"Tememos m¨¢s a nuestros jefes que a los cazadores furtivos", dicen los guardas forestales

El reciente atentado ecol¨®gico de Asturias, donde unos furtivos han sido encarcelados por cazar osos, urogallos y otras especies protegidas, ha puesto sobre el tapete la escasa vigilancia que tienen los parques naturales espa?oles y, lo que es peor, el miedo de sus vigilantes a los furtivos, que en la mayor¨ªa de los casos son conocidos. Sin embargo, los miedos no quedan ah¨ª, representantes de los agentes forestales que cuidan y vigilan los parques y las reservas naturales espa?olas afirman que tienen m¨¢s miedo a sus superiores que a los propios cazadores furtivos.

"Tenemos un temor casi ancestral a las represalias que pueden venir de nuestros jefes y de la Administraci¨®n si denunciamos atentados contra la naturaleza", manifiesta Francisco Azor¨ªn, guarda forestal de Do?ana. Los agentes forestales reconocen que existe el furtivismo organizado y que en ¨¦l est¨¢n implicados tanto responsables de zonas forestales protegidas como compa?eros de guarder¨ªa.Los guardabosques espa?oles forman un cuerpo disgregado de aproximadamente 4.300 miembros, que dependen del Icona o de las comunidades aut¨®nomas. Existen para vigilar y proteger la naturaleza y denunciar a la Guardia Civil o las autoridades auton¨®micas los delitos que se cometen contra la flora y la fauna silvestres, pero su actuaci¨®n es casi siempre infructuosa. Su jornal ronda entre las 80.000 y 90.000 pesetas al mes, por lo que a veces no es dif¨ªcil comprarlos "para que desaparezcan".

Verg¨¹enza y desprecio

Francisco Azor¨ªn lleva cinco a?os y medio de guarda forestal, trabaja en el Parque Nacional de Do?ana, en Huelva, y pertenece al Icona y a Comisiones Obreras. "Sentimos verg¨¹enza del escaso inter¨¦s de la Administraci¨®n espa?ola, tanto a la hora de tratar la problem¨¢tica medioambiental como a sus profesionales de la guarder¨ªa forestal. Y si desprecia a quienes tienen que velar por la conservaci¨®n de la naturaleza, ?qu¨¦ inter¨¦s puede tener en protegerla?", comenta Azor¨ªn. "La Administraci¨®n pasa de nosotros. Carecemos de autoridad, porque en este cuerpo hemos sido siempre m¨¢s los criados del se?orito que sus guardianes". Azor¨ªn pone el ejemplo de un compa?ero de Do?ana, Alberto Beltr¨¢n, represaliado por la direcci¨®n del parque tras denunciar a una se?ora de El Roc¨ªo que, desde hace nueve a?os, mete su caba?a de ganado en la zona protegida de Las Rocinas.Tanto Azor¨ªn como Sergio Ruiz, que trabaja en la reserva de caza de Valsa¨ªn (Segovia) y pertenece a UGT,- elegidos por sus compa?eros, en una reciente reuni¨®n celebrada en Madrid, para que dar a conocer su situaci¨®n-, piensan que el cuerpo necesita una nueva mentalidad acorde con los tiempos, medios t¨¦cnicos para desempe?ar su trabajo profesionalmente y un constante reciclaje y formaci¨®n del personal. "Entre los mandos est¨¢ muy mal visto que los guardas seamos sensibles a la conservaci¨®n de la naturaleza. Se nos ha prohibido de palabra la integraci¨®n en grupos ecologistas o afines", se?ala Ruiz. Ambos consideran que la normativa del cuerpo, que data de 1966, es en muchos aspectos inconstitucional. Por ejemplo, todav¨ªa no se admiten mujeres en el cuerpo".

Para entrar en este colectivo se exige oficialmente un curso de capacitaci¨®n forestal de dos a?os, pero, seg¨²n estos portavoces de los guardabosques, Icona no lo exige y en algunas comunidades aut¨®nomas est¨¢n entrando interinos sin capacitaci¨®n ni titulaci¨®n, "por puro enchufe". Consideran que el furtivismo existe en todo el territorio espa?ol: Asturias, Cantabria, Galicia, Gredos, Cazorla, Do?ana. En su opini¨®n, hay varios tipos de furtivismo, el que ejercen el campesino o el se?orito y el organizado. "Los m¨¢s peligrosos son el del se?orito, que cuenta con total inmunidad debido a sus influencias, y el organizado". Respecto al caso reciente de Cangas del Narcea, en Asturias, Azor¨ªn afirma que los guardas y los furtivos se conocen muy bien, por lo que puede haber represalias y violencia f¨ªsica, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. "El propio Icona ha llegado a contratar a furtivos en Do?ana. En Gredos hay furtivos maflosos que comercian con cabra hisp¨¢nica, una especie protegida, y en Cazorla, tambi¨¦n", dice Azor¨ªn. Sergio Ruiz recuerda que hace un a?o la Guardia Civil hall¨® un almac¨¦n frigor¨ªfico clandestino en La Carolina (Ja¨¦n) con unos 20.000 kilos de carne de ciervo y gamo, as¨ª como varios miles de zorzales, en su opini¨®n, cazados de forma ilegal. Admite que tambi¨¦n hay guardas furtivos que ponen cepos.

Ruiz, que trabaj¨® en el parque nacional de Timanfaya, en Lanzarote, recuerda el caso de un grupo de zo¨®logos de la universidad de La Laguna que, en 1986, sorprendieron "¨ªn fraganti" a varios altos cargos del PSOE cazando ilegalmente pardelas, un ave marina proteg¨ªda. "El caso fue denunciado a la Guardia Civil, pero no trascendi¨® a la opini¨®n p¨²blica". Asimismo, comenta el caso del m¨¦dico forense de Lanzarote, Casimiro Robayna, cazado el a?o pasado por los guardas en el parque de los Islotes cazando pardelas. "Cuando le sorprendimos, nos dijo que no sab¨ªamos con qui¨¦n est¨¢bamos hablando", agrega Ruiz.

Los agentes forestales se quejan de recibir todo tipo de amenazas y de estar marginados, junto a sus familias, en numerosos pueblos. "Vivimos una humiIlaci¨®n continua y nuestra desesperaci¨®n es tal que estamos pensando adoptar como mascota a la ¨²nica foca monje que existe en las costas espa?olas, en las islas Chafarinas, porque se encuentra sola, herida y relegada, como nosotros, los guardianes de la naturaleza de este pa¨ªs", concluyen.