Elvis del siglo XXI
El festival Europa Joven, un concierto organizado por el Instituto de la Juventud con el cantante brit¨¢nico George Michael como figura estelar, result¨® un ¨¦xito a nivel art¨ªstico y un fracaso comercial, con unas p¨¦rdidas que rondar¨¢n los 50 millones de pesetas. Entre 20.000 y 32.000 personas, seg¨²n las distintas fuentes de la organizaci¨®n consultadas, se reunieron en el Auditorio de la Casa de Campo madrile?a para asistir al recital que pon¨ªa fin a la presidencia espa?ola de la Comunidad Europea.George Michael fue la estrella indiscutible de un macroconcierto que dur¨® m¨¢s de cinco horas, y que fue emitido en directo por televisi¨®n para varios pa¨ªses europeos e hispanoamericanos. Televisi¨®n Espa?ola tiene previsto ofrecerlo en diferido la noche del pr¨®ximo mi¨¦rcoles, d¨ªa 5.
Festival Europa Joven
Los Toreros Muertos, Rub¨¨n Blades y Son del Solar, Grace Jones y George Michael.Auditorio de la Casa de Campo. Madrid, 1 de julio.
Los Toreros Muertos, Rub¨¦n Blades y Grace Jones precedieron al antiguo miembro del grupo Wham!, uno de los sex symbols m¨¢s carism¨¢ticos del pop actual. Con el papel de superestrella aprendido a la perfecci¨®n, George Michael no defraud¨® a nadie: ofreci¨® un espect¨¢culo milime trado y muy comercial, ideal parael adolescente p¨²blico femenino que sigue de cerca su mete¨®rica carrera, y se comport¨® durante su estancia en Madrid como un divo caprichoso y mani¨¢tico.
Exigi¨® tres autom¨®viles Mercedes para trasladarse del hotel al rock¨®dromo, ocupando ¨¦l uno, su manager otro, y el agente de seguridad que viajaba con ellos el tercero; los camerinos necesitaron un acondicionamiento especial para lograr una temperatura y una humedad constantes, y fue necesario instalar en ellos una ba?era. Pese a todo, hasta poco antes de la medianoche su presencia en escena fue dudosa, puesto que asegur¨® encontrarse enfermo y muy mareado s¨®lo unos minutos antes.
Eco en la voz
A las 0.10, las luces se apagaron, sonando las primera notas de I want your sex, canci¨®n que se convierte en toda una declaraci¨®n de principios en boca de su autor. Desde el centro de un escenario en penumbra, como un Elvis del siglo XXI, George Michael encandilaba a golpe de cadera a un p¨²blico f¨¢cil, predispuesto favorablemente.
El buen sonido y las impresionantes luces, de otra galaxia si las comparamos con los que tocaron en suerte a Rub¨¦n Blades, contribuyeron de forma decisiva a hacer de la actuaci¨®n del compositor de Faith un ¨¦xito total. Nadie repar¨® en el sutil eco con que est¨¢ tratada su voz constantemente, y tampoco en la agobiante monoton¨ªa r¨ªtmica de la mayor¨ªa de los temas. El personaje, amparado en un pu?ado de canciones muy comerciales, en sus buenas maneras como bailar¨ªn y en un f¨ªsico al parecer agraciado, supera cualquier traba de car¨¢cter art¨ªstico.
El escritor norteamericano Francis Scott Fitzgerald, cronista de una ¨¦poca repleta de rutilantes triunfadores, sol¨ªa decir que la verdadera fama se logra tras muchos a?os de largo y penoso trabajo, y que los ¨¦xitos r¨¢pidos son tan chispeantes y fr¨¢giles como las burbujas de una copa de champa?a. George Michael trata de echar por tierra esta teor¨ªa, y triunfa plenamente a la edad de 26 a?os con s¨®lo un elep¨¦ grabado como solista.
El papel m¨¢s oscuro de la velada correspondi¨® a sus teloneros. Grace Jones present¨® un espect¨¢culo decepcionante, con la instrumentaci¨®n en play back. El paname?o Rub¨¦n Blades, por el contrario, ofreci¨® una actuaci¨®n c¨¢lida e intensa, superando f¨¢cilmente todo tipo de trabas esc¨¦nicas y de sonido. Presentado como m¨²sico de rock y jazz, Blades actu¨® durante casi una hora dejando claro que es un revolucionario de la salsa, un hombre de 37 a?os que trata de aunar sus influencias actuales con los ritmos ortodoxos que aprendi¨® junto a maestros como Willie Colom y Celia Cruz.
Los Toreros Muertos cumplieron en su papel de grupo divertido y bailable.
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