Castellano-franc¨¦s -castellano
Amado monstruoLa ficha t¨¦cnica es un tanto ins¨®lita: ?Amado monstruo, de Javier Tomeo, adaptado al teatro por..., y traducido al castellano por Javier Tomeo? Vamos a aclararlo una vez m¨¢s. Se trata de una novela de Tomeo, Amado monstruo, que Nichet lee en su traducci¨®n francesa; le agrada y con sus colaboradores la adapta al teatro, en franc¨¦s; se estrena en Par¨ªs con ¨¦xito y, ahora, aquella adaptaci¨®n, traducida al castellano por Tomeo, se presenta en Zaragoza con dos actores espa?oles, dirigida por Nichet y Pr¨¦au (en Par¨ªs, Pr¨¦au no firmaba la direcci¨®n: era tan s¨®lo el ayudante de Nichet).El trasiego -castellano-franc¨¦s-castellano- tiene sus inconvenientes, algunos de los cuales se pusieron de manifiesto en Zaragoza. Hay una cierta dosis de literatura en el texto que pasaba f¨¢cilmente en franc¨¦s; pero en castellano, y en un escenario, canta. Dicho de otro modo: si la adaptaci¨®n teatral de la novela en franc¨¦s se hizo por gente del teatro, la traducci¨®n castellana de aquella adaptaci¨®n deb¨ªa a su vez haberse realizado o revisado por alguien que conociese la m¨²sica del teatro, el castellano de escenario.
Autor: Javier Tomeo
Adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima: Jo¨¦lle Gras, Jacques Nichet y Jean-Jacques Pr¨¦au.Traducci¨®n al castellano: Javier Tomeo. Int¨¦rpretes: Jos¨¦ Mar¨ªa Poti y Vicente Diez. Escenograf¨ªa: Jacques Gabel. Iluminaci¨®n: Joel Hourbeigt. M¨²sica: L. Caillon y B. Vallery. Direcci¨®n: Jacques Nichet y Jean-Jacques Pr¨¦au. Teatro Principal de Zaragoza. 2 de junio.
Pero ¨¦se no es el principal inconveniente. El hueso est¨¢ en la interpretaci¨®n, en el personaje de H. J. Krugger, el entrevistador, que ofrece Jos¨¦ Mar¨ªa Pou.
Cuando se estren¨® la obra en Par¨ªs, los adaptadores contaron con la colaboraci¨®n de los dos int¨¦rpretes (Charles Berling y Jean-Marc Bory), tal y como se especifica en el programa de mano. Con raz¨®n: Jos¨¦ Mar¨ªa Poti no colabora -y no porque no quiera- todo lo que pudiera y debiera en la construcci¨®n de su personaje, en castellano; su H. J. Krugger es todav¨ªa un personaje muy difuso, cargado de interrogantes sin resolver, rayando en una mera composici¨®n, un tanto relamida. ?Qu¨¦ ocurre? Pues que la interpretaci¨®n de Bory, que es la pauta que sigue Nichet, le impide volar. Pienso yo que hay m¨¢s de un Krugger posible -am¨¦n de que el Krugger franc¨¦s no es el mismo que el Krugger castellano- y el de Jos¨¦ Mar¨ªa Poti -que es un actor inteligente, creativo- est¨¢ todav¨ªa por ver.
Problema de cors¨¦
Cuando el actor lo encuentre, que lo encontrar¨¢, c¨ª?alo entonces el director, pero no antes. En el fondo es un problema de cors¨¦, de deshacerse del cors¨¦ (el modelo Bory), de confianza, de mutua confianza y, en definitiva, de colaboraci¨®n.Estos problemas no aparecen en el personaje que interpreta Vicente D¨ªez. Su interpretaci¨®n es correcta, si bien el actor no se resiste a desvelar un poquito la monstruosidad del personaje, recurriendo a un juego teatral facil¨®n, que quiebra esa sorpresa latente e inquietante que es, en todo momento, Juan D. Adem¨¢s, los problemas de Pou hacen que ambos personajes no se enfrenten con la contundencia con que deber¨ªan enfrentarse.
Pero todo eso puede resolverse y va a resolverse. La historia de Tomeo funciona, la adaptaci¨®n tambi¨¦n, el equipo es muy bueno y los int¨¦rpretes dif¨ªcilmente podr¨ªan mejorarse. Falta ponerse a trabajar y a colaborar, con vistas al estreno de septiembre en Madrid.
Porque, al margen de los inconvenientes se?alados, el estreno de Zaragoza ha supuesto una mala jugada para los int¨¦rpretes y para el p¨²blico en general. En 1989, en una capital de provincia cubierta de propaganda electoral europea, en un teatro p¨²blico, no puede permitirse que en los carteles que anuncian ese Amado monstruo los nombres de los actores resulten ilegibles de tan diminutos; que el p¨²blico siga ocupando sus asientos cuando hace 10 minutos que ha empezado la funci¨®n; que una se?ora se pase hablando la hora y media que dura el espect¨¢culo, en la primera fila; que un fot¨®grafo saque sus fotos; y que una obra que exige un teatro de unas 400 localidades, en que la proximidad del p¨²blico es esencial y los primeros compases de la obra tambi¨¦n lo son, ¨¦sta se represente en un teatro de cuatro pisos, con una escena a la italiana, elevada y distante; un teatro semivac¨ªo: tan s¨®lo se vendieron unas 100 butacas de pago. As¨ª no se puede trabajar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.