Ochoa acepta todos los cargos en su contra

El general de divisi¨®n y h¨¦roe de guerra cubano Arnaldo Ochoa se reconoci¨® culpable de todos los delitos de corrupci¨®n y narcotr¨¢fico por los que es acusado ante un jurado de 47 camaradas de armas. Durante la primera sesi¨®n del juicio, celebrada el domingo a puerta cerrada, Ochoa "acept¨® todos los cargos y asumi¨® las responsabilidades que le competen" dijo una locutora de la televisi¨®n oficial.

El ministro de las Fuerzas Armadas, Ra¨²l Castro, hermano de Fidel, recomend¨® para el acusado un castigo ejemplar, que podr¨ªa consistir en el fusilamiento, en aplicaci¨®n del c¨®digo militar.Las conclusiones del tribunal de honor que prosigui¨® ayer el examen del caso ser¨¢n elevadas al Gobierno y al juzgado militar, que emitir¨¢ el veredicto definitivo. No se espera mucha clemencia para el soldado que ha puesto en entredicho la sinceridad de la lucha cubana contra el narcotr¨¢fico internacional.

La s¨ªntesis oficial del extenso informe presentado por Ra¨²l Castro, cuya intervenci¨®n ante el tribunal y ante el propio acusado fue televisada en diferido, constituy¨® una implacable relaci¨®n de graves inculpaciones, desde tr¨¢fico de coca¨ªna con el c¨¢rtel de Medell¨ªn hasta contrabando de diamantes y marfil. Los reproches afectaron tambi¨¦n la conducta moral del procesado.

Arnaldo Ochoa, h¨¦roe de la rep¨²blica, que dirigi¨® con sabidur¨ªa la participaci¨®n militar cubana en la campa?a de Etiop¨ªa y, a su regreso de la reciente guerra de Angola, fue propuesto para la direcci¨®n de uno de los tres cuerpos del Ej¨¦rcito de Cuba, compareci¨® ante el tribunal con las estrellas y laureles del generalato, cierta indolencia en el gesto y amargura en la mirada.

Las fuentes oficiales que informaron sobre el desarrollo de la primera sesi¨®n afirmaron que el general acept¨® todas las acusaciones en su declaraci¨®n, que no fue televisada. Ra¨²l Castro dijo que, cuando el general no hab¨ªa asumido a¨²n la jefatura del Ej¨¦rcito, "llegaban las noticias del desenfrenado populismo que desplegaba".

"Ochoa adelantaba ya su carta de presentaci¨®n repartiendo regalos y entregando objetos de valor, fundamentalmente oficiales, por encima de todas las normas establecidas, en un delirante ejercicio de autocomplacencia, de creaci¨®n de una imagen y nexos de agradecimiento a su persona, con absoluta ausencia de principios y de ¨¦tica", dijo Castro

"Por donde pasaba, dejaba el rastro de la corrupci¨®n", asegur¨® Ra¨²l Castro, segundo secretario del Partido Comunista de Cuba y sucesor de su hermano Fidel en la direcci¨®n del pa¨ªs.

El ministro, mirando de soslayo al detenido, dijo que era el alto oficial que m¨¢s veces hab¨ªa sido criticado por faltas "que, desde luego, no eran suficientemente graves como para tomar medidas m¨¢s rigurosas, o que impidieran su empleo en importantes tareas".

El Gobierno temi¨® en un momento la deserci¨®n del general de divisi¨®n, "por incre¨ªble que pareciera en un hombre de su historia", y decidi¨® proceder a su arresto cuando conoci¨® su relaci¨®n con el narcotr¨¢fico y con los oficiales del Ministerio del Interior compinchados con el colombiano Pablo Escobar, seg¨²n la versi¨®n oficial.