Un proyecto de encuentro en la tercera fase
Hace un a?o, en la cumbre de Hannover, los jefes de Estado y de Gobierno de la CE decidieron crear el llamado comit¨¦ Delors para hacer un informe sobre la uni¨®n econ¨®mica y monetaria. La CE estaba a la mitad de camino de la construcci¨®n del mercado ¨²nico y se sinti¨® fuerte para tentar la suerte de un nuevo reto. Si desde 1993 no habr¨¢ barreras aduaneras ni fiscales al comercio, lo l¨®gico es suprimir las diferencias monetarias.
El informe de los 17 sabios, entre los que figuraban los gobernadores de los bancos centrales de los doce, el presidente y un vicepresidente de la Comisi¨®n Europea y expertos como Miguel Boyer, acab¨® sus trabajos en abril y describi¨® un proceso en tres fases. Antes de julio de 1990 tendr¨¢ que haberse definido el comienzo de la primera etapa, en la que se realizar¨¢ la aproximaci¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas y monetarias. Este per¨ªodo no est¨¢ definido en el tiempo, sino que su duraci¨®n depender¨¢ de que se alcance la estabilidad de precios y monedas dentro de la CE.
El punto de partida de la segunda fase estar¨¢ determinado por la entrada en vigor de un nuevo tratado, hecho que implicar¨¢ una cesi¨®n de soberan¨ªa de los Estados a la CE de mayor alcance quiz¨¢ que el Acta ?nica. Los ministros de Finanzas de la Comunidad decidir¨¢n la pol¨ªtica macroecon¨®mica com¨²n y los gobernadores de los doce, integrados en el Sistema Europeo de Bancos Centrales, las decisiones monetarias. Pero el informe no entra a definir los mecanismos de control sobre este sistema de poder con dos patas, ni la reorganizaci¨®n de las instituciones comunitarias que habr¨¢ que llevar a cabo.
El encuentro en la tercera fase se producir¨¢ con el "paso a paridades irrevocablemente fijas". Para entonces, la integraci¨®n de todas las monedas en el Sistema Monetario Europeo (SME), considerada aconsejable ya desde la primera etapa, habr¨¢ experimentado tal rodaje que las bandas de fluctuaci¨®n del 6% de que se benefician Italia y Espa?a habr¨¢n pasado a mejor vida, igual que la pauta general m¨¢s reducida del 2,25%. La Europa monetaria tendr¨¢ tambi¨¦n la competencia de imponer l¨ªmites a los presupuestos nacionales y a los d¨¦ficit p¨²blicos, podr¨¢ modificar el sistema de transferencias de dinero a cada pa¨ªs y contribuir¨¢ a la correcci¨®n de los desequilibrios regionales, lo cual beneficiar¨¢ a Espa?a.
Sobre la moneda ¨²nica, consecuencia l¨®gica de este proceso de integraci¨®n econ¨®mica y monetaria, los sabios han sido prudentes. Su opini¨®n es que alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que implantarla y el ECU, la divisa de la CE, solo es contemplada como la unidad de cuenta europea que tiene la posibilidad de asumir ese papel.
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