Cossiga urge que se aclare la tragedia a¨¦rea de Ustica
El presidente de la Rep¨²blica Italiana, el democristiano Francesco Cossiga, ha conmocionado al pa¨ªs al afirmar ante los familiares de las 81 v¨ªctimas del DC-9 de Italia que cay¨® al mar en Ustica, cerca de Sicilia, el 27 de junio de hace nueve a?os, que m¨¢s culpables que los que causaron la matanza lo son quienes "han escondido las pruebas" de aquella tragedia. El suceso, cuyas causas a¨²n no han sido completamente aclaradas, cobr¨® una nueva dimensi¨®n al publicarse el pasado marzo un informe, elaborado por expertos elegidos por los jueces, en el que se afirmaba que el aparato fue derribado por un misil disparado por un caza.
Cossiga, en medio del aplauso cerrado de los sorprendidos familiares, les asegur¨® que har¨¢ uso de toda su autoridad para que para que pueda conocerse finalmente la verdad sobre la tragedia de Ustica.En el mismo momento en que Cossiga recib¨ªa a los familiares de las v¨ªctimas, una comisi¨®n parlamentaria interrogaba sobre este tema al entonces ministro de Transportes, el socialista Rino Formica, hoy ministro de Trabajo. Su compa?ero de partido Lelio Lagorio, el entonces ministro de Defensa, no se present¨® al interrogatorio al que habia sido citado junto con Formica.
Y por si fuera poco ha estallado una fuerte pol¨¦mica entre el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Mario Porta, y la Prensa, a la que el alto militar ha acusado duramente al hablar del "extrapoder dominante de la clase verbal", que, seg¨²n Porta, est¨¢ conduciendo al pa¨ªs a una situaci¨®n en la cual el personal de las fuerzas armadas, "poco importa si con raz¨®n o sin ella", empiece a sospechar que la gente no aprecie la obra de la organizaci¨®n a la que pertenece".
Le ha respondido con gran franqueza Giuliano Zincone en el Corriere della Sera, bajo el t¨ªtulo: "Almirante, no eleve la voz". "Querido almirante, no es ese el tono que conviene a un disciplinado servidor de la Rep¨²blica y de todos nosotros. En esta democracia no existen organizaciones que merezcan, por definici¨®n, ser apreciadas o que est¨¦n por ley al amparo de toda cr¨ªtica". Porta hab¨ªa hablado ya de "furor" de las fuerzas armadas cuando empez¨® a sospecharse de medios de la Aeron¨¢utica como posibles ocultadores de pruebas relacionadas con la tragedia de Ustica.
Formica insiste
Formica, interrogado durante casi tres horas en el Parlamento, ha confirmado la tesis de que se hab¨ªa tratado de un misil. Formica dijo, ir¨®nico: "Cuando se pierde tiempo existe todo el tiempo necesario para suprimir pruebas y hombres". Y es que, curiosamente, Saverio Rana, presidente del registro del radar de la Aeron¨¢utica en el momento de la tragedia -y el hombre que hab¨ªa mostrado a Formica las huellas del misil en el radar- ya ha fallecido. Formica se ha lavado las manos al afirmar que ¨¦l, como ministro de Transportes, hab¨ªa informado inmediatamente a su compa?ero Lagorio.
Para complicar a¨²n m¨¢s las cosas, el Corriere della Sera ha revelado supuestos documentos secretos de la comisi¨®n investigadora gubernamental sobre la tragedia del DC-9, seg¨²n los cuales el avi¨®n libio que se estrell¨® sobre los montes de Sila, en Calabria, el 18 de julio de 1980, veinte d¨ªas despu¨¦s de la tragedia de Ustica, hab¨ªa volado sin que nadie le molestase durante una hora en medio a un natinad-demon jam (denominaci¨®n de la OTAN para indicar una acci¨®n en la que act¨²an m¨²ltiples cazas). Y ni un s¨®lo rastro ha quedado en las grabaciones de radar sobre estas maniobras hasta ahora secretas.
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