Elecciones europeas

Europa debe ser pluralista, afirmaba Jacques Delors el pasado domingo, queriendo decir que la necesidad de la construcci¨®n comunitaria permanece, sea cual sea el panorama pol¨ªtico salido de las urnas. Los resultados del domingo est¨¢n muy diversificados, y ¨²nicamente las preocupaciones ecologistas aparecen como un fen¨®meno generalizado a escala continental, aunque de intensidad variable. El ascenso de la extrema derecha se har¨¢ sentir en Estrasburgo en cuanto a n¨²mero de esca?os, pero afecta sobre todo a Alemania, Francia y Dinamarca. La otra transformaci¨®n que va a conocer el hemiciclo europeo radica casi exclusivamente en los resultados obtenidos por los laboristas brit¨¢nicos. No parece que esto vaya a afectar mucho a la din¨¢mica comunitaria. Sin embargo, estas elecciones manten¨ªan, al menos desde el estricto punto de vista de la integraci¨®n comunitaria, una gran inc¨®gnita: la suerte del canciller Kohl. Ning¨²n proyecto en materia comunitaria puede llevarse a cabo sin el acuerdo de Francia y Alemania, y Mitterrand lo sabe. Kohl acaba de escapar de un desastre que hubiera podido obligarle a retirarse antes del t¨¦rmino de su mandato y que corr¨ªa el riesgo de entorpecer la din¨¢mica comunitaria. Desde el punto de vista europeo, esta eventualidad era mucho m¨¢s molesta para el presidente franc¨¦s que el retroceso del Partido Socialista Franc¨¦s en relaci¨®n a la lista de Giscard d'Estaing, firme partidario de la construcci¨®n de Europa. , 19 de junio