Crimen, SA

EL DESCUBRIMIENTO de que una parte importante de los 5.400 millones de pesetas obtenidos hace seis a?os en el atraco del siglo a la empresa de seguridad Brinks Mat Ltd., de Londres, ha sido invertida en la Costa del Sol espa?ola corrobora, si es que ello fuera necesario, la facilidad alarmante con que se mueven de un pa¨ªs a otro ingentes sumas de dinero fruto del crimen organizado y se invierten en negocios que gozan de todas las bendiciones legales. La informaci¨®n publicada hoy en EL PA?S sobre la trayectoria seguida para el blanqueo del bot¨ªn del llamado robo del siglo muestra claramente los mecanismos y las connivencias puestas en juego para el ¨¦xito de estas operaciones, as¨ª como las dificultades con que se enfrentan las autoridades para impedirlas.Desde la sociedad creada como tapadera por los ladrones en uno de los pa¨ªses catalogados como para¨ªsos fiscales, en este caso Panam¨¢, hasta la sociedad filial puesta en pie en Espa?a por testaferros bien asesorados, pasando por la utilizaci¨®n del banco suizo para garantizar el secreto sobre el origen de los fondos, nada falta en esta operaci¨®n de lo que es el habitual modus operandi en estos casos. La utilizaci¨®n de instituciones financieras perfectamente legales, la tolerancia de determinados pa¨ªses y el asesoran-fiento jur¨ªdico de profesionales poco escrupulosos se dan la mano para que los beneficios de la delincuencia organizada se camufien eficazmente en circuitos econ¨®micos ortodoxos.

Los obst¨¢culos legales y pr¨¢cticos que dificultan la lucha contra el crimen organizado tienen una dimensi¨®n transnacional como lo demuestran casos como el del Bank of Credit and Commerce International (BCCI), con sede en Luxemburgo, acusado no hace mucho por Estados Unidos de blanquear cerca de 4.000 millones de pesetas procedentes del tr¨¢fico ?legal de coca¨ªna. Pero hay indicios fundados de que Espa?a se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en zona preferente en la actividad de este tipo de maflas. Adem¨¢s de unas leyes internas que permitan llegar hasta la trama econ¨®mica de la delincuencia organizada -que en Espa?a brillan por su ausencia, salvo los t¨ªmidos pasos dados en el C¨®digo Penal para atajar los beneficios de la droga-, es indispensable la cooperaci¨®n internacional. Entre Espa?a y el Reino Unido existe un tratado de extradici¨®n recientemente firmado que deber¨ªa ser un instrumento eficaz de aplicaci¨®n rec¨ªproca en la lucha contra esta peligrosa delincuencia.