Alfonso I
Seg¨²n entras en el caf¨¦ Gij¨®n a la derecha, lo ver¨¢s sentado en un taburete dando la espalda a su taquill¨®n de tabaco y loter¨ªa. Se llama Alfonso, que es nombre de rey o de banquero, pero con esa chaqueta azul ferroviario tiene al aire de un maquinista de la General, aunque muy duro de pelar. Viene de casta de la FAI, alumbrado en Barruelo de Santull¨¢n, pueblo minero en tierras de Palencia, y si bien el d¨ªa en que naci¨® no hubo ninguna se?al en el firmamento, alguna corneja de buen ag¨¹ero se levantar¨ªa por la diestra del camino cuando los padres trajeron a Madrid a este v¨¢stago anarquista reci¨¦n cristianado. Aqu¨ª fue botones de hotel, alba?il, forjador, tendero de ultramarinos. Vendi¨® zapatillas por las plazas voceando, trabaj¨® en la industria del vidrio soplado y en otros oficios de la Espa?a profunda. Ahora Alfonso, desde su taquill¨®n de tabaco, conduce el viejo vag¨®n del caf¨¦, ¨¦ste convoy del Gij¨®n, lleno de humo y siluetas de quebrantada gloria. En ¨¦l viajan chulos, periodistas, fantasmas, poetas, viejos enamorados, j¨®venes que sue?an, gente feliz o derrotada, y al final de la traves¨ªa de cada tarde Alfonso deja a todo el pasaje en la otra orilla de las tinieblas, y entonces pliega el estanco, hace un arqueo sucinto y vuelve a Vallecas atravesando indemne un jard¨ªn de navajas, donde cualquier David de Miguel ?ngel podr¨ªa abrirle una flor en el costado si ¨¦l no se defendiera s¨®lo con una mirada a¨²n m¨¢s dura que el acero.He quemado una parte de la memoria en ese tren viendo pasar la existencia por el cristal de la ventanilla. Durante el trayecto he conocido alg¨²n pliegue del alma humana, pero ninguno tan soberano como el de Alfonso el cerillero, que fue a la vez mi banquero y guardaespaldas, recio y desvalido. Mientras el mundo a nuestro alrededor se hund¨ªa, ¨¦l ha sonre¨ªdo, en medio del tiroteo dormitaba con desd¨¦n, ante la desdicha nunca tembl¨®. Yo me apeo en la pr¨®xima estaci¨®n. Desde lejos en la mar siempre divisar¨¦ su figura impasible sentada en el caf¨¦ Gij¨®n, lleno de niebla, en esa nave que seguir¨¢ viaje por la estratosfera de asfalto.
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