defensa, y la creaci¨®n de un comit¨¦ de pol¨ªtica econ¨®mica.

Las exigencias de protagonismo del B¨¢ltico contrastaban con el tono de los representantes asi¨¢ticos que, en general, se expresaban desde una posici¨®n de objetos de una pol¨ªtica llevada a cabo desde Mosc¨².

Absamat Masamev, jefe del Partido en Kirguisia, fue el primer orador que defendi¨® abiertamente el inmovilismo, llamando extremistas a quienes critican los valores del socialismo, rechazando la libertad de prensa y pidiendo disciplina.