'?rase una vez
Hace ahora un poco m¨¢s de tres a?os cuando tuvimos la oportunidad de ver en Madrid Mata Mua, el soberbio cuadro de Gauguin. Mata Mua, ?rase una vez, fue una de las piezas m¨¢s deslumbrantes de la exposici¨®n Maestros modernos de la colecci¨®n Thyssen-Bornemisza, exhibida en la Biblioteca Nacional entre febrero y abril de 1986, cuando la propiedad de la tela de Gauguin a¨²n era compartida entre el bar¨®n y Ortiz Pati?o.Pintada en 1892 con motivo de la estancia de Gauguin en Tahit¨ª, Mata Mua pertenece a un grupo de tres obras, dos de las cuales son por tama?o, tema y estilo pr¨¢cticamente id¨¦nticos; la antes citada, que ahora se puede visitar en Madrid, y la titulada Arearea (Diversi¨®n), que pertenece al Museo d'Orsay, de Par¨ªs, mientras que la tercera, m¨¢s grande, y seg¨²n el testimonio de Gauguin, la mejor -hasta el punto de querer distinguirla fech¨¢ndola en 1892-, es la que se conoce por el nombre de Pastorales tahitianas.
En cualquier caso las tres formaban un conjunto que constitu¨ªa a su vez lo mejor entre lo que hab¨ªa pintado en Tahit¨ª, tal y como Gauguin escribi¨® a Daniel de Monfreid. Las tres representan una visi¨®n intemporal, arc¨¢dica, sint¨¦tica, de lo que para el pintor representaba la naturaleza original de esta feliz vida salvaje antes de ser corrompida por la civilizaci¨®n del hombre occidental. Desde el punto de vista t¨¦cnico, sus explicaciones epistolares son a¨²n m¨¢s sustanciosas, pues confiesa no saber por qu¨¦, habiendo utilizado un "verde veron¨¦s y el correpondiente bermell¨®n" el resultado final le recuerda "un viejo cuadro holand¨¦s o un viejo tapiz". Con todo lo sorprendente que pueda parecer, se trata de una agud¨ªsima observaci¨®n y el fundamento de la comprensi¨®n m¨¢s adecuada de estos tres cuadros. Los colores vivos y la r¨ªgida macla que los aglutina ya no tienen exactamente que ver con las t¨¦cnicas de vidrieras que antes le hab¨ªan preocupado: fondo y forma han perdido dureza y fr¨ªo en favor de una textura m¨¢s aterciopelada y esponjosa, m¨¢s fragante y emotiva, m¨¢s po¨¦ticamente plena. Mata Mua es sin duda un cuadro de plenitud de un momento de plenitud, el mismo que se respira a lo largo de las p¨¢ginas m¨¢s hermosas de Noa-Noa, la apasionada confesi¨®n de este rom¨¢ntico que crey¨® poder encontrar la pura naturaleza en las islas de los mares del Sur.
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