Premios y lenguas
LA PRESENCIA p¨²blica y el debate sobre el fomento de las distintas lenguas espa?olas est¨¢n ocupando es tas ¨²ltimas semanas el foco de la actualidad pol¨ªtica y cultural. Ello es un s¨ªntoma de la vitalidad de este pa¨ªs y, pese a las distorsiones que se producen en determinadas pol¨¦micas, un fen¨®meno satisfactorio. El re ciente otorgamiento de los Premios Nacionales 1989, varios de los cuales han reca¨ªdo en cualificados representantes de culturas no castellanas -como Bernardo Atxaga, Pere Gimferrer o Joan Coromines-, sigue la l¨ªnea iniciada hace ya a?os (y no s¨®lo en el ¨¢mbito ling¨¹¨ªstico), pero que debe a¨²n culminar, de elevar a oficial lo que es normal en el pa¨ªs, en la calle. Y son m¨¢s de celebrar por cuanto la indiscutida categor¨ªa intelectual y literaria de los galardonados evidencia que no ha habido que recurrir a la discriminaci¨®n positiva (las consabidas cuotas de mujeres, de culturas minoritarias,'etc¨¦tera), lo que a veces resulta t¨¢cticamente ¨²til, pero es siempre lamentablemente artificioso. Ciertamente, la consolidaci¨®n y el fomento de las distintas lenguas espa?olas no se har¨¢n s¨®lo con gestos. Uno de los premiados, el ling¨¹¨ªsta Joan Coromines, ha aceptado el premio en una carta en la que adem¨¢s critica la insuficiencia de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica desarrollada por el Estado y el Gobierno sobre el idioma catal¨¢n. El tono desairado de la carta, que l¨®gicamente tanto ha molestado a los miembros del jurado otorgante del premio, especialmente a los catalanes; la inexactitud de algunas de sus manifestaciones, y la participaci¨®n del responsable de Cultura de Converg¨¦ncia Democr¨¢tica, Max Caliner Garc¨ªa -un pol¨ªtico que ya se cubri¨® de gloria con sus payasadas dial¨¦cticas en el caso Dal¨ª-, echando le?a en este asunto, son an¨¦cdotas desgraciadas. Pero son simplemente an¨¦cdotas, que no deben ocultar la parte de raz¨®n que asiste al anciano ling¨¹ista: la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica "del Estado y el Gobierno que [le] otorgan" el galard¨®n est¨¢ aquejada de insuficiencias notorias. Una de ellas, reciente y muy lamentable, es la exclusi¨®n de las lenguas espa?olas minoritarias del programa europeo Lingua, de cuyos beneficios no s¨®lo participan los nueve idiomas oficiales de la Comunidad, sino tambi¨¦n el ga¨¦lico o el luxemburgu¨¦s, bastante menos vivos y menos extendidos que el catal¨¢n y seguramente que el gallego. Pero es que las insuficiencias no son s¨®lo del Gobierno, sino muy justamente del Estado, es decir, de sus distintos niveles de administraci¨®n, incluido tambi¨¦n el Ejecutivo de la Generalitat de Catalu?a, en el que est¨¢ instalado el partido de Cahrier Garc¨ªa. Un Gobierno cuya radiotelevisi¨®n oficial ha venido manteniendo desde el 16 de febrero ?hasta el pasado s¨¢bado! un dur¨ªsimo pulso con los representantes de la canj¨®, un instrumento ling¨¹¨ªstico de primer orden para el catal¨¢n desde los a?os sesenta. A todo esto, la discusi¨®n sobre la presencia del catal¨¢n en el Parlamento Europeo o en el Senado espa?ol ha salpicado la actual campa?a electoral. Hay en este asunto alg¨²n elemento de esquizofrenia aparente. Ha sido un eurodiputado socialista quien ha defendido y obtenido algunos logros con vistas a un estatuto de semioficialidad del catal¨¢n en Estrasburgo, mientras que Ips colegas liberales del nacionalismo pujolista han retrasado estos logros. Para tapar el gafe, los convergentes han reabierto oportunistarnente la reivindicaci¨®n del uso del catal¨¢n en el Senado, asunto en el que est¨¢n divididas las opiniones de los socialistas. Las largas que ¨¦stos dan a definirse sobre la cuesti¨®n, aplazando el asunto hasta una reforma del reglamento del Senado, evidencian su indigencia intelectual sobre la cuesti¨®n. Porque ?cuesta mucho definirse igual en Madrid que en Estrasburgo? Independientemente de mayores concreciones futuras, ?el estatuto de semioficial¨ªdad propugnado por sus eurodiputados no constituye acaso un ¨²til enfoque de aproximaci¨®n, que puede solemnizar el pluriling¨¹ismo hisp¨¢nico sin implicar el menoscabo de la eficaz -y constitucionalizada- funci¨®n del castellano como instrumento com¨²n de todos?.
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