Margaret Thatcher, dispuesta a dar "apoyo selectivo" a la cooperaci¨®n econ¨®mica
La primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, dar¨¢ en la cumbre de Madrid un "apoyo selectivo" a la cooperaci¨®n econ¨®mica para evitar un choque frontal con los pa¨ªses miembros de la CE dispuestos a que se realice la plena uni¨®n monetaria de la Comunidad. Funcionarios del Gobierno brit¨¢nico indican, seg¨²n recog¨ªan ayer varios diarios londinenses, que Thatcher va a favorecer el incremento de la coordinaci¨®n econ¨®mica, pero rechazar¨¢ el Informe Delors considerado globalmente. Una suavizaci¨®n de su oposici¨®n en solitario a la uni¨®n monetaria permitir¨ªa a la primera ministra un mayor campo de maniobra en el conflicto sobre la Carta Social.
Por su parte, el ministro de Hacienda brit¨¢nico, Nigel Lawson, considera que ha llegado el momento de aplicar el pragmatismo en pol¨ªtica europea. Frente a la dureza de Thatcher ha indicado en v¨ªsperas de la cumbre que es preciso alcanzar "un cierto grado de compromiso" y de la necesidad de que los intereses brit¨¢nicos coincidan con otros m¨¢s amplios. Tanto Lawson corno el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, han presionado a Thatcher para que acepte el ingreso de la libra en el Sistema Monetario Europeo. Lawson concretamente intenta que Thatcher adopte una posici¨®n m¨¢s proeuropea. "Nuestro destino est¨¢ en Europa como parte de la Comunidad", ha declarado a la prensa londinense.Michael Heseltine, ex ministro de Defensa y uno de los disidentes conservadores a la pol¨ªtica de Thatcher ha elevado la voz para criticar a la primera ministra acus¨¢ndola de querer convertir a la CE en un club de empresarios.
"Algunos asuntos van muy bien, como el de la fiscalidad, el del control del fraude o la apertura de fronteras", ha se?alado Howe en una reuni¨®n con un grupo de periodistas. "Hay conflictos en cuestiones sociales y monetarias, pero vamos a abordar estos asuntos paciente y met¨®dicamente con la idea de conseguir en ellos avances como en los dem¨¢s".
Sin comprometerse
Londres, seg¨²n informa Ricardo Mart¨ªnez de Rituerto, est¨¢ "dispuesta a aceptar las medidas contempladas en la primera fase", del informe Delors sobre la uni¨®n monetaria europea "junto con una serie de medidas, como el uso m¨¢s amplio del ECU", la unidad de cuenta europea, una moneda de ficci¨®n. "Pero quiero hacer notar que estas medidas pueden y deben tomarse sin comprometerse en las dos fases posteriores", dice Howe. La primera es el inicio de un proceso que debe concluir, tras dos estadios de mayor colaboraci¨®n econ¨®mica y monetaria, con la creaci¨®n de una moneda y un banco central europeos, idea que repud¨ªa Thatcher. "Lo importante de la fase primera es que ni requiere cambios institucionales ni tiene una fecha de cumplimiento".
Esta vaguedad es la que gusta a Londres y en la que se amparan los dem¨¢s para querer dar m¨¢s fuerza al proyecto. La incorporaci¨®n de la libra al Sistema Monetario Europeo es un objetivo de esa primera fase. El Gobierno brit¨¢nico, que permanece dividido sobre la cuesti¨®n, ha conseguido establecer una tregua y ya ha dejado de ventilar en p¨²blico sus diferencias. En teor¨ªa a partir de julio de 1990 podr¨ªa considerarse la medida -una vez que haya bajado la inflaci¨®n y desaparezcan los controles de cambios en Francia e Italia- pero es poco factible que se lleve a cabo antes de 1992.
El ministro de Exteriores dice que ya los de Hacienda estuvieron de acuerdo en S'Agar¨® hace unas semanas "en distinguir entre las fases primera, y segunda y tercera, que vieron como objeto de atenci¨®n adicional en el futuro" as¨ª que "la ¨²nica gran diferencia en cuesti¨®n monetaria es la ausencia de nuestro compromiso de integraci¨®n en el SME".
"En el aspecto social hay bastante entendimiento en la Comunidad, lo que representa un potencial terreno de acuerdo", indica un Howe que ve que "todos en la Comunidad est¨¢n inquietos ante la perspectiva de dar a las instituciones comunitarias autoridad sobre cuestiones sociales en cada uno de los pa¨ªses", un punto de vista que pocos suscriben. "Conforme la gente examine la Carta Social en detalle ir¨¢ encontrando muchas razones por las que la Comunidad no deber¨ªa imponer obligaciones" con respecto a los trabajadores.
La resistencia brit¨¢nica a ir m¨¢s all¨¢ de la Europa del comercio libre provoca un riesgo de la fractura o la creaci¨®n de una Europa a dos velocidades. "Rechazo la posibilidad de una Europa a dos velocidades", indica Howe.
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